lunes, 13 de abril de 2015

13 abril: Vida Gloriosa en San Lucas - 1

Lucas, en la Vida Gloriosa 1
          Acostumbrado a tomar la Vida Gloriosa como un “todo” que entremezcla los datos de los 4 evangelistas, el enfoque que voy haciendo, uno a uno por separado, me provoca nuevos sentimientos y descubrimientos. Y San Lucas  tiene un arranque que me suscita “novedades”, y me confirma que el Evangelio siempre es nuevo y nunca puede uno pensar que “se lo sabe”. Basta variar un poco del ángulo de mirada para descubrir que hay una nueva realidad, o que se descubre una zona que estaba ahí pero que no se había descubierto.
          Por lo pronto San Lucas, en versículo 10, nos cita a las tres mujeres con nombre que fueron al sepulcro apenas rayó el alba. Pero en ese versículo nos dice que “las demás  que fueron con ellas”, lo cual haría muy verosímil esa “expedición” de unas cuantas mujeres que se han juntado para una labor que no era nada fácil: la losa pesada del sepulcro, la hora (cuando aún nadie está en la calle), la labor que iban a realizar (en un enterramiento)…, el manejar un cadáver de tres días…
          Pero ya se les rompen los esquemas cuando se encuentran la losa corrida. Es para sospechar y temer. Allí ha pasado algo raro. Y apiñadas unas con otras se asoman al sepulcro, y la más osada se adentra en la cámara mortuoria para dar a las  demás la extraña noticia de que no está el cadáver. Un escalofrió que comparten otras que también se asoman, como no dando crédito a lo que dicen las que se han asomado.
          Están desconcertadas. No saben qué pensar. No pueden imaginar. Sienten temor y perplejidad. Pero dura un instante porque dos varones con vestiduras refulgentes se presentan de pronto. Si estaban desconcertadas y perplejas, ahora el primer movimiento es de estupor y temblor: amedrentadas y bajando los ojos al suelo, dice el texto. Porque en aquellas figuras empiezan a vislumbrar lo sobrenatural, y eso les provoca ese temor sagrado (que es constante en la Biblia).
          Los varones se dirigen a ellas y les preguntan ¿A qué buscáis entre los muertos al que vive? NO ESTÁ AQUÍ. RESUCITÓ. Recordad que os lo dijo mientras estaba con aún en Galilea, diciendo que “el Hijo del hombre había de ser entregado en manos de hombres pecadores y ser crucificado, y al tercer día resucitar.
          Cada frase de aquellas les resuenan en un crescendo peculiar: -¿a qué buscar entre los muertos al que vive?: primera noticia y muy grande. –No está aquí: argumento impresionante que repiten los sinópticos. El que había sido depositado cadáver allí, NO ESTÁ ALLÍ. Pero es que todo eso lleva a su culmen con la frase siguiente: HA RESUCITADO. Y para más fuerza: - así lo tenía dicho desde Galilea. Es, pues, de evidencia lo que aquellas mujeres esta escuchando. Y se acordaron de esas palabras.
          Y vueltas del sepulcro se fueron a anunciar a los apóstoles la noticia. Y a los apóstoles les pareció delirio y no las creyeron.
          No obstante Pedro (y se cita sólo a Pedro) fue a comprobarlo. Ciertamente más tarde dirán los de Emaús que “algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron como le habían dicho las mujeres”. Pedro fue, se agachó para ver la cámara y vio los lienzos solos, y se volvió a casa, admirándose de lo acaecido.

          Esa fue la noticia que Pedro pudo dar a los demás. A las mujeres –que tienen mucha más información- las creen delirantes. La mañana se tensa en diferentes sentidos. Algo extraño ocurre… ¿Positivo? ¿Negativo?

2 comentarios:

  1. Liturgia del día
    Pedro (4,23-31) está convencido de que hay una persecución declarada y cita a David: Por qué se amotinan las naciones…, y hace referencia directa a Herodes, Pilato y el pueblo de Israel: Ahora nos amenazan; da a tus siervos valentía para anunciar tu Palabra, mientras tu brazo realiza curaciones, signos y prodigios.
    Y al acabar de hablar, vino el Espíritu Santo sobre todos ellos, y anunciaban con valentía la palabra de Dios.
    El Evangelio nos pone ante Nicodemo (Jn 3, 1-8), un senador judío que –sin embargo- admira a Jesús y viene a visitarlo casi de incógnito, de noche, reconociendo que Dios está con ese hombre Jesús.
    Y Jesús entra directamente al grano en una curiosa conversación: Te lo aseguro: quien no nazca de nuevo, no puede ver el Reino de Dios. Demasiado sabe Nicodemo que Jesús está hablándole de cosas más altas. Pero –como buen rebino- tira de la lengua a Jesús con una pregunta absurda: ¿Cómo puede un hombre, siendo viejo, volver al seno de su madre para volver a nacer?
    Y Jesús le abre ya la luz con la realidad espiritual de ese “nuevo parto”: nacer del agua y del Espíritu. Y el espíritu no se maneja con ideas y artes humanas, porque sopla donde quiere y no sabe uno de dónde viene ni a dónde va. Así es el que renace del Espíritu.
    Queda abierta una inmensa vía… Tiene un paralelismo con la resurrección o renovación que se ha de vivir en acogida al Espíritu que actúa en nosotros, mucho más allá de nosotros mismos.

    ResponderEliminar
  2. Sí, queda abierta una inmensa via...El Señor Resucitado continúa ejerciendo como Mesías,Señor y Profeta. Pedro y los Ápóstoles ya están reunidos en Galilea. La Iglesia, animada por el Espíritu comienza una etapa de testimonio para proclamar con obras y con palabras que la promesa del Reino de Dios ya se está cumpliendo por Jesús Resucitado que ha hecho posible la salvación a todos los hombres:, judíos y gentiles, "hasta el confín de la tierra"(Hchos,1,1). El Señor, Jesús, ya está glorificado; su Resurrección ha señalado el fin de su camino terreno y el comienzo del de la Iglesia.En su exaltación gloriosa, Jesús recibe la plenitud del Espíritu, que derrama sobre los hombres que quedan constituídos en pueblo de profetas, capaces de ser testigos de su salvación que se ofrece a todos.El Padre nos capacita- capacita a la Iglesia-para que colabore en la tarea de salvación, sometiéndolo todo a Jesús hasta que vuelva. La Parusia marcará el final de esta tarea salvadora y, en aquel momento, aparecerá Jesús como Mesías Y Salvador; retenido por ahora en el cielo hasta que llegue el tiempo del consuelo y de la restauración de todas las cosas.(Hchos,3,21)
    Según San Lucas, Jesús eligió a los Doce y sólo a ellos les dio el título de Apóstoles. Ellos son los garantes de la continuidad entre el pasado y el presente, ya que forman el grupo especial de testigos cualificados de toda la Obra de Jesús.
    El tema de la salvación es muy importante para el evangelista Lucas y la Oración es fundamental.El grupo de los Doce, testigos de la Resurrección,representa a los testigos que aglutinará a los testigos de todos los tiempos y de todas laS
    .

    ResponderEliminar

¡GRACIAS POR COMENTAR!