jueves, 27 de octubre de 2011

Día 28.- LAS FOTOCOPIAS DE SAN JUDAS

DÍA DE SAN SIMÓN Y SAN JUDAS TADEO, apóstoles.- Fiesta.- Misa propia

El día 28 rompe la lectura continua por ser fiesta litúrgica. Celebramos la fiesta conjunta de San Simón "Zelotes" y San Judas Tadeo o Judas el de Santiago). Siendo los dos igualmente apóstoles de Jesús, San Simón queda en penumbra ante el "boom" de San Judas el de Santiago (y eso que hay más de uno que llega a creer que se trata del traidor Judas Iscariote, que se atrevió a poner a Jesús en manos de sus asesinos, y lo hizo con el engaño de un beso, y cobrando dinero.

Naturalmente San Judas Tadeo no es ese. San Judas (como la gente lo llama) aparece el penúltimo en la lista que da San Lucas, y no porque sea menos importante. Escribió una carta, que está en el Nuevo Testamento (cosa que poca gente sabe, y menos aún que la haya leído). En cambio se ha hecho famoso por la superstición de las 81 fotocopias ("milagrosas"), tan llenas de aberraciones que hacen que una devoción a un apóstol de Jesús, acabe convertida en una superstición, en amenzas, castigos, obligaciones de llevar a x iglesias, etc., la desgracia de la pobre secretaria y el premio del presidente sudamericano.

Convertir un hecho religioso en una superstición es francamente lastimoso. Porque ha redundado en un rechazo de la gente creyente de verdad, y en una populachería de quienes no saben honrar a Dios por ser Dios (o sencillamente, ni cuenta).

El Evangelio de hoy da la lista de los doce igualmente elegidos para una misión salvadora, y la extensión del Reino de Dios al mundo. Jesús "escogió" doce y los llamó "apóstoles". Yo leo siempre muy despacio la lista, y voy gozando de sentirme detrás de alguno de ellos (menos del Iscariote, por supuesto, aunque había sido igualmente elegido), soñando que si Jesús hubiera seguido su lista infinita de elegidos, ahí -en algún lugar..., detrás de alguno de ellos- estaría también mi nombre. "Edificado sobre el fundamente de los apóstoles y profetas, y siendo el mismo Cristo Jesús la Piedra angular". Y por tanto "ciudadanos del pueblo de Dios y miembros de la familia de Dios".

Si en vez de ese gasto absurdo de fotocopias, llegáramos a sentirnos familia de Dios porque rezamos con fe a San Judas para que él nos lleve hasta Jesús, "hasta la familia de Dios", habríamos hecho un servicio CRISTIANO a la comunidad cristiana. Y no perderíamos de vista el altar de la Iglesia, y hasta muchos aprenderían que JESÚS ESTÁ REALMENTE EN EL SAGRARIO), y no como figura representada en una imagen


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Viernes 28.- Lc 14, 1-6

De nuevo un sábado. Una comida a la que han invitado a Jesús, pero no como a un amigo sino para expiarle. Un signo de amistad -una comida- pero para investigarle sus pensamientos y actitudes.

Y mire por donde aparece por allí un enfermo. ¿Aparece o lo tienen preparado los fariseos? Y ya tenemos el mismo caso de siempre: :actuará en sábado o no actuará?; ¿violará la "sagrada ley del descanso sabático" o la despreciable atención a un desgraciado enfermo?

Y Jesús les pone el espejo delante: ¿Se puede curar en sábado a un enfermo, o se le deja sufrir su enfermedad? Ahora la pelota está en el tejado de los fariseos. Y como los ha cogido Jesús en su propia trampa, ellos se callan. Optan por no responder, pensando que así quedan inocentes. Ni dicen que sí (faltaban a "su ley"), ni decían que no (porque faltaban a la Ley de Dios: "al prójimo se le ama como a uno mismo".

Y Jesús "tocó al enfermo, lo curó y lo despidió" ¡Inmenso trabajo!: tocar al enfermo. Y se les aguó la fiesta..., se les enfrió la comida... Porque Jesus vuelve con el mismo argumento de la otra vez: "Si se le cae a uno el buey o el burro a un hoyo, ¿no lo sacáis enseguida aunque sea sábado?"

¿Qué iban a responder? Se quedaron sin respuesta. Lo que no sé es si quedaron sin comer. Porque el ambiente que habían creado no era el más favorable para mantener el ambiente de una "comida de hermandad".


¿Os recordará a algunos alguna "comida familiar" así..., callados..., tensos..., sin entendimiento, y estropeada por alguna minucia ridícula? Porque hasta para eso puede servir este episodio.

1 comentario:

  1. Cada vez que salgas de una Iglesia revisa las mesitas y los rincones. Y si ves fotocopias de esas, DESTRUYELAS, y así romperás la cadena absurda. Estarás haciendo una buena obra.

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