lunes, 16 de enero de 2012

JAMÁS ME DEJES

JAMÁS ME DEJES
Permitidme que comience por la 1ª lectura, la momento en que Dios rechaza a Samuel. No por malo sino por NO EBEDECER A DIOS. Confieso que me erizan el cabello esos momentos en que Dios se retira. Yo le pido que venga cualquier cosa, por mucho que me duela, pero que Dios esté conmigo. Aunque “me regañe”, aunque “me amenace”. PERO JAMÁS QUE HAGA SILENCIO.

En el Evangelio, las quejas típicas de los “cumplidores de cosas”, porque los discípulos e Jesús, o el mismo Jesús no las cumplen. Y la palabra tajante de Jesús: ”El vino nuevo, en odres nuevos para que los odres no revientes y el vino se pierda”.
Gran vino el de Caná. Pero mejor a partir de agua que a partir del que se había acabado. El que se había acabado, acabado estaba. El nuevo, admira y produce queja en el maestresala. Pero es NUEVO, el de Jesús.
Las tendencias humanas son siempre a parchear. A hacer “propósitos”, “promesas”… Cualquier cosa…, pero sin saltarse de la mano de lo que ya tienen, porque pierden pie y se creen que se quedan sin nada. Y Jesús llega y dice: O nuevo o nada. Porque pretender “ser bueno” sin dejar de “ser regular”, es un parche. Cuando no hay un examen a fondo que descubre a fondo lo que es uno a fondo y lo que debe cambiase a fondo, estaremos pretendiendo encender dos velas que no conjugan bien. Y nos quedaremos en candil los que –por vocación- somos estrellas.

Y es que me temo que el “silencio de los cementerios” se apodere de algunos, para los que es mejor mantener el odre viejo, aunque se pierda el vino de la sinceridad, de la acogida, la confianza, la honradez, el dejar ver venir de frente… Por eso me impacta mucho que Dios pueda decir un día: “Puedes quedarte con la tuya”; allá tú; que yo no juego la baraja trucada”.

4 comentarios:

  1. Gracias por estos comentarios hacia el evangelio del dia.

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  2. ANA MARÍA8:43 p. m.

    Padre, desde el Lunes tenía ganas de comentar sobre el título... Pensaba que JESÚS NUNCA nos deja...(aunque no le veamos) tampoco nos regaña... ni nos amenaza...Nos tiene, más bien, cerca de su CORAZÓN... como en esa estampa -que tanto nos gusta- de la Ventana del EV. pag. 217..., sobre la aparición de JESÚS a Pedro después de LA RESURRECCIÓN...

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  3. Jesús nunca quiere dejarnos. Jesús lucha lo indecible porque no nos apartemos. Jesús permanecerá hasta que haya una posibilidad de respuesta. Pero también hay Judas, fariseos, sacerdotes aquellos, y realidades de la sociedad actual..., donde Jesús puede muy bien hacer aquello de Nazaret, cuando no lo quisieron aceptar: "Jesús SE ALEJABA" (verbo y modo verbal griego que indica "para siempre".
    Cuando hablaba y no le hicieron caso, Jesús mismo se dijo: ¿Para qué seguir hablándoos". Con Herodes no cruzó ni una palabra. Con Caifás y Pilato tiene un momento en que ya se calla. ¿Por qué? - Porque es inútil seguir cuando el otro no quiere escuchar. Y puede perderse ese último tren..., y que ya no pase nunca el siguiente.
    ¿No dice nada esta sociedad actual, que pasa olímpicamente de lo religioso y espiritual? ¡Qué mas quisiera Jesús... Pero ¡qué difícil es salir de ese estadio...!

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  4. Afortunadamente somos nosotros los que nos alejamos, NUNCA JESÚS, que siempre está a la espera de respuesta por nuestra parte. Lo verdaderamente triste es cuando te das cuenta de la realidad, y es que los trenes pasan, y cuando llegue la hora de cerrar la estación ya no habrá más trenes.

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