viernes, 10 de agosto de 2012

Diácono San Lorenzo


SAN LORENZO y Jeremías
                No voy a hacer despedida por unos días, pero tampoco voy a asegurar poder estar puntual a la cita mañanera en lo que resta de mes.  Mi deseo es –siquiera- aparecer y estar con cuanto buscáis cada mañana mi reflexión en este blog.

             Hoy entra en liza San Lorenzo, diácono, uno de los santos de la primitiva Iglesia, víctima de la persecución político-pagana romana, que más atención suscita desde los primeros tiempos, al que más culto se le dio en número de Iglesias y Capillas dedicadas a él en todo el orbe.  Su HISTORIA bien podría resumirse en su realidad de diácono, institución eclesial para el servicio, y muy especialmente para el servicio de los pobres y necesitados.  Las lecturas “lo retratan” como el que sembró generosamente, y por eso cosechó con amplitud, porque Dios siempre es más generoso, y tiene poder para colmar de todo bien, y aumenta la cosecha del que supo dar con amor.  Casi que eso lleva consigo ser grano de trigo que tiene que caer en tierra y morir para poder llevar fruto.  San Lorenzo, según trasmite la tradición fue “grano de trigo asado en unas parrillas”.  Lo importante y substancial es que supo “aborrecerse a sí mismo (=amarse menos) y así dejó todo el espacio al amor a Cristo y a sus hermanos los pobres. Por eso está allí donde está Cristo. Sirvió diaconalmente, y está ahora como el servidor servido, abrazo por su propio Maestro a quien ofreció su vida.

             Jeremías tiene hoy una lectura que hay que saber leer “de abajo a arriba”.  Porque varía mucho si leemos lo bueno y acabamos “con lo malo”, o si vemos lo malo que provoca todo el egoísmo humano, la falta de respeto a la enseñanza de Dios…, el mundo de hoy que va en movimiento continuo de anulación de Dios, y se va quedando como ciudad sangrienta, mentirosa, llena de crueldades, insaciable aun de los más abyecto, perdida entre sus vicios, bajezas, libertinajes y vida de “brutos animales” (como San Ignacio define en sus Ejercicios Espirituales el estado del pecados enfangado en su pecado).  En el Nuevo Testamento tenemos claros equivalentes en los “ayes” de Jesús contra la falsía de los fariseos.  Y no es que eso lo tengamos que reducir a “los fariseos”, sino a toda actitud farisáica, que menosprecia o minusvalora la llamada de Dios al bien.
Que no ha sido ni lo que Dios hizo ni lo que Dios quiere ni puede querer.  Por eso, la respuesta de Dios, ¡muy a lo Dios!, es el comienzo de esa lectura: Mirad sobre los montes los pies del heraldo que trae la paz.  Por tanto, tú festeja este llegada, y deja sin sitio al “Sin provecho”, que ya no volverá a dominar porque el mal será aniquilado, porque el Señor restaura la gloria de Israel,
El Evangelio casi que se cruza con el de san Lorenzo, porque entra en la exigencia que lleva consigo querer seguir los pasos de ese Heraldo  que ya soma por los montes, y que es el propio Jesús, Mesías, salvador. Pero “Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti”, que dijo San Agustín.  Dios lo pone todo en un 99’99%.  Pero Dios no invade ese espacio de libertad de acogida que le toca a cada cual.  Cuanto parecen sufrir escándalo de que se hale de condenación eterna como si eso fuera un imposible en la misericordia de Dios, no quieren ver que la misma misericordia respeta el 0’01% que está únicamente en las manos de la persona, hombre y mujer.  Y Dios no va a forzar esa libertad, precisamente por ser misericordioso y no forzar contra su voluntad al que no quiere segur a Cristo…, el que se atonta ante una bagatela que le ofrece el mentiroso mercado de la vida, y allí se pega como una mosca ante el papel de miel que la atrapa.  Jesús pone caro que todo el mundo no vale nada en comparación con el propio Jesús, Y que irse tras la bisutería es perder el oro fino que Él ofrece… Y sería arruinar el gran tesoro de la vida.  Y el que la pierda…, ¿qué puede ya ofrecer para recuperarla?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡GRACIAS POR COMENTAR!