miércoles, 17 de agosto de 2016

17 agosto: De la última hora

LITURGIA
                Ezequiel es el profeta que más referencia hace al tema de los pastores. En 14, 1-11 hace una denuncia abierta contra los malos pastores de Israel a los que acusa de aprovecharse de las ovejas, de su carne, de su enjundia, de su lana, en vez de ser pastores preocupados de llevar a sus ovejas a buenos pastos, cuidar a las enfermas, curar a las heridas, recoger a las descarriadas… Para entendernos mejor y no quedarnos en la comparación, estas acusaciones eran las que Jesús reprochaba a los fariseos… Pero el problema no era solo del tiempo de Jesús. Los dirigentes del Pueblo de Dios ya en tiempos de Ezequiel adolecían de los mismos defectos, y el profeta los acusa y les llama la atención. El efecto de ese descuido es que las ovejas se desperdigaron y vagaron sin rumbo, y el pueblo de Dios se encontró sin orientación y presa de “las fieras del campo” mientras los pastores se aprovechaban a sí mismos. Me voy a enfrentar a los pastores, libraré a mis ovejas de sus fauces, buscaré a mis ovejas siguiendo su rastro. Yo mismo me haré cargo de mis ovejas.Toda esa profecía encuentra su plenitud en la venida de Jesús.

            Llegamos en Mt 20, 1-16 a la parábola que causa en algunos una cierta inquietud o extrañeza porque reaccionan precisamente como los obreros primeros de aquella viña, pensando que hay injusticia en que los últimos que han llegado con sólo una hora de trabajo cobren igual que los primeros que han trabajado toda la jornada (aunque ellos cobran un salario generoso con el que se ajustaron y estuvieron muy de acuerdo en las primeras horas del día).
            Lo entenderán muy bien los pecadores que se convirtieron a última hora porque a última hora les llegó (o acogieron) la gracia de la conversión. Ellos, “obreros de la ‘última hora’” hallaron propicio a Dios y pudieron “cobrar el salario completo”. Y saben que ha sido puro don de Dios pero el hecho es que les ha llegado su buena hora.
            Los de las 9 de la mañana tienen doble paga, aunque cobren igual. Porque tienen la paga de su seguridad desde el comienzo, y la paga interior de haber estado todo el día –toda su vida- al servicio de Dios. Más aún: llevan un plus de satisfacción y es que aquellos que se perdían, aquellos que fueron malos, han acabado salvándose igual que ellos…, dándole gloria a Dios igual que ellos.
            Por el camino se les fueron añadiendo otros grupos: de las 12, de las 3… Motivos de satisfacción para todos porque significa que a la viña del Señor se fueron incorporando nuevas almas, y que –llegado el final de la jornada- todos son miembros de la viña de Dios, todos se encaminan al encuentro con Dios en el nuevo Pueblo de Dios.
            ¿Queda así más asumible la lección de esta parábola? ¿O somos de los que aún pedirían que los que fueron malos se encuentren inexorablemente con la condenación sin que se les ofrezca una oportunidad? Para un redimido por la sangre de Jesucristo es evidente que su gran satisfacción estará en que muchos más se aprovecen de esa sangre redentora. ¡Y ojalá que todos estuviéramos a la derecha de Jesús en el momento final! ¿No sería hermoso que la cizaña acabara convertida en trigo, o que los peces recogidos en la red fueran todos comestibles? ¿No nos gustaría que la levadura hiciera fermentar toda la masa? ¿No sería de desear que todos entraran por la puerta estrecha y así se estableciera en el mundo el reino de Dios? ¿No sería nuestra gran alegría que los que hoy son malos y hacen al mundo tan loco, se convirtieran y entraran en razones y pusieran sus energías al servicio de una causa buena? ¡Qué más podíamos querer!

            Pues ese ha sido el tema que ha querido poner delante Jesucristo, manifestando la misericordia de Dios, que no quiere la muerte del pecador [la perdición del pecador] sino que se convierta y que tenga vida. Para eso sale Dios una y mil veces en búsqueda de las almas, y les está saliendo al paso durante la vida y hasta el momento de la muerte…, hasta la “última hora”… ¡Qué satisfacción la de ver a alguien que se rinde finalmente a la gracia de Dios en ese último momento cuando ya va a presentarse ante el trono de Dios!

1 comentario:

  1. Ana Ciudad9:35 a. m.

    CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (cONTINUACIÓN)

    LA PROVIDENCIA DIVINA

    "Lo que no estaba en mi plan, estaba en el plan de Dios. Y cada vez que me sucede algo así, tanto más viva se convierte dentro de mí la convicción de que visto desde Dios, no existe la casualidad" (Santa Edith Stein).

    ¿QUÉ PAPEL JUEGA EL HOMBRE EN LA PROVIDENCIA DIVINA?.-la consumación de la Creación a través de la providencia divina no sucede sin nuestra intervención. Dios nos invita a colaborar en la perfección de la Creación.
    El hombre puede rechazar la voluntad de Dios. Pero es mejor convertirse en un instrumento del amor divino. La Madre Teresa se esforzó toda su vida por pensar así:"Soy únicamente un pequeño lápiz en la mano de nuestro señor. Él puede afilar o cortar el lápiz. Él puede escribir o dibujar lo que quiera y donde quiera. Si lo escrito o un dibujo es bueno,no valoramos el lápiz o el material emplado, sino aquel que lo ha empleado".Si Dios actúa tambien con nosotros y a través nuestro, no debemos confundir nunca nustros propios pensamientos, planes y actos con la acción de Dios. Dios no necesita nuestro trabajo como si a Dios le faltara algo sin él.

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