martes, 16 de julio de 2013

16 de julio: Fecha que habla por sí sola

16 julio.- La Virgen del Carmen
Fiesta de profunda raigambre popular, y entroncada precisamente en las bases más sencillas del pueblo.  Por supuesto que un punto esencial de referencia para el mundo de las gentes del mar, que encierran en la advocación del Carmen toda la religiosidad de sus almas. “Las gentes del mar” abarcan muchos estamentos. No son sólo los que salen a la mar en sus barcos y se enfrentan a la lucha que les depara, hasta con amenaza ese “suelo líquido” y tan frágil, dependiente de otros fenómenos atmosféricos. Gentes del mar son igual –y vitalmente- esa constelación de deudos (esposas, hijos, novias, amigos, etc. Que quedan en tierra firme, pero que viven pendientes y hasta encogidos a veces, de cada variación en el estado de la naturaleza. Hoy, con toda la amplia comunicación de los “Medios” y la mucha mayor previsión de la meteorología, viven en tierra los avatares de esos seres queridos que han de buscar su alimento y supervivencia en la mar,
Ahí donde hay alguien de LA MAR, ahí está presente la Virgen del Carmen, en una imagen, una estampa, un póster…, un altar en el corazón de cada cual.
Acompañemos y apoyemos con nuestra oración a la Virgen del Carmen. Y desde las profundidades que puede ir adquiriendo la fe, en la medida que la fe se hace parte viva de la persona, buceemos en ese mar tan sobrenatural que nos eleva al Corazón de la Madre dl Salvador, y que Ella sea quien arraigue en cada corazón de esos devotos suyos, el más genuino sentido del papel de la Virgen en la historia de la fe y de la salvación de cada uno. Que María –la misma que estuvo en el Cenáculo en ese inmenso parto de la Iglesia de Jesucristo, bajo la acción directa del Espíritu-, ponga en lo hondo de esos corazones que la veneran, todo el gran mundo de la Iglesia, la barca segura que conduce a puerto…, empujada por los vitales vientos de los Sacramentos…., y que atraca necesariamente en el CORAZÓN DE DIOS…, en Jesucristo su enviado, y el único Salvador.


Hoy –si seguimos la lectura continuada- tenemos uno de esos evangelios que seguramente catalogamos como “feos”: Mt 11, 20-24. [Una salvedad: en esa “continuidad”, la liturgia ha saltado 18 versículos referidos a Juan Bautista, al rechazo que tuvieron de él y a esa situación en la que ya no se sabe qué quiere ese pueblo, porque ni sabe llorar con el luto ni reír con el baile.  Lo que sigue, en el evangelio que hoy tocaría, está en íntima relación con todo eso. Jesús debía preguntarse: ¿qué es lo quieren?
Yo he visto y oído a muchas madres que parecen abominar de los hijos que parieron…, que “los quisieran más ver muertos”, que amenazan y maldicen…, y que la verdad es que no es más que el desgarrado grito del dolor ante esos hijos que viven una vida tan ajena a la que esos padres le enseñaron…, y que constituyen un tormento que hace arder la sangre. Pero si alguien se atreviera hacer daño a sus hijos, e incluso a hacerle daño, la madre saldría como una leona en defensa de esos hijos a la que ella misma parecía abominar.  El cariño toma apariencias de rechazo cuando ese inmenso cariño recibe el hachazo de la ingratitud…, y –lo peor- intuye que algo se va a volver contra esa persona a la que tanto se ama…, a la que parecería odiar…, pero que no odia (ni mucho menos). Odia una madre el entorno que hizo tanto mal a su hijo. Piensa en las “malas compañías”…, piensa en los que estropearon el corazón de ese hijo suyo “que tiene un corazón de oro”, “que es muy bueno”…, y todo eso que una madre baraja siempre, aunque su corazón amargado por el dolor, se exprese maldiciendo a su hijo.
Ahora no me parece un evangelio “feo”. Lo que veo es la amargura del Corazón de Jesucristo, que se volcó con sus hechos, signos y palabras en aquellas ciudades galileas, y a la hora de la verdad, no han cambiado nada, no han hecho caso… Estaba cerca el Reino de Dios, y no lo han dejado entrar. Les trajo Jesús el mejor de los regalos y de sus delicadezas…, y se quedaron cmo estaban. Se admiraron, clamaron, fueron conscientes de no haber visto cosa igual… Pero no dieron un paso para acoger ese reino de Dios.
Entonces Jesús –como esas madres- parece abominar de esos pueblos y les llega a amenazar con la comparación con ciudades famosamente pecadoras e impenitentes.  Si el evangelista nos hubiera seguido la secuencia y nos hubiera puesto de relieve los otros profundos sentimientos de Jesús, una vez pasado aquel instante, nos hubiera mostrado a Jesús –eso sí- igualmente dolorido, pero mostrando sus misericordias y perdones del que siempre está dispuesto a empezar. ¿Qué haría esa madre, a la menor señal de regreso del hijo díscolo, soberbio y descastado?  No lo tengo que imaginar, porque lo he visto muchas veces.  Y eso me da impulsos para seguir acogiéndome al interior del Corazón de Cristo, el corazón siempre dispuesto a “una segunda oportunidad”.  Esa madre que se ablanda y parece como no haber vivido la pesadilla anterior…


Qué evangelio sea el que hoy escoja cada Celebrante de entre los varios que propone el formulario común para las fiestas de la Virgen, me deja sin un comentario más dedicado a esa posible proclamación evangélica.

3 comentarios:

  1. Al hablar del mar no puedo por menos que recordar de mi tiempo en ma armada la oración de la tarde que se cantaba en cada destacamento de la armada:
    "Tu que dispones de cielo y mar
    haces la calma y la tempestad
    ten de nosotyros Señor piedad, piedad, piedad"
    y como no recordar:
    "Salve Estrella de los mares
    de los mares Iris de eterna ventura
    Salve o fenix de hermosura madre del Divino amor...

    ResponderEliminar
  2. Ana Ciudad5:19 p. m.

    El dia 16 de julio de 1251 se apareció la Virgen a San Simón Stock y prometió unas gracias y bendiciones especiales para aquellos que llevaran el escapulario.El pueblo cristiano ha venerado a la Virgen del Carmen por medio del santo escapulario,como Madre de Dios y Madre nuestra,que se nos presenta con estas credenciales:En la vida, protejo;en la muerte,ayudo;y,despues de la muerte, salvo.Ella es vida,dulzura y esperanza nuestra como le repetimos tantas veces en el rezo de la Salve.

    ResponderEliminar
  3. Pepe: Quería ponerme en contacto personal contigo pero no tengo tu email en el portatil, y ya sabes que estoy de precario en la Casa Enfermería.
    Ponme tu dirección en el correo personal mío.

    ResponderEliminar

¡GRACIAS POR COMENTAR!