domingo, 5 de abril de 2015

5 abril: DOMINGO DE RESURRECCIÓN

JESUCRISTO HA RESUCITADO
El gran mensaje que todos necesitamos: Jesucristo, el afligido con torturas y tormentos, el Crucificado bajo el poder de Poncio Pilato por la instigación de los jefes religiosos de Israel, HA RESUCITADO GLORIOSO Y VICTORIOSO. La muerte no tiene dominio sobre él.
Los sucesos se han ido viniendo así: Jesús fue sepultado el vienes a toda prisa; las mujeres no quedaron satisfechas con aquella sepultura y decidieron volver al sepulcro en cuanto pasara el Gran Sábado judío. Y así lo hacen en la madrugada del primer día de la semana –nuestro domingo-. Pero conforme se acercan al sepulcro, ven quitada la losa de la embocadura del sepulcro.
Una no llega hasta el final, y se vuelve a anunciar a los apóstoles que se han llevado al Señor. Y Simón y otro suben a comprobar. Y lo que comprueban hace mella en el “otro discípulo” hasta el punto de recordar ahora lo anunciado por Jesús. Y VE Y CREE.
La resurrección es un hecho aunque todavía no hayan visto al Señor.
La 1ª lectura, que ya expresa la gran experiencia cristiana, muestra a Pedro predicando la resurrección y recordando la historia de lo que ha sucedido: los jefes religiosos llevaron a Jesús a la muerte, pero Dios lo resucitó al tercer día, y ahora Jesucristo es SEÑOR y juez de la historia.
En consecuencia –ya para nosotros- nos tenemos que separar de lo meramente humano y carnal, de los hechos humanos, por dolorosos que sean, y mirar hacia arriba, hacia Jesús resucitado para elevar nuestra mirada y ser triunfadores con Él.
Las cosas de aquí abajo tienen un sentido que no llega más allá de lo que se toca y se palpa. Cuando elevamos nuestra mirada, todo esto de aquí adquiere otro sentido completo: el sufrimiento, el dolor, la misma muerte…, no tienen la última palabra. Son realidades a las que vivimos sometidos los humanos por nuestra condición humana. Pero por nuestra mirada hacia arriba, por la mirada que nos proporcionan las gafas de la fe, todo tiene una realidad más luminosa, un sentido mucho más completo y mucho más real. Estamos subidos al mundo de Dios, en donde la visión de cada suceso y de cada circunstancia adquiere dimensiones muy diferentes de lo humanamente palpable.
La CONVERSIÓN, de la que hemos hablado tanto en la Cuaresma, adquiere un sentido luminoso bajo el foco de la Resurrección, no es un “convertirse penoso” sino un coger vuelo para manejarnos a otra altura, y ver las cosas desde otra altura. Ya es posible TRANSFORMARSE por la fuerza de la ilusión, porque tira de nosotros una fuerza superior; porque ahora es un imán que nos atrae a otra dimensión en la que seremos parte misma de este movimiento ascendente, desde donde se ve la vida con otras perspectivas y con diferentes esperanzas. El mundo camina a su desastre, pero los CREYENTES sabemos que en cualquier causa, estamos aferrados ya a un Cristo triunfador que –junto a sí- lleva cautivos a los que nos sentimos y somos cautivos de las rémoras diarias.

La RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO es nuestra resurrección. Con la fuerza de Jesucristo, caminamos ya hacia otra realidad que nos llena de esperanza.

1 comentario:

  1. Ana María2:17 a. m.

    Padre, en sus comentarios de hoy, nos invita a 'vivir la alegría'... porque CRISTO HA RESUCITADO y que sea nuestra razón de vivir. Y también "elevar nuestra mirada hacia Jesús Resucitado"...sabiendo además que 'SU mirada de amor y misericordia nos protege, y está siempre sobre nosotros. La antífona de entrada nos lo confirma: "No temáis, "HE RESUCITADO y siempre estaré con vosotros".

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