Hay que romper una vez más el ritmo de la Lectura continuada. Hoy es día de TÉMPORAS, o -como dirían las películas norteamericanas- EL DÍA DE ACCIÓN DE GRACIAS.
GRACIAS por lo que hemos vivido hasta aquí. GRACIAS por los beneficios recibidos. GRACIAS porque podemos estar escribiendo o leyendo este día.- GRACIAS por las cosechas. GRACIAS por lo que disfrutamos. GRACIAS por las bendiciones recibidas de Dios. GRACIAS por lo bueno que nos diern los que tenemos alrededor. GRACIAS por los amigos...
Sigue el tema en algo muy importante: nada de eso es merecimiento o derecho nuestro. No olvidemos que hay un Dios en el Cielo, que es providente y misericordioso.
Y precisamente por eso, el EVANGELIO DEL DÍA acaba pidiendo. Y Jesús nos enseña a ser constantes, insistentes, confiados..., en la oración. Porque si nosotros los humanos- que no somos precisamente un dechado de bondad- solemos dar cosas buenas a los que nos piden, ¡cuánto más nuestro Padre del Cielo, que siempre nos gana en bondad, en grado infinito!
¿Que no me oye? Lo dicen algunos. A lo mejor tendremos que decir: -¿Y cómo pido yo? ¿Y qué pido? ¿Y adónde va el objeto de nuestras peticiones? ¿Y tenemos a Dios como "ventanilla de Ayuntamiento"? ¿No habría que pensar más lo que pedimos y el modo en que pedimos?
Hoy no tengo tiempo para extenderme más. Cada uno sí que puede extenderse en oración de súplica, ofrecimiento, acción de gracias, abandono, confiannza...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡GRACIAS POR COMENTAR!