jueves, 8 de noviembre de 2012

TODO ES BASURA


COMPARADO CON CRISTO…
          Hay un salto dialéctico en el comienzo de esta perícopa de la carta a los filipenses.  San Pablo declara que los verdaderos circuncisos no son los judíos, que tienen la circuncisión física como distintivo varonil de pertenencia al pueblo escogido, sino que son los otros –los no circuncidados físicamente- pero con una “circuncisión del corazón”, del alma, que es la que lleva la verdadera marca de Dios para la pertenencia al Reino de Dios. Y no es que Pablo quiera expresar menosprecio a lo que fue en tiempo anterior una realidad tan viva entre los judíos.  Y dice: Si yo fuera a aducir mis títulos judíos, puedo hacerlo tanto y más que los otros. Yo soy israelita de nacimiento, estoy circuncidado a los ocho días de nacer (como manda la ley),  hebreo por los cuatro costados, y fariseo en lo que toca a vivir la Ley, y en eso fui irreprochable. Intransigente con lo que no era la fe judía, y por eso perseguí a la Iglesia.  Quiere decir que no hay quien me tosa en todos esos “títulos” que otros pueden esgrimir.  Y sin embargo, todo eso que para mí era ganancia, lo consideré perdida cuando me encontré con Cristo.  Digo más: todo aquello fue pérdida COMPARADO CON LA EXCELENCIA DEL CONOCIMIENTO DE CRISTO SEÑOR.  Todo fue para mí basura, con tal de ganar a Cristo.
             Ya sería suficiente con esta transcripción que he hecho, y que debe leerse de rodillas, porque es una declaración sublime de un convertido, que bien puede tener autoridad manifiesta cuando expresa ese valor tan inmenso que es CONOCER A JESUCRISTO, que deja en basura cualquier otro conocimiento y cualquier otro mérito o valor.
             Reconozco la sensación penosa que recibo cuando pretendiendo llevar a alguien al conocimiento del evangelio, obtengo con repetida respuesta:  sí, yo tengo mucha fe; yo rezo mucho, yo rezo muchos rosarios, yo soy de comunión diaria… Y aunque se intente expresarle lo mucho más profundo que es ORAR CON EL EVANGELIO para obtener un CONOCIMIENTO DE LA PEERSONA DE JESÚS, topa uno con una muralla de granito que –en el “más respetuoso de los casos”- se traduce en el silencio total como quien le está diciendo al confesor: déjese de monsergas, deme la absolución y me voy.  Y me quedo yo mismo con aquella mirada de Jesús, que se siente partido en su alma cuando el individuo se cierra a esa inmensa VENTANA AL EVANGELIO, que tanto bien podría enseñarle en el “panorama” del Corazón de Cristo.

             En el Evangelio, llegamos a ese punto sublime de San Lucas, que en ese sólo capítulo ya ha dejado el Corazón mismo de Dios, reflejado en Jesucristo. Hoy nos se detiene el Evangelio en las dos primeras parábolas: la oveja perdida y la moneda perdida, que causan tanta alegría en la mujer aquella que acaba encontrando su moneda, o en el pastor que ha recuperado su oveja.  ¿Qué había otras monedas y otras ovejas… ¿  - Por supuesto.  Pero “esas” eran las que se habían perdido, y en las que Jesús pone el énfasis de la búsqueda y de la alegría del encuentro.  El gran retrato del Corazón de Cristo.  Y lo que se añade –y puede pasar desapercibido para quienes no se meten mucho más allá de lo que leen- lo más refleja el sentimiento hondo de misericordia de Jesús es que la alegría del pastor o de la mujer no se queda en ellos…  “Ya lo encontré, y ya estoy contento”.  No. Sino que esa alegría es inmensamente contagiosa, y salta hacia afuera sin poderse callar.  Y tanto uno como otra, convocan a sus conocidos para trasmitirle eufóricamente su gozo por el encuentro.
             Ésta es la mejor representación de la alegría de Jesucristo por el pecador que vuelve al redil…
             Y esa debe ser la alegría de cada bautizado cuando sabe que alguien volvió.
             Y esa fue la lección de Jesús cuando aquella otra parábola del obrero holgazán que acabó yendo a última hora a la viña…, y recibió igual que el primero, que había llegado temprano y había soportado el calor y el bochorno y el trabajo de todo el día.  Y hay muchos a quienes les parece mal…  ¡No tienen precisamente LA ALEGRÍA DE JESÚS ANTE EL ENCUENTRO!...  No han entendido nada…  No han llegado a oler lo que son entrañas de misericordia…  ¡Esas son las entrañas de Jesús, EL CORAZÓN DE JESÚS!
             ¿Hay algo –puede preguntarnos ahora San Pablo- que pueda compararse con el conocimiento de Jesucristo?

3 comentarios:

  1. Ana Ciudad2:33 p. m.

    Y CUANDO LA ENCUENTRA LA CARGA SOBRE SUS HOMBROS.....Jesucristo sale muchas veces a buscarnos.Él que puede medir en toda su hondura la maldad de la ofensa a Dios, se nos acerca.Es tanta la impaciencia del Buen Pastor que no espera a que la oveja descarriada vuelva al redil por su cuenta, sino que él mismo sale a buscarla,y, una vez hallada, ninguna otra recibirá tantas atenciones como ésta,pués tendrá el honor de ir a hombros del Pastor.Yeste interés es que hemos de tener nosotros para que los demás no se extravien y si están lejos de Dios´para que vuelvan. Para ésto contamos con nuestro ejemplo y nuestra oración humilde y perseverante.
    El Salmo que corresponde a las lecturas de hoy (104)pertenece al género literario llamado"género histórico".No es que narre un suceso histórico,sino que se centra en la exposición de diversos pasajes de la historia de Israel.En este salmo se canta la grandeza del Dios Creador y da gracias por la creación su conservación del pueblo de Israel,efecto del amor y la fidelidad de Dios la (Alianza).
    Alianza con los patriarcas.La historia de José.Israel en Egipto.las plagas.El Exódo.En todos estos prodigios,Jahveh se acordaba de su palabra dada a Abraham y los llevó a la tierra prometida.
    El cristiano debe tomar conciencia de que todos los prodigios operados por Dios en la antigua Alianza,son prodigios que nos atañen a todos los beneficiarios de la Nueva alianza.En efecto el cristiano es también hijo de Abraham:"Si sois de Cristo,sois descendientes de Abraham,según la promesa".

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  2. José Antonio6:52 p. m.

    Qué belleza de palabras las de Pablo. Cuántas veces ponemos en lo nuclear a todos menos... a Dios. En ocasiones, se nos llena la boca de Dios, pero... ¿en la praxis es así realmente? Nuestra vida ha de ser un tamiz en el que filtremos lo que carece de valor, y como bien dice Pablo entender que todo es basura si lo comparamos con el Señor. Pero ese tamiz lo convertimos 8es más cómodo) en embudo... por donde todo cabe.
    Cuántos afanes, cuánto desasosiego, cuánta dedicación... para aquello que no es Dios, y qué poco centrarnos en El. Si realmente ponemos en el centro de nuestro corazón al Señor... otro gallo cantaría.

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  3. Anónimo9:08 a. m.

    praxis, tamiz, nuclear, embudo...¡!

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