LITURGIA Jueves
4º de Cuaresma
Dios se muestra ofendido y disgustado con su pueblo (Ex.12,7-14) porque
se han desviado del camino que él les había trazado. Y hablando con Moisés, le
dice que baje del monte porque el pueblo se ha pervertido y se ha hecho un toro
de metal al que adora como su Dios. No es que el pueblo sustituyera a Dios por
un becerro de metal, sino que Dios expresamente les había dicho que no se
hicieran representaciones de Dios. Por eso ahora Dios se encuentra muy
contrariado, hasta el punto que le dice a Moisés: Veo que es un pueblo de cerviz dura. Por eso, déjame: mi ira se va a encender contra
ellos hasta consumirlos. Es muy bello el modo de tratar Dios con Moisés,
porque es que Dios le está pidiendo a su confidente que lo deje actuar contra
el pueblo.
Y Moisés no lo deja. Dialoga y razona con Dios como podía
hacerlo con un igual: ¿Por qué, Señor, se
va a encender tu ira contra este pueblo, que tú sacaste de Egipto con gran
poder y mano robusta? Y le pone a Dios por delante que ese castigo sería
quedar mal ante los mismos egipcios, que tendrían que decir: Con mala intención
y para destruirlos los sacó de Egipto para hacerlos morir en las montañas. Aleja el incendio de tu ira, arrepiéntete de
la amenaza contra tu pueblo. Y pone por delante una razón de mucho peso: Acuérdate de Abrahán, Isaac, a quienes
prometiste y juraste por ti mismo, diciendo: “Multiplicaré vuestra descendencia
como las estrellas del cielo o como la arena de las playas marinas, y toda esta
tierra se le daré para que la posea para siempre. Y Dios ha escuchado toda
esa relación que le ha hecho Moisés, Dios es sensible a aquel razonamiento y el
Señor se arrepintió de la amenaza que había pronunciado contra su pueblo.
Todo esto es de una belleza singular y nos enseña una manera
de tratar con Dios, con plena confianza y razonándole. Dios amenaza en diversas
ocasiones a través de la Biblia pero son amenazas pedagógicas alejadas de
querer llevarlas adelante, porque lo que Dios quiere no es la muerte del
pecador sino que se convierta y que viva. Lo que corresponde a que nosotros nos
acerquemos a Dios con esa humildad y sencillez al presentarle nuestras
peticiones. Estamos ante un momento histórico en el que parecería que se ha
levantado la ira de Dios, que viene con afán destructor ante una población
indefensa. Cabe hablar con Dios con una oración semejante a de Moisés,
presentándole el número de víctimas que están perdiendo la vida. Y el otro
número almas espirituales que está sufriendo las consecuencias del cierre
prudencial de los templos, que les deja privados dolorosamente de participar en
la Eucaristía.
Que la oración que podemos dirigir al Señor, tenga toda la
ternura y paciencia de Moisés, y toda la caridad de mirar por el dolor ajeno.
El evangelio se presta poco a una explicación porque está
tomado en el evangelio de San Juan. Lo dejo tal cual y que el lector barrunte
lo que Jesús ha querido dejarnos como
verdadero testamento de su pensamiento: Juan 5, 31-47. En aquel
tiempo, Jesús dijo a los judíos: «Si yo doy testimonio de mí mismo, mi
testimonio no es verdadero. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es
verdadero el testimonio que da de mí.
Vosotros enviasteis mensajeros a Juan,
y él ha dado testimonio en favor de la verdad. No es que yo dependa del
testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era
la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su
luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el
Padre me ha concedido llevar a cabo, esas obras que hago dan testimonio de mí:
que el Padre me ha enviado. Y el Padre que me envió, él mismo ha dado
testimonio de mí. Nunca habéis escuchado su voz, ni visto su rostro, y su
palabra no habita en vosotros, porque al que él envió no le creéis. Estudiáis
las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando
testimonio de mí, ¡y no queréis venir a mí para tener vida! No recibo gloria de
los hombres; además, os conozco y sé que el amor de Dios no está en vosotros.
Yo he venido en nombre de mi Padre, y
no me recibisteis; si otro viene en nombre propio, a ése si lo recibiréis. ¿Cómo
podréis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la
gloria que viene del único Dios? No penséis que yo os voy a acusar ante el
Padre, hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Si
creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero, si no
creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer en mis palabras?».
Dios amenaza cuando los hombres ya no quieren arrepentirse y todo es mal sobre mal. Y el castigo "pedagógico" llega sobre la humanidad siempre. Y Dios no libra del castigo, cuando llega la hora, porque no hay arrepentimiento y no se vuelve a El.
ResponderEliminarEl cierre de templos no es prudencial. Es una cobardía, para evitar la muerte, es miedo al contagio, y una desvalorización del gran Misterio de nuestra fe, y una necedad privar a los católicos de la mejor medicina, y pasar a cambiar "temporalmente" de criterios religiosos con la excusa de la pandemia.
En sí mismo es otra señal de los tiempos, y del sufrimiento que nos viene, y nos vendrá por nuestras infidelidades.
Mirar por el dolor ajeno y tener caridad es al menos preguntarle al prójimo si necesita algo o si está bien. Y no sólo unas palabras bonitas planteadas en un lugar.
