miércoles, 19 de octubre de 2011

19 octubre.- EL EVANGELIO DEL DÍA

Lc 12, 39-48
Bien pudiera decirse que Lc completa hoy lo que dejó dicho ayer: Un buen criado está detrás de la puerta para abrírsela a su amo aun antes de que toque.
Hoy aclara y advierte. Se trata de "estar preparado" porque la "llegada del amo" es ese momento supremo de la muerte. Y la muerte no deja cuartelillo. Llega cuando llega y no envía de antemano tarjeta de visita. O se está preparado y hasta se le abre la puerta festivamente, o no se está preparado.
Y eso no va sólo para los apóstoles. Va por todos.
Dios nos ha hecho a cada cual el "administrador" de nuestra casa. El administrador fiel, tiene las cuentas preparadas en cada momento. Pueden hacerle una auditoría sin previo aviso. Dichoso él cuando el amo llega. Le confiará todos sus bienes. [Yo tuve un "amo" que se reía de mí cuando me pasaba las horas en buscar los 3 céntimos de peseta por los que las cuentas no me cuadraban. Y me decía: yo te doy cinco y te acuestas tranquilo. No valía la solución, porque el administrador fiel anota los 5 céntimos de entrada y las cuenta siguen descuadradas].

¿Y qué pasa cuando el amo llega y encuentra su casa convertida en un aquelarre, empezando por el mayordomo?
Que el amo "lo despide, lo condena a la pena de los que nos fieles". Y añade: "El criado que sabe lo que su amo quiere y no lo hace, recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, recibirá pocos". Y concluye: "Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá".
Hay expresiones que se pasan de largo, pero que a mí me dan escalofrío: yo os confieso que prefiero "muchos azotes". Porque quiero ser de los que saben lo que tienen que hacer. No quiero ser el bobo de Coria que ni sabe lo que tiene entre manos. Si me han puesto al frente, yo no me consuelo con decir: "yo no sabía..." Eso es para los bobos, los egoístas, los soberbios o los inútiles. Prefiero muchos azotes, porque fallé a conciencia de lo que mi amo quería. Y al menos llevo la satisfacción de haber sido "malo" (que se puede corregir), que "bobo" que no tiene remedio. Yo prefiero saber que tengo mucha cuenta que dar, que no estar mirando las estrellas y a última hora refugiarme en el "no sabía", "no pensaba que"...
¡Que no me despida el Amo! Que me azote. Que me degrade. ¡Pero que no me eche por infiel sin remedio, "porque no me di cuenta"...! Prefiero ser el desarrapado hijo que vuelva, aunque sea para ser el último, que no ser el criado que no sabe ni lo que Amo quiere, aunque sepa bandearse de manera que hasta parezca de buenas intenciones. Quiero ser el criado que -aun descuidado en los detalles, y con una copa de más- siempre espera al amo y -hasta con menos diligencia de lo debido- le abre la puerta a la segunda o tercera vez vez que el Amo toca. Pero quiero estar allí, aunque el Amo me diga que he sido poco fiel. Pero seguiré confiando en mi Amo, y esperaré que Él tenga compasión de mi holgazanería, me dé azotes, y me mantenga a su lado..., ¡a ver si siquiera así aprendo para la vez siquiente! Que ahí es donde está el secreto, y la difrencia entre el "malo" y el "bobo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡GRACIAS POR COMENTAR!