LITURGIA Domingo 4º-A de Cuaresma
Podríamos definirlo como domingo de la luz. Luz la que tiene Samuel
(1º,16.1.6-7.10-13) en la elección del futuro rey. Primero cree él que se trata
del hijo mayor como elegido del Señor, pero resulta que el elegido es el
último, con el que no se contaba. A ese lo señala Dios: Ese es; úngelo.
Luego, en la 2ª lectura (Ef.5, 8-14) se hace una
contraposición entre las tinieblas de antes y la luz del momento actual. Hay
que caminar como hijos de la luz en justicia, bondad y verdad. Que es lo que le
agrada al Señor, para que no se desenvuelva la vida entre las obras estériles
de las tinieblas. Por eso dice: Despierta
tú que duermes; levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz.
Para acabar con el evangelio del ciego de nacimiento en la
amplia narración que hace San Juan. Un hombre que no conocía la luz ni las
figuras ni los colores, porque había nacido ciego. Los apóstoles quieren saber
si eso es un castigo de Dios por pecado de sus padres o propio de ese ciego, Y
Jesús les hace saber que ni lo uno ni lo
otro sino que aquello sucede para dar gloria a Dios.
Jesús toma la iniciativa, escupe en el suelo, hace barro
con la saliva (la saliva se consideraba con cualidades curativas), y unta los
ojos del ciego y le dice que vaya a lavarse en la piscina de Siloé.
Era sábado y los fariseos la toman por la parte que pica,
porque no puede hacer ese trabajo en sábado. El ciego con toda su sencillez les
dice que el que le ha prestado atención a él, le ha dicho que lo haga así. Y los
fariseos dicen que ese hombre no es de Dios porque viola el sábado. El ciego no
entiende de de esas cosas pero sabe que antes no veía y ahora ve. Y eso son
obras.
¿Dónde está? –No lo sé
En un alarde de estupidez, llevan al ciego ante sus padres
para que certifiquen que ese es su hijo y que nació ciego Cómo es que ahora ve,
no lo sabemos, Preguntádselo a él, que es mayor.
El ciego se harta de tanta pregunta y gestiones inútiles y
acaba tomándoles el pelo a los fariseos, porque ellos no saben explicarlo, pero
él ve. Y eso le dice que este hombre viene de Dios.
Hasta ahí podían aguantar los fariseos, que acaban
insultando al ciego y expulsándolo de la sinagoga. Es evidente que los fariseos
no eran hijos de la luz. No querían reconocer un hecho que estaba a las claras.
Ofenden al ciego: empecatado naciste tú
de pies a cabeza ¿y nos vas a dar lecciones a nosotros?
Jesús lo encuentra; el ciego no lo conocía. Y pregunta
Jesús: ¿Crees en el Hijo del hombre?
Dice el ciego: ¿Y quién es, Señor, para
que crea en él? Jesús le dice: Lo estás viendo: el que te está hablando, ese
es. Él dijo: CREO, SEÑOR.
Se ha hecho en el que estuvo ciego la luz definitiva. No
sólo es que antes no veía y que ahora ve, sino que ve al Hijo del hombre y cree
en él.
Los fieles cristianos no tienen la dicha de poder
participar hoy activamente de la Eucaristía. Como el ciego, se encuentran en un
proceso de descubrimiento de una nueva manera de vivir su espiritualidad
eucarística. Los Medios de Comunicación adquieren hoy una fuerza especial para
hacer vivir la Misa, que hay que participarla con el mismo recogimiento,
silencio y actitud reverente que si se estuviera en el templo. Yo diría que,
por las circunstancias, incluso más. Porque a dificultades añadidas, más
intensidad en la actitud. Y ya que no se puede comulgar sacramentalmente hacer
esa comunión de deseo, comunión espiritual, que no requiere de fórmulas
especiales sino de las ansias de recibir al Señor. Caminos tiene Dios para
hacer que esa comunión de deseo tenga en el alma del cristiano los mismos
efectos que la comunión sacramental.
Hablaba yo hace ya muchos años, de la importancia de los medios de comunicación para el apostolado en la Iglesia. Ahora se entiende mejor.
ResponderEliminarEn nuestra casa, la Eucaristía la celebro yo de manera limitada pero efectiva, porque "donde están dos o tres reunidos en mi nombre yo estoy en medio de ellos".
Pero hagan caso de lo que dice el Padre Cantero, porque en Málaga al menos es la única opción.
Acabo de conocer la noticia de que el "Estado de Alarma" se va a prorrogar "al menos" 15 días más. Eso haría un total de 1 mes sin la posibilidad de que los fieles puedan recibir la Eucaristía. Esto obliga a mi conciencia a manifestar lo siguiente:
ResponderEliminarEs correcto, preservar la salud de aquellos fieles que están dentro de la población de riesgo, y eso incluye también a sacerdotes mayores.
Pero a mi juicio, es un error tirar por la vía "protestante" de una presencia espiritual sin eucaristía. La Iglesia tiene que habilitar un modo de poder recibir a CRISTO en la Sagrada Comunión. En tiempos difíciles hay que ser imaginativos. Es fundamental, o estaremos dando un ejemplo definitivamente letal para nuestra fe ya de por si dañada y vivida de un modo bastante anómalo en muchos casos, y mandando el mensaje de que se puede prescindir de la eucaristía.
Si la Iglesia tiene la buena costumbre de llevar la Comunión a los enfermos, no puede ser que a una persona sana, le sea posible bajar a la calle para comprar pan de la tierra, y se prive del Pan del Cielo a aquellos que lo necesitamos. No es posible que podamos ir a la farmacia a por medicinas, y no podamos acceder a la mejor medicina.