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Algunos obispos comienzan a reaccionar, bravo por ellos: http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=37279&fbclid=IwAR2TW2lo5mcQeDKtj35L7rjIuBuAXvASw_X_tBSFW3RCoggVQHAPV0Ua5Wo
ResponderEliminarHace tres días que el P. Cantero no aparece en éste blog, me han informado que está hospitalizado por Covid-19. Es el momento de pedir a Dios por él
ResponderEliminarEfectivamente, iba a escribir yo ahora mismo este mismo mensaje. Hay que rezar por el Padre Cantero.
EliminarMe uno a la oración.
ResponderEliminarEn manos del Señor ponemos su recuperación.
Me acaban de informar:
ResponderEliminar"Pepe, parece que Manolo Cantero está delicado, porque sus riñones no van bien. Puede ser grave. Sería bueno no llamarlo al movil porque no es el momento. Si lo avisas a tus contactos podemos ayudarle desde el silencio. Gracias."
Leo esto después de haber logrado hablar con el Padre Cantero brevemente desde la cama del hospital. Puedo confirmar que su estado no es bueno.
EliminarMa acaban de informar:
ResponderEliminar"Pepe, acabo de saber que M. Cantero ha fallecido hace como una hora. Venía débil del corazón y los riñones. Estuvo sedado los últimos días.
Será incinerado pronto (sabes que no hay velatorios ahora) y cuando pase la epidemia se tendrá una misa."
Nuestro Padre Cantero está en la Casa del Padree
No tengo palabras. Solo dolor.
EliminarEl P. Manuel Cantero nació en Granada el 26 de febrero de 1934, fue ordenado sacerdote con 26 años en éste blog hizo una conmemoración a esa fecha y el día 19 de abril de 2018 me comentaba que había celebrado 27.366 misas.
ResponderEliminarComo he publicado en mi anterior, nos ha dejado, el que para mi ha sido durante los últimos diez años aproximadamente un amigo de verdad, y "mi sacerdote" de charlas y confidencias, y confesiones. ¿Que puedo decir? Pues que el Señor en su infinito amor, ha decidido darle un merecido descanso, aunque se que era un apasionado de su sacerdocio y de su vocación. Es más, bromeábamos a menudo con la idea de su médico, de que "se sentara en la mecedora a leer el periódico", y yo le decía, que mejor no lo hiciera porque eso le iba a ir peor, y el estaba de acuerdo. De hecho, la última vez, fue ahora justo hace un mes, lo comentábamos, porque aunque el estaba físicamente bastante mermado, su cabeza seguía funcionando muy bien para su edad.
ResponderEliminarLa última vez que nos sentamos, tuve una sensación de que algo iba a cambiar, pero no sabía definir el que. Ahora lo se. Fue mi última confesión con el, y fue bastante bien la charla, donde le expuse un propósito que tenía, porque había llegado yo a unas conclusiones, y nos despedimos con el acuerdo de vernos al finalizar la cuaresma para ver si ese propósito mío seguía teniendo constancia en mi. No ha podido ser.
La última palabra suya me la dio al teléfono hace un par de días, donde muy debilitado me dijo una frase que me guardo para mi, y que mostraba la gravedad del momento, y la última fue un "hasta luego". No me dijo como tantas veces, adiós o un abrazo, sino "hasta luego", y eso tiene un significado. El que en un tiempo nos volveremos a encontrar, ya sin necesidad de confesiones o contar problemas.
Anécdotas con el tengo muchas. Algo que me hacía gracia es que me llamara "ilustre" algunas veces al aparecer por la sala de visitas donde yo le esperaba. Realmente no entendía bien que quería decir con eso, ni aún lo se.
Jamás podré olvidar como acudió al funeral de mi abuela primero, y luego el de mi padre, ante mi petición, y como me permitió incluso acompañarle desde el altar.
Todo no ha sido de color de rosa, porque en una relación a veces surgen pequeñas discrepancias, pero lo importante es que hemos mantenido la amistad hasta el final.
Ya estás con el Señor del que estabas tan enamorado, de tu Jesús, y ya disfrutas de su presencia real, porque fuiste un siervo fiel que trabajó en su viña. D.E.P.
Que el Señor nos envíe santos sacerdotes como el P. Cantero.
ResponderEliminarEl bien que hizo espiritualmente, es algo que permanecerá siempre en nosotros. Desde el lógico dolor humano por su pérdida, agradecido al Señor por haberlo conocido.
Este blog siempre nos hará tener cerca al P. Cantero.
Un abrazo a todos.
José Antonio.
Me encontraba inmerso en pasar y subir a internet una serie de ejercicios suyos, del que aún me quedan por subir cuatro partes. Si alguno de vosotros lo desea puede escribirme al correo: franciscojaviermadueno@gmail.com y con mucho gusto les paso los enlaces o la forma de obtener estos ejercicios con su voz, que el vio con agrado de que se subieran a internet para el bien de las almas.
ResponderEliminarEn este enlace, he convertido el blog de los ejercicios en el que estaba trabajando con la aprobación del P. Cantero, en un blog "In Memoriam". https://ejerciciosespiritualespadrecantero.blogspot.com/
ResponderEliminarGracias a Dios por enviar al P. Cantero para iluminarnos. D.E.P.
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