martes, 10 de julio de 2018

10 julio: Obreros para la mies


Ignacio a los PP. Broet y Salmerón
          El Papa Paulo III, puesto que los jesuitas se habían puesto a su disposición, envía a los PP. Broet y Salmerón a Irlanda, donde las exigencias heréticas de Enrique VIII habían creado una situación muy lamentable.
          Ignacio les da instrucciones que deben seguir en ese apostolado: deben ponerse a disposición de todos y atraer por medio de la conversación, que debe acomodarse a la idiosincrasia de lugares y personas, carácter y modo de ser del interlocutor.
          El enemigo busca entrar con las ideas de los otros para luego traer a su campo. Sigan la misma táctica; entrar con el pensamiento del otro para luego traer el discurso al campo de la verdad.
          Utilicen siempre la prudencia y la caridad.

Liturgia:
                      Es muy variado el evangelio de hoy (Mt.9,32-38). Empieza con un endemoniado que le presentan a Jesús, que tenía mudo al hombre poseído. Mateo, como vamos viendo en sus relatos, no entra en detalles ni en historias. Simplemente cuenta el hecho. Y el hecho fue que Jesús echó al demonio y habló el hombre mudo: al salir el demonio que le tenía trabada la lengua, el hombre habló. Lo que era de satisfacción y gozo para la gente, que decía admirada: Nunca se ha visto en Israel una cosa igual.
          A la otra parte estaban los fariseos, quienes con tal de no admitir las obras de Jesús, acaban atribuyendo al poder del demonio el exorcismo que había hecho Jesús. No puede ser más absurda la suposición porque el demonio no se va a expulsar a sí mismo. Pero los fariseos reaccionan así, desatendiendo la admiración de la gente que veía los hechos sin prejuicios. Mateo no explica más ni da más detalles.
          Lo que hace es poner a Jesús en movimiento hacia otras ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas y predicando el evangelio del reino. Y como Jesús va dejando una estela de hechos que corroboren sus palabras, simultáneamente a su enseñanza va curando todas las enfermedades y todas las dolencias.
          Es que Jesús se ponía en el lugar de las gentes y se compadecía de ellas; se le antojaban multitudes carentes de orientación buena, porque los mandatarios religiosos no cuidaban de ellas, y ellas andaban extenuadas y abandonadas como ovejas que no tienen  pastor.
          Para un pueblo pastoril como el judío, la imagen del rebaño sin pastor es una imagen muy dolorosa y deprimente. Es una imagen que expresa desastre. Y Jesús recurre a esa imagen para expresar su sentir sobre aquel pueblo que buscaba a Dios y a la hora de la verdad sus dirigentes no lo llevaban a Dios sino que ellos se aprovechaban de las ovejas en vez de cuidarlas.
          Y entonces Jesús, como el que observa el paso de aquellos “rebaños” abandonados, se vuelve a sus discípulos y les exhorta a una oración a Dios, el dueño –en definitiva- de la pies, para que envíe obreros a su mies

          La visión que hoy tendría Jesús de la historia actual, sería inmensamente dolorosa. No es ya sólo que las gentes andan abandonas sino que están “cuidadas” por malos responsables que las conducen a cisternas de aguas sucias, donde ese mundo se va perdiendo, alejándose da la acción salvadora que ofrece Jesús.
          Los docentes que han copado las aulas, están –en su mayoría- alejados de los principios cristianos. Los medios de comunicación ejercen una labor de zapa sobre los valores verdaderos, creando una mentalidad incluso hostil a la mente del Evangelio ofrecida por la Iglesia Católica.
          Y del lado “nuestro”, los pastores son cada vez más ancianos, menos en cantidad, con una dificultad lógica de adaptación a las nuevas tendencias, y sin tener detrás quien les sustituya y tome en su mano la antorcha del relevo. Con razón Jesús incitaba a sus apóstoles a pedir obreros para su mies, esa mies tan abundante, que camina perdida en medio de los vaivenes de una sociedad que cada vez está más en manos de las mafias de todo tipo, que engordan con la carne de los pobres hombres y mujeres a los que manejan como a corderos mansos, sin que las gentes tengan la capacidad de reacción porque están drogadas por los malos principios de un mundo fácil, que se deja llevar por la corriente del dinero y del placer.

1 comentario:

  1. Faltan obreros en la Mies. Faltan apóstoles en los caminos. El pastor anciano tiene algo a su favor; la sabiduría que da los años de oración y unión con Jesús; Pero tiene algo en contra; el tiempo va desgastando.
    Dice Jesús que se pida a Dios, pero también sabemos por el mismo Jesús que ya dijo en la multiplicación de los panes y los peces: "Dadles vosotros de comer".
    La solución no es fácil. Pienso que es signo de los tiempos.
    Pienso también que parte de "culpa" tiene la misma Iglesia por no haber sabido ver quizás de venir estos tiempos. Ese "humo de satanás" del que habló Pablo VI hace ya muchos años. Es una lección para aprender, aunque el tiempo apura y no se atisba solución, hay que confiar en Dios que todo lo puede y que no permite que ocurra nada definitivamente fatal a su Iglesia, según la promesa de Jesús.

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