jueves, 16 de agosto de 2012

Para pensar muy a fondo


¿Perdonar; no perdonar? Es la cuestión
                La premura de tiempo a la que me lleva el régimen veraniego –y las circunstancias de menor posibilidad de silencio exterior, me dejan hoy con el agua a flor de tierra, pero sin que me sienta “completo en mi exposición. Lo que pienso que pueda suplir hacia el mediodía con algún comentario mío.
                Ezequiel sigue con sus símbolos;  así lo lleva Dios en sus profecías-  Mucha representación para acabar en un hecho:  el príncipe de Israel tendrá que huir avergonzado hacia el destierro.  Dado que tienen ojos y no ven y que tienen oídos para oír…, pero ni ven ni oyen (porque les ciega su rebeldía…  [no olvidemos que están deportados en Babilonia y que el pueblo, rebelde a su Dios, se aparta de sus leyes y prácticas santas y hasta idolatra], la representación de Ezequiel tiene que ser llamativa para que se den cuenta de la situación que están viviendo por su ceguera y sordera a la enseñanza del profeta.
                El Evangelio es muy conocido…, pero desgraciadamente olvidado…, o dejado ir al olvido.  Todos queremos el perdón de Dios. Todos necesitamos el perdón misericordioso de Dios.  Lo que Jesús plantea con su parábola –también muy dramatizada- es la incoherencia de los que estamos siempre esperando la bondad de Dios pero nosotros no vivimos esa misma bondad…, esa misericordia en los juicios, en las palabras, en los hechos.  A Dios le pedimos que ponga en nosotros su Corazón de Padre…, que tenga paciencia con nosotros…, que nos perdone nuestra deuda (que no es pequeña…), ¡que nos corregiremos!  Y Cristo nos presenta al Corazón de Dios que, no sólo tiene paciencia sino que perdona del todo…  Pero a renglón seguido somos nosotros quienes no pasamos una al que es un igual a nosotros, un compañero, un vecino…, y le exigimos “que pague” lo que nosotros no sabríamos ni podríamos dar.
                ¿Realmente Jesús dijo ese final de que Dios se volverá atrás de su perdón concedido? ¿Realmente Dios puede echarse atrás de sus perdones?  Puede ser que Jesús se adapta a la mentalidad judía como una manera de llamarles la atención seriamente. Una forma de expresarles que no tiene sentido pretender ser perdonados cuando uno no sabe perdonar. Lo dice de una forma también muy comprensiva al  decir que si cuando vas a presentar tu ofrenda en el altar, recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, vé primero a reconciliarte con tu hermano, y luego vuelves…  No dice Jesús que no se presente la ofrenda… (lo cual ya no es que no haya perdón, ni que Dios se vuelva atrás de sus perdones, pero sí es una llamada clara a las actitudes necesarias para quien se dirige a Dios suplicando: “Toma en serio, nos dice Jesús, que si Dios te va a perdonar, tú tienes que empezar comprendiendo, acogiendo, perdonando…”  Lo que Jesús hace es prevenir…  Que Dios te está pidiendo que des porque Él ya quiere darte… perdónanos PORQUE NOSOTROS YA HEMOS PERDONADO. Así lo enseñó Jesús, y con ello nos dio el camino seguro para saber con seguridad, ya de antemano, que DIOS ES EL QUE SIEMPRE PERDONARÁ.  Y en su bondad infinita nos va preparando pedagógicamente para que nos vayamos haciendo al modo que nos va a hacer felices porque nos irá haciendo a la manera del Corazón de Dios.
                Y me ha hecho pensar mucho, porque –sabiendo que Dios no se echa atrás del perdón concedido- lo que sí me dice es si yo puedo sentirme perdonado cuando en mi interior no hay un absoluto perdón.  Dios me puede perdonar.  Los semejantes pueden ser capaces de perdonarme.  Soy yo quien no puedo perdonarme dentro de mí mimo cuando mi conciencia no está pacificada dentro de mí mismo, y mis perdones no entran más allá de la palabra “perdón” (que es menos difícil de pronunciar).  La vida real, los recuerdos y evocaciones que llevo dentro, lo resabios y ese ojo oscurecido de mi intención, pueden estar siendo mucho más peligrosos a la hora de mi auténtico perdón, comprensión, justificación, juicio o palabra que se albergan y hasta se pronuncian en el fondo de nuestro caminar.

