viernes, 20 de enero de 2012

LOS QUE ÉL QUISO

¿LOS QUE ÉL QUISO?
Mc 3, 13-19
Éste es un tema que siempre me apasiona y me hace pensar de una manera o de otra. Es el momento en que Jesús, tras su subida a la montaña (lugar propio e su oración aislada y profunda), llama a los doce, de entre muchos más discípulos que le seguían, y a esos doce los constituye apóstoles, sus compañeros para enviarlos a predicar y echar demonios.
Lo que hoy me ha detenido en mi oración ha sido esa palabra tan conocida y meditada: a los que Él quiso. Palabra que puede mostrar su voluntad decidida, o su “querer-amar”, según esa variedad de sentido que presenta en castellano la expresión “querer”.
Pero es que hoy no me he ido por ahí. Me ha detenido “LOS QUE ÉL QUISO”, precisamente cuando se ha subido a la montaña, un lugar preferente de oración de Jesús.
Yo lo plantearía así: ¿“los que Él quiso” con su querer libre e independiente, son exactamente los doce nombres que aparecen en esa lista? ¿No se cambió ninguno en sus horas de oración en la montaña, precisamente porque Dios también “quiso”, y Jesús no tiene más querer que agradar al Padre?
Una verdadera oración no es la que acaba sacando adelante la propia voluntad sino la que, al presentarse ante Dios y entrar en el ámbito de la voluntad de Dios, pueda acabar cambiando la propia voluntad, Claro; cambiándola de tal modo que la propia voluntad es la que asume totalmente como tal propia voluntad la que sale de esa conversación y oración ante Dios. Y entonces puede decirse muy bien que llamó a lo que Él quiso, porque Él sólo quiere lo que Dios quiere: agradar al Padre
Esto no es rizar el rizo. Esto es un planteamiento muy serio para nosotros, tantas veces “satisfechos” de nuestra devota oración, tan contentos de nuestro buen rato con Dios…, pero sin habernos dejado “cambiar el paso”, y acabando con la misma voluntad propia con la que entramos. Y hay “cosas” en la que en honda oración ante Dios, no tendríamos más remedio que bajarnos del burro y reconocer que “estamos queriendo” al margen del querer de dios…; que llevamos ya decidido de antemano lo que queremos nosotros. Y acabamos pretendiendo que Dios lo quiera. Y sí: así será lo que nosotros quisisimos, PERO NO SERÁ LO QUE Dios quiere.
Tras esos Doce nombres elegidos por Jesús (de acuerdo con Dios), han sucedido miles de nombres también queridos por Jesús, grandes personajes, grandes santos, gentes normales. Y no puedo menos que sentirme también metido en la lista de elegidos que El que quiso. Me queda –según mis características…, y según también el QUERER DE DIOS- que yo puedo ir descubriendo, saber detrás que cual de esos nombres yo me podría situar.

1 comentario:

  1. ANA MARÍA2:08 a. m.

    Este Evangelio me revela que el Señor me eligió "desde la eternidad"..."porque quiso"... y "porque nos amó con un amor eterno"... completamente gratuito. Y en esta elección de los Apóstoles, a lo mejor "mi NOMBRE" lo lleva JESÚS escrito en la "PALMA DE SU MANO"... ¡QUE TANTAS VECES SE LA LLEVA AL CORAZÓN..."! ¿Detrás de cuál de esos nombres me situaría yo...)Yo creo que estaría bien detrás de "los HIJOS DEL TRUENO"... especialmente de Juan, EL DISCÍPULO QUE JESÚS QUERÍA... QUE TANTO SABÍA DEL CORAZÓN DE JESÚS.

    ResponderEliminar

¡GRACIAS POR COMENTAR!