sábado, 25 de agosto de 2012

Un final glorioso


EL TRIUNFO FINAL
Dios es así.  Aquel “peregrino” del camino de Emaús, ya lo expresó muy claramente a los dos “fugitivos” que se quitaban de en medio: por muchas tribulaciones tenía que pasar el Mesías para entrar en su gloria. Y en el momento en que ellos acogieron esa palabra tan extraña como liberadora, descubrieron la Gloria de Dios en aquel arder de sus corazones.
Pues bien: Ezequiel [43, i-7] ha pasado por muchas tribulaciones. Ha sufrido con el pueblo “fugitivo” que huía de Dios y se apartaba de su salvación… Junto al río Quebar comenzó su purgatorio, con aquella visión que le ponía delante la rebeldía del pueblo.  Hoy Dios viene, de modo semejante a entonces, pero viene manifestando su Gloria.   Viene ya señalando con el dedo divino que Jerusalén, el Templo, la patria…, es de nuevo el lugar donde Dios posa sus plantas…, vuelve a ser el Dios de ese pueblo, y donde residirá para siempre en medio de su pueblo,  “La puerta oriental” es la que mira al Sol naciente…, al sol que devuelve s color a la vida. Por esa puerta “oriental” entra Dios en su templo, y desde ahí habla y desde ahí se hace presente, Y Ezequiel concluye su libro profético con el gran triunfo de Dios. De por medio se topó con un pueblo rebelde. ¡Y CON DIOS QUE SIEMPRES ES DIOS!, Y ante quien es fundamental la paciencia.  Dios es paciente. Siempre espera. Y finalmente muestra su Gloria.
Estudiosos bíblicos dicen que la misión de Ezequiel contribuyó a renovar el espíritu religioso entre los deportados. Gracias a Ezequiel, cuando sonó la hora de Dios no faltaron millares de israelitas que, curados de sus antiguas idolatrías, volviesen  a Judá dispuestos a secundar los planes de Dios, preparando la llegada del Mesías y de su salvación.  Serán los que Isaías llamará “los pobres de Yawhé”, los que ya tienen únicamente su confianza depositada en el Señor.
El SALMO  tiene el gran valor de habernos hecho repetir que la Gloria del Señor habitará en nuestra tierra, lo que debe ser tan vivo y real HOY…, tiene que entrar de tal manera en nuestros sentimientos de este tiempo nuestro, que aunque estamos asistiendo a un declive alarmante de nuestra gente, de nuestros compañeros de camino, empeñados en quedar hechos “huesos secos”, la Gloria de Dios va a presentarse en esta nuestra historia presente para invadirla.  Pero volvemos a lo de antes. Dios es paciente…  Habitará nuestra tierra…, pero “los relojes de Dios no tienen las horas de 60 minutos”.
Jesús mantiene esa paciencia en el Evangelio.  Sabe muy bien que en la enseñanza del pueblo –lo que es la sagrada cátedra de Moisés- están “enseñando” los escribas y fariseos. Jesús enseña a la gente a hacer conforme a lo que dicen (porque ellos repiten la Palabra Sagrada, aunque no la entienden…, y ¡aunque no la practican!  Pero la Palabra es la de Dios.  Ellos “no son Dios”, sus obras no son las de Dios. Pero haced lo que enseñan. Cosa aparte es que le digáis: Maestro…;  NO, porque no son maestros, Dios sí es Maestro.  Y como a Jesús le gusta rizar el rizo, se pone ya en lo universal y advierte que ni llamar: jefes, ni llamar “padre” , a quienes no lo son. Porque el único JEFE y el único absoluto verdadero PADRE  es Dios-  Es claro como el día que Jesús no está borrando palabras del diccionario, ni quitándoles el sentido normal de dominio público.  Pero siempre desde su habitual manera de expresar las cosas muy importantes, con la típica exageración andaluza (que era tan suya, tan oriental), nos sitúa en el punto en que Él quiere poner el acento:  sólo Dios es nuestro Maestro, Jefe, Padre y Señor absoluto
Dirán muchos verdaderos creyentes: “no nos revela eso nada nuevo”. Y yo me voy al que es nuestro primer mandamiento, que podemos recitar hasta durmiendo:  amarás al Señor sobre todas las cosas, y en el mismo grupo selecto de creyentes hacer la pregunta: ¿De verdad amamos a Dios SOBRE TODAS LAS COSAS…, sobre el propio yo.., sobre nuestras personales ideas propias…, sobre nuestras “formas adquiridas y en las que nos hemos “redondeado” para “ser buenos”?   Evidentemente no voy a negarlo a nadie…, pero sí que lanzo la pregunta, porque puede sernos muy útil para ahondar en la sinceridad de nuestros corazones.  Es que me tira siempre aquella expresión de un gran formador y maestro de vida espiritual, que decía que “ser buenos es la antesala de ser perversos”, por eso que “de buenos ya está harto Dios”…, porque a los que somos llamados es a ser santos.   Hemos de vivir ofreciendo a Dios abrirle la puerta oriental para que Él pueda invadirnos con su Presencia.  Y reconozcamos todos que aquí hay mucha tela que cortar, y todavía más quienes pretendan tener la verdad completa y no se detengan honradamente a dudar de “sus seguridades”.

5 comentarios:

  1. José Antonio9:20 a. m.

    Esa pregunta ("¿Amo a Dios sobre todas las cosas?"), debería de forma encubierta estar siempre presente (no de forma obsesiva, si reflexiva) en cada uno de los momentos de nuestro día a día. A veces, pensamos que esa prioridad lleva implícito el alejarnos de nuestra realidad terrenal con sus ocupaciones y preocupaciones, y en mi humilde entender, no es hacer personas absortas, abstraidas del mundo, ensimismadas en la vanidad de "poseer" un Dios que nos aleja de los demás y nos hace autosuficientes, sino personas que pongamos en el centro de todo lo que hacemos al Señor (tan fácil y simple, a la apr que complejo, como eso). El ha de ser nuestro horizonte y guía en todo nuestro proceder, como díría San Benito, "No anteponer nada al Amor de Dios". Lo importante en todo esto es pasar de la teoría a la praxis, pues como bien dice en su comentario, "de buenos ya está harto Dios", quedarnos en la mediocridad de las palabras y buenas intenciones no creo que satisfaga al Señor si no se concreta en obras. Que El y María nos ayuden a saber priorizar en nuestro día a día y poner a Dios en el lugar que Le corresponde.

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  2. Amar a Dios sobre todas las cosas es ponerme a "Yo" siempre como servidor de todos, teniendo caridad, imitando a Cristo en el día a día, en aquello que te toque vivir. Difícil si quiero hacerlo con mis propias fuerzas. Fácil si mi voluntad lo quiere, y me apoyo en la fuerza de la Oración diaria y los Sacramentos, proponiéndome convertirme cada día un poco más para hacerme más semejante al corazón de Cristo.

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  3. Amar a Dios sobre todas las cosas; pero tambien existe el instinto de supervivencia ?

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  4. Dios es el creador y Rey de las patentes y marcas pues el hombre tan avanzado en la tecnica o ciencia todavia no ha podido crear ni una hormiga .

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  5. El Amor puro es el de una madre a su hijo ;es desinteresado ; hay mucha caridad que se realiza no por Dios sino por vanagloria .

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