3 comentarios:

  1. Comentario prometido
    Es comprensible el poco afecto que expresan algunos por Ezequiel, Jeremías… No son “agradables al paladar”. Pero dicen verdades como templos, muy asequibles a cualquiera que piense, y de una actualidad (para el momento actual) que son agua clara, y para pensar en serio. Lo repetitivo de esa lectura de hoy: “a la luz del día”, es de una necesidad plena en el día que vivimos, en la sordera y ceguera de nuestra generación actual. Si no olvidamos la circunstancia histórica (que ya he explicado), y si en medio de eso sigue el pueblo sordo y ciego, no tiene nada de raro que Dios le haga vivir al profeta una repetida expresión y realidad. Y ya que no entienden de otra manera, Ezequiel ha de hacer esa representación que llame la atención, que obligue a interrogarse a quienes le ven actuar así.
    ¿Servirá de algo a nuestro mundo que Dios esté saliendo “a la luz del día” en la realidad que vivimos y ante la que seguimos sordos y ciegos?..., que sea “a la luz del día donde estemos asistiendo a un deterioro tan fuerte de vida, de calidad, de moral, de “estado de bienestar”…, y amenazados aquí y allá por muchas circunstancias históricas? ¿No estará hablando Dios “a la luz del día” para evitar la vergüenza de ese “príncipe” y de ese pueblo que no sólo vive deportado sino alejándose de la fe en el mismo Dios que le advierte y pretende corregir?
    Sigo en un segundo COMENTARIO sobre EL EVANGELIO

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  2. Más comentarios
    El Evangelio no se queda atrás en advertirnos. Porque lo que nos está poniendo de cara es la incoherencia con que se vive la fe en Dios que advierte y pretende corregir. ¿Qué pasaría si Dios se volviera atrás de sus perdones, en vista de que nosotros andamos a medias tintas en actitudes evangélicas de perdón, de grandeza de alma, de comprensión, de dejar pasar buenamente sin buscarnos la revancha…, y tantas cosas como arrastramos con el pensamiento, el juicio, el comentario, los hechos más o menos camuflados que nacen ahí en los recovecos del alma?
    Jesucristo ha trazado ese cuadro perfecto de los dos deudores, el primero debiendo una gran cantidad defraudada tramposamente; el segundo, con la deuda de un pequeño préstamo. Los dos piden clemencia ante la amenaza, los dos piden paciencia, y los dos tienen propósito de saldar la deuda. La diferencia es que el primero no llegaría nunca a poder saldarla, y el amo opta por condonarla. El segundo podrá pagar si le dan un poco de tiempo. Pero su consiervo no pasa por ahí, y exige el famoso, fatídico y moderno “YA”. Jesús, gran pedagogo, pone la moviola y dice: ahora el amo se indigna con aquella inhumanidad e injusticia (después que él le había condonado todo), y ahora le exige el pago.
    Impensable en Dios, precisamente el que perdona “setenta veces siete”. Pero imaginemos la hipótesis absurda: ¿y si Dios se volviera atrás cuando nosotros no somos capaces de tener el alma abierta a quien no hace lo que nosotros pensamos o queremos?
    Agradezcamos a Jesús esta lección, esta hipótesis de examen de conciencia…, esta advertencia… Porque como dije en el cuerpo de este tema, no se trata de que Dios fuera a dar marcha atrás en su generosidad. Se trata de que nuestro corazón se está infestando de tal manera, que el gran riesgo de “esta generación” [todos incluidos] es que vamos construyendo un dios de mantequilla, no ya Bueno sino “bonachón”, con el que se juega un tanto a no ser nosotros “malos”, pero tampoco a dar la talla de nuestro compromiso bautismal.

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  3. El Señor nos manda que perdonemos ; no nos dice perdoname Señor `porque hacemos mucha penitencia o porque rezamos mucho y ayunamos y lo hemos dejado todo por Vos y os amamos muchoy no dijo porque perderiamos la vida por Vos - y otras cosas que pudiera decir -sino solo por que perdonamos. Por ventura , como nos conoce por tan amigos de esta negra honra
    y como cosa mas dificultosa de alcanzar de nosotros y más agradable a su Padre , la dijo y se la ofrece de nuestra parte.
    aquella alma que no pone por obra el perdonar cualquier injuria por grave que sea , no estas naderias que llaman injurias , NO FIE MUCHO DE SU ORACION.
    Santa teresa de Jesús .

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