Día 17.- EL EVANGELIO DEL DÍA

Lc 12, 13-21. LA CODICIA ROMPE EL SACO
¡Qué bien viene hoy este evangelio para todos los que pretendemos que sea Dios quien resuelva nuestras cuitas, ¡que nada tienen que ver con Dios! Se viene a Jesús uno que tiene discusiones de herencia con su hermano, y pretende que Jesús sea quien lo arregle. Y Jesús le responde muy claramente: - "¿Y quien me ha consituido a mí juez entre vosotros? [Juez, o árbitro, o solucionador de problemas humanos, de más envergadura o de menos.., de más dimes y diretes o de más egoísmos o de menos]. Y Jesús se sale del caso, porque Él no ha venido a definir a "primeros o últimos", a "más derechos" o menos, en cosas que nada tienen que ver con el Reino de Dios].
Pero Jesús no se queda en decir: "ahí os las arregléis". Él va siempre muecho más allá de la pequeñez ridícula humana y se sube al principio fundamental de lo que toca al Reino de Dios. Y, parábola al canto, para que "quien quiera oír, que oiga", Jesús les habla del codicioso aquel que tenía sus cosechas normales y vivía de su realidad de cada dia, hasta que un año tiene una cosecha tan grande que no sabe qué hacer HOY. Y pensando en mañana (que es el que nunca se tiene entre manos), opta por derruir lo que tiene, y por construir unos graneros utópicos tan grandes que almacenen tanto que -a partir de ese momento-, él pueda acostarse, dormir, comer, divertirse..., sin dar golpe porque ya tiene cosecha para muchos años. Podríamos decir: "derechos adquiridos", "vivir de las rentas". Si ya tengo lo que tengo, ya estoy en posesión de "mi fortuna" y el resto ya es para holgar.
Y aquella misma noche en que se iba a tumbar tan satisfecho, tras sus "bienes acanzados", Dios le sale al paso y le dice: -¿Y para qué quieres todo esto si esta noche vas a morir? Y le llamó "necio" porque esa es la necesdad de la vida: creer que "lo adquirido" ya es para siempre.

Tres pensamientos, por lo menos, me llegan desde este Evangelio: 1º: que soy lo que soy y que no soy más de lo que soy, y que me basta ser lo que soy. PERO EN PAZ. Lo que lleva consigo que "no me metas en asuntos humanos que no son de mi incumbencia" y que muchas veces son puramente humanos, muy humanos, excesivamente humanos. Tanto, que no puedes darle solución, porque siempre sales pringado. Donde no hay paz sino tensión, no está Dios. No es tema donde puede estar Dios. Lo humano es muchas veces demasiado humano para perder energías en ello, cuando hay tantas cosas grandes por delante.
2º.- que no soy más por tener más, ni los graneros son para toda la vida. Mejor como las hormiguitas que almacenan para una temporada vital. Y hasta como los pájaros, que sólo comen hoy lo que hoy necesitan.
3º.- Que dejemos a ESTE DÍA SU PROPIO AFÁN, y que no estemos queriendo resolver un mañana que puede no llegar. Y no me refero al padre de familia o al responsable de una Empresa que ha de planificar con una prudente mirada a mañana. Me refiero a la vida diaria, que nos dejaría mucha más paz si la viviéramos sólo a lo diario..., y si DIOS QUIERE, mañana será otro día para mí. Que hoy me acueste con el gozo de haber hecho lo que pude, aunque quedaran otras cosas sin poder hacerlas. Pero que "amasar riquezas para sí y no ser rico ante Dios", es una necedad. Y ahí sí que insisto yo: no hay auténtico planteamiento de vida espiritual cuando no se proyecta la riqueza de la esperanza en mañana y el trabajo humilde para que ese mañana sea de mayor gusto de Dios. ¿Vamos!: que la confesión de nuestros defectos no es una magia limpiadora como un detergente para manchas pasadas. Que arrepentirse de verdad exige una postura de verdad PARA MAÑANA. Muy concreta y muy perseguida día a día. Lo contrario se puede quedar en nada.