lunes, 22 de agosto de 2016

22 agosto: MARÍA REINA

LITURGIA
            Hoy es la memoria de SANTA MARÍA REINA, establecida por Pio XII en 1955. María es la primera en el Reino de Dios, y es colaboradora y medianera. Le encaja muy bien el título de Reina, bien a sabiendas de que no es un título honorífico ni haciendo referencia a un reino humano, sino en el orden del Reino que estableció Jesucristo.
Pero esta fiesta no tiene lecturas propias, por lo que me voy a la lectura continua para el comentario de este día 22 de agosto.

            Entramos en la 2ª carta de San Pablo a los fieles de Tesalónica (1, 1-5. 11-12), con un exordio solemne en el saludo y en el ruego a favor de esa comunidad. Escribe en nombre propio y de Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses que forman parte de la Iglesia de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
            Os deseamos la gracia y la paz…; damos continuas gracias a Dios por vosotros, pues vuestra fe crece vigorosamente y vuestro amor recíproco.
            Y Pablo se siente orgulloso de aquellos cristianos, porque ve que su fe es constante en medio de las persecuciones y luchas, que ponen de manifiesto la madurez de aquellos creyentes.
            Por eso pide a Dios que considere dignos de su vocación a aquellos fieles, y pide para ellos la fuerza de permanecer en esa tarea de la fe, y así den gloria a Dios.

            El evangelio recoge la diatriba de Jesús contra los  fariseos y doctores de la ley (los escribas), a los que les hace el examen de conciencia que ellos son incapaces de hacerse.
            Les pone delante su hipocresía, que cierra a los hombres el reino de los cielos; ni entráis ni dejáis entrar a los que quieren. Ellos no entran porque rechazan a Jesús y a su enseñanza. Y ya con eso tendrían bastante para vivir lejos de la verdad. Pero no se conforman con eso sino que provocan en los otros una necesidad de seguir sus propias doctrinas y así apartan de Jesús. También otro sentido: ponen tan difícil la vida de fidelidad al Señor que le presentan a los fieles un panorama insuperable de prácticas y exigencias, de sacrificios y limosnas que apenas pueden arrostrar: devoráis los bienes de las viudas con pretexto de oraciones. Y Jesús que sale siempre a favor de los débiles, les advierte que por eso tendrán una sentencia más severa. En esa misma línea de exigir y cerrar puertas a los que quieren entrar en el reino, les pone delante el hecho de recorrer tierra y mar por atraer un prosélito, y cuando lo logran, lo hacen peor que ellos mismos.
            Otro punto de examen es el absurdo de sus normas sobre juramentos, que obligan si se jura por el oro del templo pero no si se jura por el templo. O vale jurar por la ofrenda que está encima del altar pero no obliga jurar por el altar. Es el absurdo total de considerar lo de fuera más importante que lo que sustenta a lo exterior. Es ceguera y necedad, pero era la concepción farisaica por la que lo externo es lo que cuenta, mientras que lo más substancial queda en segundo lugar.
            Ese es el examen de conciencia que hace hoy Jesús a aquellos fariseos. Y no deja de ser útil escucharlo de su boca porque nos llama la atención sobre nuestras realidades internas que son siempre mucho más importantes que las externas. Y no es que no vamos a vivir también prestando atención a lo exterior sino que lo exterior en tanto tiene valor cuanto que responda a un interior comprometido.

            Jesús califica de “ciegos” a los que se pierden en lo exterior y no profundizan en lo interno, porque en realidad no ven lo que está a la claras y ante los ojos. La introspección es básica para estar alerta sobre nuestras formas de vivir no sólo lo religioso sino lo relacional con los semejantes. Es cierto que hay que cuidar las formas externas y que más de una vez esas formas externas expresan el interior de la persona. Pero hay que mirar mucho a los sentimientos más profundos porque ahí es donde se cuecen las realidades internas del corazón de cada uno, y lo que luego puede salir a flote.

1 comentario:

  1. Ana Ciudad10:12 a. m.

    CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (Continuación)

    LA CRIATURA HOMBRE

    "Reconócete como imagen de Dios y avergüénzate de haberla cubierto con una imagen ajena"(San Bernardo de Claraval).

    ¿QUÉ QUIERE DECIR QUE EL HOMBRE HA SIDO CREADO A IMAGEN DE DIOS?.-A diferencia de los seres inanimados, de las plantas y de los animales, el hombre es una persona dotada de espíritu. Esta característica lo vincula más a Dios que a las demás criaturas visibles.
    El hombre no es algo, sino "alguien".Al igual que decimos que Dios es persona, tambien lo decimos del hombre.Un hombre puede bpensar más allá de su horizante inmediato y evaluar toda la amplitud del ser; puede incluso conocerse a sí mismo con una distancia crítica y trabajar en sí mismo, puede percibir a otros como personas, captar su dignidad y amarlos. Entre todas las criaturas visibles, sólo el hombre es capaz de "conocer y amar a su Creador". El hombre está destinado a vivir en amistad con él.

    ¿PARA QUÉ HA SIDO CREADO EL HOMBRE?.-Dios ha hecho todo para el hombre.Pero el hombre,la "única criatura querida por Dios por sí misma", lo ha creado para que sea eternamente feliz. Y esto lo alcanza conociendo a Dios, amándole, sirviéndole y viviendo con agradecimiento a su Creador.
    El agradecimiento es amor reconocido. Quien es agradecido se dirige libremente al autor del bien y entra en una relación nueva y más profunda con él. Dios quiere que conozcamos su amor y que vivamos ya desde ahora toda nuestra vida en relación con él. Esta relación dura eternamente.
    Si la única oración que pronunciaras en tu vida consistiera en un "Te doy las gracias", sería ya suficiente"(MAESTRO ECKHART,dominico místico).

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