jueves, 11 de agosto de 2016

11 agosto: Perdónanos como perdonamos

Liturgia
          Siguen las imágenes de Ezequiel (12, 1-12). Es una larga descripción en la que el profeta tiene que vivir una serie de hechos que dan simbolismo a un argumento principal. La huida del profeta “a la vista de todos” está buscando que el pueblo le pregunte qué es lo que hace. Y ha de responder que es el anticipo –la señal- de lo que va a vivir el jefe de Israel, que tendrá que cargar al hombro su hatillo y huir en la oscuridad hacia el destierro.

          El evangelio (Mt. 18, 21-19, 1) responde a una pregunta de Pedro, que quiere saber hasta cuántas veces hay que perdonar a quien ofende. Jesús responde que “siempre”, y lo ha explicado con una parábola, que es su género preferido para dar a conocer cosas sencillas y profundas. . Presenta a un señor que llama a sus empleados para que rindan cuentas. Y viene uno que no tiene para pagar la gran cantidad de dinero que debía: 10,000 talentos equivalía a 8 millones largos de euros. Y como no tiene para pagar el amo manda que lo  vendan a él con su mujer, hijos y posesiones para sacar el precio que debía. El empleado suplica clemencia y que tenga paciencia con él, y promete ir pagando. Pero es tan grande la cantidad que nunca pagaría. Por ello el amo opta por perdonarle toda la deuda.
          Jesucristo ha querido recalcar la cantidad exagerada de la deuda para jugar luego con lo que supone el perdón de Dios a nosotros.
          Sale el empleado de allí, con su deuda condonada, y se encuentra con un subordinado suyo que le debía 100 denarios. Algo así como 14,000 euros. Y él repite con ese subordinado la petición de que pague su deuda. El pobre hombre no tiene para pagar y pide clemencia, paciencia y promete pagar… Pero el empleado aquel no se lo concede y lo manda a la cárcel hasta que pague.
          La situación produce indignación entre el personal que van a decírselo al amo, consternados por la injusticia.
          Jesús recalca ahora las consecuencias de aquella actitud. El amo se indigna, le hace caer en la cuenta de la fechoría, siendo así que a él le había perdonado una cantidad tan grande. Y ahora manda que lo lleven a la cárcel hasta que pague él su ingente cantidad.
          La parábola concluye con algo que es pedagógico pero que no es real: así hará Dios con vosotros si no perdonáis de corazón a vuestro hermano. Digo que no es real en el sentido de que Dios no echa atrás nunca el perdón que ya ha concedido. Pero es pedagógico para hacer caer en la cuenta que el perdón que Dios concede está en función del perdón que nosotros concedemos, tanto más cuanto que nosotros debemos muchísimo a Dios y es poco lo que los demás –en comparación- nos pueden deber a nosotros.
          En el Padrenuestro Jesús enseñó a pedir perdón: como nosotros perdonamos…, porque nosotros hemos perdonado. Porque sería ofensivo a Dios pedirle que él nos perdonara cuando no fuéramos capaces de perdonar a los que nos han ofendido.
          Lo mismo se encierra en la enseñanza de que si sabes que tu hermano tiene algo contra ti, ve a reconciliarte con tu hermano antes de acercarte a hacer una ofrenda a Dios. [Que para alguien debe traducirse como que no se debe acercar a la Comunión si está rota la comunión con el prójimo. O bien, la falta de coherencia que es acercarse a pedir la absolución del sacerdote mientras se está diciendo que no perdona uno a aquel que le ha hecho alguna cosa. Que, por grande que sea, son los 14,000 euros frente a los 8 millones y medio].
          Aquí puede verse a las claras que Jesús no está dando teorías sino yendo al grano de algo muy importante, como es el perdón que siempre hemos de conceder a nuestros “enemigos”. Porque enemigos de Dios fuimos por nuestro pecado y sin embargo fuimos reconciliados por el amor y el perdón que Dios nos otorgó.


NOTA: el cómputo en euros lo he hecho yo, a partir de que el “talento” equivalía a 5,000 pesetas, y el denario a 0’85. Son  los datos que tengo; si alguien lo sabe computar mejor, nos ayudaría a hacer más objetivo ese dato. No tengo ninguna equivalencia de esas monedas romanas con el euro nuestro actual, por lo que ha sido la regla de tres el recurso al que he acudido.

3 comentarios:

  1. Ana Ciudad1:42 p. m.

    CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (Continuación)

    CREO EN DIOS PADRE

    "Ven Espíritu Creador, visita las almas de tus fieles y llena de la divina gracia los corazones que Tú mismo creaste".

    ¡QUIEN ES EL ESPÍRITU SANTO?.-El Espíritu Sato es la tercera persona de la Santísima Trinidad y de la misma naturaleza divina que el Padre y el Hijo.

    Cuando descubrimos la realidad de Dios "en nosotros", entramos en contacto con la acción del Espíritu Santo. Dios "envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo" (Gál 4,6), para que nos llene completamente. En el Espíritu Santo el cristiano encuentra una alegría profunda, la paz interior y la libertad. "Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para recaer en el temor, sino que habéis recibido un Espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos:¡"Abbá, Padre!". En el Espíritu Santo ,que hemos recibido en el BAUTISMO y La CONFIRMACIÓN podemos llamar a Dios Padre.

    "Vosotros me llamáis e "Maestro " y el "Señor", y decís bien , porque lo soy".

    ¿ES JESÜS DIOS? ¿FORMA PARTE DE LA TRINIDAD?.-Jesús de Nazaret es el Hijo, la segunda persona divina a quien aludimos cuando rezamos."En el nombre del Padre y del Hijo Y delEspíritu Santo".
    O bien Jesús era un impostor al hacerse señor del SÁBADo y dejar que se dirigieran a él con el título de "señor", o era realmente Dios. Llegó a provocar escándalo al perdonar los pecados, Esto, a los ojos de sus contemporáneos, era un crimen digno de muerte. Mediante los signos y los milagros, pero especialmente a través de la Resurrección, los discípulos se dieron cuenta de quien era Jesús y lo adoraron como el "Señor". Esta es la fe de la IGLESIA.

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  2. risto ha querido poner el acento en la cantidad importante que debía aquel pobre hombre, para subrayar a continuación qué buenoes Dios y cuanta misericordia brinda a sus hijos. El Papa Francisco invita a su Iglesia a vivir un deseo inagotable de ofrecer misericordia, conmovidos por la experiencia de la infinita misericordia del Padre y su fuerza difusiva. Ante la curiosidad de Pedro por querer saber cuántas veces hay que perdonar, Jesús lo lleva a unas cantidades exageradas: Si cada día el Papá Dios nos favorece con su infinita misericordia, ¿no vamos a perdonar nosotros las tonterías de nuestros hermanos?

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  3. adre Cantero;no tengo tiempo de arreglar este comentario; ya sabe que soy su seguidora habitual porque me llegan sus meditaciones, me hacen mucho bien. Le deseo que descanse un poco. Yo me ausento hasta el dia 22, Dios mediante. Un abrazo con todo mi respeto. MªJosé Bermúdez.

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