jueves, 12 de junio de 2014

Felicidades, sacerdotes

Felicidades, ¡Sacerdotes!

             Conforme vayáis bajando en el blog hoy, tendréis la razón de mi felicitación, queridos “blogistas  sacerdotes”. Los que lo seáis por vuestro ministerio, y los que vivís el sacerdocio de Jesucristo en la realidad de vuestro Bautismo y vocación laica.
             A propósito de ese vuestro sacerdocio he pensado hoy en el blog sacerdotal. Me lo inspira un participante lector del mismo, en una comunicación particular.
             Sabéis que pienso que si alguien me avisa que llevo una mancha en la chaqueta, será inteligente mirarme la chaqueta y ver si la llevo o no. Si no la llevo, no ha pasado nada. Si la llevo, ¡agradecido al que me avisó!
             El blog del APOSTOLADO –en Málaga- tiene cerca del centenar de visitas diarias, a través de diversas partes del mundo. Tiene un reducido número de participantes activos. Tiene muchos que dicen que “todo está tan bien dicho que nada hay que añadir”. Y tiene algunos que prefieren no salir. Y eso se bifurca en dos: quienes temen salir para que no les comenten su comentario; quienes viven ahí dentro alimentándose a sí mismos.
             De los que no salen ahora los hay porque se sintieron con las alas cortadas por alguna “respuesta” a su comentario.

             Y aquí es donde yo desearía poner hoy una plica en Flandes.
             No me gusta que el blog nuestro sea un blog de agua bendita, un “veneremur cernui” (“adorar postrados), ni menos que parezca que lo que yo escribo es la última palabra del Espíritu Santo.
             Por tanto: mucho más me gustaría PARTICIPACIONES que enriquecen, preguntan, cuestionan o buscan aclarar algo.
             Eso quiere decir que cuando se dice o se pregunta o se cuestiona se hace desde la cordialidad y buena fe, con deseo de aprender o clarificar. No son “últimas palabras” de nadie sino aportaciones llenas de buena voluntad que da vida.

             No un blog, pues, de polémica, porque para eso, se cierra el “kiosko”. El “sacerdote no es para sí sino para los demás”. Cada sacerdote –vosotros- laboráis en favor del bien de los demás, o estaríais tocando el bombo. Eso lo firmaríais cualquiera de los que visitáis este blog. Lo visitáis buscando “algo”.
             Si partimos de esa sana y buena intención, todos escribimos para todos y todos para bien de todos, y nadie para levantar su cresta.
             Siempre es una ayuda para esa buena actitud evitar –cuanto es posible- la opción “Anónimo”, puesto que hay una URL en el mismo recuadro donde cabe poner el nombre. Y cuando damos la cara es que vamos al descubierto. Y como vamos de buena fe todos los que participamos, podemos hacerlo. El temor a que salga el nombre propio no suele ser una situación normal. Pero para solucionar ese “problema” la opción “anónimo” sigue ahí y es válida para algún caso.
             Labor de la dirección es SUPRIMIR algún comentario fuera de lugar, si alguien –ajeno al fin de este blog- pretendiera colarse para otros fines. Pero puedo asegurar que lo he hecho mínimas veces, y alguna porque fue requerido por alguien que se creyó aludido. Y no lo hice, no por admitir unas determinadas formas o ideas, sino para no caer en el tema de “la censura”.


             Quiero, pues, aprovechar este día festivo sacerdotal para hacer esta extensión del sacerdocio real activo de muchos que están ahí, que participan de las riquezas de este blog, y que pueden aportar también ellos para seguir enriqueciéndolo. Habrá cosas que “estén muy bien dichas” comentan algunos… Pero “a propósito de …” caben siempre algunas luces o nuevas ráfagas de luz.  

CONTINUAD BAJANDO PÁGINA,
QUE HAY MÁS COSAS HOY, día 12.

1 comentario:

  1. José Antonio8:46 p. m.

    Personalmente, el blog es para mi un regalo de Dios. En mi día a día como cristiano, admito con orgullo que forma parte de mi reflexión-oración-formación.

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