jueves, 30 de abril de 2015

30 abril: Jesús subió..., y está aquí con nosotros

El mismo Jesús…

La liturgia del día
          Comienza prácticamente la vida de Pablo. El libro de los Hechos va a dedicarse casi completamente a la historia de Pablo. Hoy (13, 13-25) nos pone la primera intervención del mismo. Es en Antioquía y Pablo hace una síntesis de la historia de la salvación para presentar a Jesús como el último eslabón de una historia que ha llevado Dios de su mano. Jesús es el Salvador de Israel, el anunciado.
          En Evangelio (Jn 13, 16-20) pertenece a las palabras de Jesús después del lavatorio de los pies. Jesús quiere hacer ver que un criado es menor que su amo, y el enviado es menor que el que lo envía. Pues eso ocurre aquí, dice el Señor, y dichosos vosotros si lo ponéis en práctica. Porque en definitiva lo que ha enseñado con aquel gesto es que el que es mayor se ponga a los pies del menor; que en la caridad verdadera, servir es asemejarse a Jesús

          La ascensión en “Hechos”
          Jesús ha sido elevado y llevado hacia las alturas. Con los ojos y con los brazos extendidos hacia ese Jesús que sube, querrían aquellos discípulos seguir el trayecto de Jesús. Pero ¿a dónde iba Jesús en esa subida al éter? El movimiento de “subida” es un símbolo de lo que está en estadio superior. Pero no es el firmamento De ahí que “una nube inteligente” se les interpone y les quita de la vista esa visión.
          Por el contrario, dos varones con vestiduras blancas se les presentan y les hacen volver la mirada al mundo en el que viven. Porque ese Jesús que habéis visto subir, de la misma manera bajará. En absoluto es una referencia a la última venida de Cristo. Pero bien merece la pena considerar el momento y hacerlo “útil” y práctico, sin esperar a la última venida. Será mucho más importante caer en la cuenta que ese Jesús que ha subido al Cielo no se ha ausentado de la tierra. Y que si Jesús ha subido, también es cierto que se ha quedado, y que –vueltos los ojos de ellos hacia abajo- deben encontrar a Jesús en cada otra persona, en cada otro hecho, de lo que se tiene entre manos.
          Si Jesús ha ascendido debemos ahora nosotros descender. Y sin perder la tendencia a mirar “arriba” (donde tenemos el motor y el amor para seguir viviendo), aprender a mirar a nuestro nivel…, incluso descender, porque la nueva presencia de Jesús está en los semejantes, y –dentro de los “semejantes”- en los más necesitados y pobres.
          Y en esa mirada que baja y sabe bajar hasta lo más bajo, “regresar a Jerusalén” y regresar –como dice Lucas en su evangelio- llenos de un grande gozo. ¡Esto sí que es inexplicable! “Algo muere en el alma cuando un amigo se va”… Y sin embargo en ellos nada ha muerto y ha surgido en su alma una inmensa alegría: ha triunfado el Amigo, vive el hijo (pensaba su madre, también gozosa en esta hora).
          Este sentimiento expresa nobleza, grandeza de alma, sentimiento que se sale de lo humano y experimenta el gozo por el bien del otro.

          Y todo eso queda alimentado ahora por esa reclusión de los discípulos, con María su Madre, que van a aguardar LA PROMESA en actitud de oración, allí en aquel santuario que es “el piso superior” del cenáculo, en donde todos se habían alojado en este período de espera.

1 comentario:

  1. "Si Jesús ha ascendido, nosotros debemos descender "y posicionarnos en el lugar que nos corresponde; muy unidos a la Madre y a los Apóstoles . Si Jesús murió por todos y resucitó venciendo a la Muerte y al pecado, nosotros tenemos que estar alegres y celebrarlo; unidos todos como hermanos en la única Iglesia de Dios: la Iglesia de Cristo que Él mismo gobierna.Siempre en actitud orante y de espera,porque Él nos prometió que volvería a buscarnos para que donde Él esté, tambien estemos nosotros.

    Pablo y sus compañeros ya están en la Sinagoga y Pablo se dirigió a los israelitas para hablarles del Dios de Israel y del salvador del pueblo de Israel: Jesús, a quién él había perseguido. Pablo era un buen fariseo antes de su conversión.Siempre ha gozado de buena reputación crítica, lo mismo que la tradición; se sabe quién era,dónde nació, qué carácter tenía y se conocen las etapas fundamentales de su vida, sus Cartas, a quién las dirigió, su contenido y hasta la intención de dichas cartas. Si la muerte de Jesucristo tuvo lugar cuando Poncio Pilato era Procurador entre el 26y el 36 después de C, la persecución de los cristianos en Damasco pudo haber sido el año 27 y su conversión puede colocarse entre el año 30-32 y su apostolado como Discípulo fue muy fecundo, pero muy corto porque murió en la persecución de Nerón o un poco antes, entre el 60-64 años d. de Cristo.

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