Día 29.- AMIGO: SUBE MÁS ARRIBA.- Evangelio

Si ayer no hubiera sido fiesta de apóstoles, hubiéramos comenzado el episodio que continúa hoy. Jesús fue invitado a comer en casa de un fariseo. Era sábado. Y aparece un enfermo. Jesús, respetuoso en casa ajena, pregunta a los compañeros de mesa: "¿Es lícito curar en sábado o no?". Era un dilema porque decir que no, era una falta de humanidad. Y decir que sí, aunque lógico, era "fallar a su ley". Silencio al canto porque "por boca cerrada no entran moscas". Jesús toca al enfermo y lo cura. Y ellos tienen que seguir callados como muertos. Lo más seguro es que -en su fuero interno- estaban de acuerdo con lo hecho por Jesús. Pero tenían que mantener "la ortodoxia legal".
Hoy sigue el mismo episodio. El que no mantiene silencio ni se hace el loco es Jesús. Observa. Y ve que aquellos "probos fariseos", con toda su "ley", cada cual iba buscando los puestos de honor en las mesas. Y Jesús les da una orientación "pícara". "No busquéis los primeros puestos porque luego llega el anfitrión y te tiene que decir: "cede el puesto a este otro, que es de más categoría". Y tú te llevas el bochorno de tener que buscar sitio..., que te lo vas a encontrar al final de la mesa. Cuando os inviten, tener "la picardía" de poneros al final. Y cuando el dueño te ve allí, vienen u te dice: "Amigo subre más arriba", y te llevas el honor ante los demás de que eres muy bien considerado.
Parecía que Jesús enseñaba a ser hipócritas. a que "jugando" a ser niños malos, te llevas el premio; o viceversa. Nada más lejos que ese juego "social". Jesús está en los principios del Evangelio, en la norma del Reino de Dios: siéntete siempre el último, porque en realidad ¿de qué vas a presumir? Luego tenéis un Padre bueno que tiene debilidad por los pobres y los humildes y todo lo contrario siente por los "ricos" y engreídos. Y vendrá Dios y al que es pobre (bienaventurado, dichoso), lo va a ensalzar, porque Dios ha elegido a los pobres y a los sencillos. Porque "te bendigo, Padre, Señor del Cielo y e la Tierra porque estas cosas se las has revelado a los humildes y se le quedan ocultas a los soberbios". Y es que el soberbio se queda mirando su capa de cebolla exterior y no se da cuenta que en cuando empiece a perder capas, se queda en nada. En cambio, el que nada presumió y se vio a sí mismo sin ningún mérito ni derecho adquirido, es el que halla la mirada dulce y bondadosa de un Dios que le invita a subir..., porque "de los que son como ellos, es el Reino de los Cielos". ¡Esa era "la estratagema" que había enseñado Jesús!: menos engreimiento y más sencilles; menos perifollos y más Evangelio.