jueves, 25 de octubre de 2012

Guerra y paz


NO PAZ SINO “GUERRA”
             Hoy sigue la carta de Pablo a los cristianos de Éfeso en un in crescendo notable y emocionado. Y hoy lo hace ya de rodillas como el que cae rendido ante lo sublime y maravilloso (las maravillas de Dios, que decían los de antes de Cristo), pero que para San Pablo se concentran y explosionan en Cristo. Por eso dobla sus rodillas ante el Dios y Padre ante quien toma nombre (=existencia) toda familia en el cielo y en la tierra.
             Y desemboca en una exaltada emoción ante esa “dimensión inconmensurable” (parece contradecirse en los términos…, pero no) del AMOR DE CRISTO.  Y lo expresa con “dimensiones” de alto, ancho, largo y profundo sin determinar medida, porque expresa lo infinito que no puede mensurarse.  Quienes lean u oigan la lectura “oficial” van a ver que el texto habla del amor cristiano.  Lo más originario y fuente de cualquier amor es precisamente el amor de Cristo.  Y cuando hablamos del “amor de Cristo” estamos tocando precisamente SU CORAZÓN.  De modo que uno de los textos de la Misa del Sagrado Corazón es ésta. Ante esta Maravilla superior, inconmensurable, que toca las entretelas mismas de Jesucristo es precisamente el Corazón de Jesucristo, en donde palpamos de cerca los sentimientos y las ternuras de Jesús…, y al fondo, DEL MISMO DIOS PADRE, ante quien Pablo ha doblado sus rodillas en postración amorosa y admirada por su misericordia sin fronteras.
             Y eso no se queda sólo en Jesucristo, sino que esa Plenitud de Cristo redunda en plenitud nuestra “en la medida” de la Plenitud de Dios. [Si ahora recordamos que Jesús es descrito como el “Pléroma” de toda la Creación –la PLENITUD PLENA- nosotros estamos inmersos en ese piélago inconmensurable de Dios y de Cristo, porque hemos sido destinados a ese inmenso fin: sentirnos dentro del amor infinito del Dios infinito y del Cristo-Amor igualmente infinito.  Y Pablo acaba en una alabaza amorosa hacia Dios, que actúa en nosotros a través de la Iglesia y de Cristo Jesús por todas as generaciones de edad en edad.  El AMÉN conclusivo de este párrafo de Pablo es toda la riqueza de sea palabra hebrea, sin traducción castellana, porque encierra tantos matices y supone tal grado de adhesión a Dios, que ya es expresiva por sí misma para que entendamos todo lo muy grande y hermoso que ha querido trasmitir el Apóstol a aquella comunidad cristiana.

             El Evangelio sigue esa línea, al ponernos as palabras de Jesús que ha venido a traer fuego a la tierra y quiere que se vea emprendida como esos gigantescos fuegos incontrolables de los veranos.  Claro que es un fuego, el de Cristo, generador de grandeza, de amor, de adhesión a Él, que es la raíz y el germen de toda felicidad aquí en la tierra.  Quiere con ansias que su bautismo de amor, expresado desde la cruz, se realice ya, para que el mundo pueda así arder…, purificar las escorias del mal, dejar el oro limpio de toda ganga.
             Y cuando se llega al último párrafo de este evangelio, se produce en muchos un tambaleo, una confusión. ¿Cómo es que Cristo no ha venido a traer paz?  ¡Si todo lo que ha predicado ha sido la paz…, y a sus discípulos les ha enseñado a saludar con la paz y a quedarse donde haya paz…, y si el Resucitado sólo entiende de saludo y consuelo de paz…, ¿cómo es que Jesús afirme ahora que viene a traer guerra?
             Porque Jesús se está remitiendo a los hechos que desgraciadamente ocurren, precisamente por las diversas posturas que se toman ante Él.  Se cumple la profecía de Simeón: Éste es bandera discutida ante quienes se divide la humanidad. Jesús quiere establecer paz. Jesús sólo entra en donde hay paz.  Y en la sociedad, en los pueblos, en la historia de las religiones, EN LA FAMILIA, es un hecho (precisamente contrario al deseo de Jesús), que se produce división a costa de Jesús y de la fe.  ¿Hay que irse muy lejos para comprobar esto?  ¿Qué familia hoy no está en ese sufrimiento y tensión –guerra- en razón de Cristo y de la Iglesia, por esas actitudes opuestas que toman unos miembros contra los otros?  ¿No se produce un lenguaje despreciativo ante quienes mantienen una fe en Cristo?  ¿No se está intentando manipular la fe en Cristo y en Dios porque cada cual tira de su manta y pretende que los otros se avengan a su idea…, o pasen frío? ¿No hay quienes aferrados a una fe del carbonero, hasta hacen “sus propagandas” adversas contra quienes no siguen su concepción “religiosa” (sin admitir que la Iglesia es viva, que Cristo VIVE y que el Espíritu Santo es alma vivificante QUE NO ESTÁN SOMETIDOS A LAS MEDIDAS HIUMANAS? De ahí vienen “las guerras” a muchos niveles.  Pero no es eso precisamente la “guerra de Cristo”, sino la que cada uno tenemos que hacernos en nosotros mismos, en nuestro amor propio, en nuestras cerrazones, en nuestra falla de ductilidad para comprender y admitir que LA PLENITUD DE DIOS siempre rebasa la miopía humana.  ¡Y que nos queda tanto que seguir aprendiendo y viviendo…, para llegar a esas “dimensiones sin medida” que nos pone delante el Corazón infinito de Jesús.

3 comentarios:

  1. Y por sumarme un poco a esa afirmación de Jesús, yo veo que más de una vez quienes “leen” estas meditaciones lo hacen en diagonal porque se acaban entendiendo las cosas al revés o tan al margen, que es como si no se hubiera dicho alguna cosa. Y es comprensible el “al revés” en cuanto a disentir en algo, en cuanto que ayude a una mejor explicación o clarificación, o aun en otra diversa manera de entender, porque el blog está para toda esa riqueza, Y LA Palabra de Dios más rica todavía. Pero a veces se va –dicen los jóvenes- “a su bola”, de modo que se pregunta o se dice lo que ya está dicho, o se ha prescindido de ello.

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  2. Pablo se arrodilla ante el Padre. Arrodillarse es un gesto de adoración, que simboliza "para mi", el hecho de reconocer que Dios está sobre todo y el único al que debemos adorar. Dios es mi Padre, como dice el apóstol que una vez persiguió a la Iglesia, pero que por la Gracia de Dios se convirtió y fue escogido por Dios para llevar el Evangelio. La petición de Pablo es que Dios conceda a los creyentes una fortaleza interior por medio del Espíritu, y que Cristo verdaderamente llegue a vivir en nosotros. Para que eso suceda es preciso convertirse primero, y arrojar de nosotros los ídolos que adoramos, y que nuestra adoración sea SÓLO A DIOS. Sólo el que llega a ese punto, comprende y se puede experimentar LO QUE ES DE VERDAD EL AMOR.

    Jesús dice claramente en este Evangelio que ha venido a traer la guerra, la crisis, la tensión entre dos lados de la cuerda. El que adora a Dios y ama a Dios DE VERDAD, y el que vive en un mundo de hadas religiosas o ateas, en el que cada cual hace lo que le parece, siguiendo criterios del mundo, y no según Dios.

    Desde ahora estaréis en una casa, comunidad, grupo, asociación, y estaréis cinco contra tres, y dos contra uno, porque Jesús ha venido a traer la división, no la paz.

    ¿Os escandaliza esto?

    A mi no. Yo creo en Jesús, y se muy bien el porque hay división. No es porque lo quiera Dios, eso sin duda. ¿Te parece contradictorio?

    A mi no.

    Quién tenga entendimiento para entender, entienda.

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  3. Ana Ciudad2:12 p. m.

    Va mi comentario sobre el SALMO.Me gustan los salmos y me apoyo en ellos para mi oración.Leyendo el salmo 32 completo,consta de 22 versos,como 22,son las letras del alfabeto hebreo.
    Es un salmo que invita a la alegría"ACLAMAD JUSTOS AL SEÑOR",y es que esta alegría es ya de por sí una alabanza a Dios.Este es el mensaje del salmo,que todas las acciones de Dios,comenzando en la Creación de las cosas y continuando en la historia de la salvación,están inspiradas en el amor y la misericordia de Dios para con nosotros.Y ésta es la más pura fuente de alegría para los creyentes.
    San Agustín comenta estas palabras del salmo:"Alégrense los impíos en el mundo,pero que sepan,que terminado el mundo,se terminó sus alborozos.Alégrense los justos en el Señor,porque permaneciendo en Él continúa el gozo de los justos.".
    Sigue el salmo:"LA PALABRA DEL SEÑOR ES SINCERA...ÉL AMA LA JUSTICIA Y EL DERECHO".
    La misericordia de Dios es justicia y derecho porque todas sus obras son verdad y sinceridad porque en todas sus obras busca con amor la autenticidad verdad de nuestro ser.
    Oh, DIOS haznos oyentes sinceros y leales de esa PALABRA hecha HOMBRE,para que con ÉL se alegre nuestro corazón, se realicen tus proyectos y llene la tierra de tu misericordia.

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