martes, 27 de enero de 2015

27 enero: QUIEN SALVA ES CRISTO

La economía de la Gracia
          La carta a los Hebreos avanza hoy en la idea. En 10, 1-10, presenta una imagen muy expresiva de Cristo entrando en el mundo –la encarnación- como ese momento en que se dirige al Padre y le dice que sabe bien que está ya harto de holocaustos y sacrificios que se ofrecen según la Ley. Es todo el sistema que ha presidido la etapa primera de la historia de la salvación. El Pueblo de Dios ha avanzado a base de mandatos, preceptos y prohibiciones, que la Ley les fue marcando, como al niño pequeño al que hay que conducir con enseñanzas muy concretas que el niño ha de cumplir o evitar. Los holocaustos y sacrificios, como expresiones del rendimiento del pueblo ante Dios, la sangre de toros y machos cabríos y becerros significando la entrega de un pueblo que daría su propia sangre, han ido perdiendo valor vital. Y sobre todo, se quedaba en lo exterior del ofrecimiento o de la buena voluntad.
          Y Cristo va a cambiar todo el sistema. Y no va a ser ni la Ley externa, ni la sangre vicaria de animales. Ahora SOY YO MISMO quien va a ofrecerse; por eso te digo: AQUÍ ESTOY para hacer tu voluntad. Se ha acabado el régimen antiguo. Ahora SOY YO MISMO QUIEN SE OFRECE. Y como toda la acumulación de ritos antiguos había sido un signo de una salvación, ahora Yo asumo y recopilo y elevo todo aquello, y soy Yo quien me ofrezco. Por eso Padre, aquí estoy PARA HACER TU VOLUNTAD. Cuanto se había hecho era en orden a que la voluntad tuya salvadora llegara a ser una realidad: Yo vengo a hacer en todo esa voluntad tuya.
          La ley es sustituida por la Gracia. El esfuerzo humano es sustituido por el don de Dios. La sangre de animales, por mi propia sangre. La salvación ya será así un hecho que está realizado, y no “un esfuerzo que alcanzar” por el hombre. [Esto es lo que se llama la economía de la Gracia (=designio divino de salvación, la forma de obrar de Dios en la historia de la salvación)].
          A partir de ahí la salvación ya no es el fruto del esfuerzo del hombre para ir alcanzando peldaños de salvación, sino la adhesión e incorporación de la persona humana a la salvación que YA ESTÁHECHA Y ALCANZADA por los méritos de Jesucristo: todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha de una vez para siempre. Así concluye la lectura de hoy.
          El evangelio de Marcos 3, 31-35 –aunque no aparezca así en el texto- lo interpreto como el segundo envite de los familiares de Jesús, que no habían podido llevarse a Jesús con ellos (considerándolo como “fuera de sí), y que ahora vuelven a la carga y con un añadido: han atraído –sin que Ella lo sepa- a la Madre de Jesús, para hacer fuerza en el intento de quitar a Jesús de aquel camino que ha emprendido.

          No lo expresa así el texto pero la reacción de Jesús se me antoja muy significativa. Cuando Él está en sus catequesis y le envían el recado de que allí están su madre y sus hermanos, lejos de moverse, de ir a darle un abrazo a su madre (que hacía tiempo que no veía), se queda donde está, extiende sus brazos hacia aquellos que tiene delante, y dice: ¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? –Estos son mi madre y mis hermanos. El que hace la voluntad de Dios ese es mi hermano y mi hermana y mi madre. Quedaba claro que a Jesús no lo sacaban de su misión ni por estratagemas afectivas. Bien define a su madre como la persona ejemplar que hace la voluntad de Dios. Y por eso mismo sabe Él que su Madre no está implicada en aquello. Su madre es su madre porque hace la voluntad de Dios. Y aquellos que escuchan, y Él mismo, han puesto la voluntad de Dios por encima de los afectos y las conveniencias.

2 comentarios:

  1. Dios no cesa de llamar a sus elegidos "Sal de tu tierra, de tu parentela, de la casa de tu padre, para la tierra que Yo te indicaré".(Gén, 12). Dentro de aquella Casa, están los que creen en Jesús, todos están unidos por la misma Fe; no se queda en unos cuantos; es una Casa de puertas abiertas a todo el que quiere entrar...Los que están fuera, todavía no pertenecen a la familia de Jesús- excepción hecha de la Madre de Jesús. Jesús ni se inmuta y sigue con su Catequesis. Él se siente hermano de todo aquel que hace la voluntad de Dios, de quién escucha su Palabra, del que sale de sí mismo y lo busca. Jesús, no está loco, pero tiene un corazón universal que le obliga a correr detrás de la Humanidad entera para establecer con cada uno una relación de hermanos como auténticos hijos de Dios. Al día de hoy , todos reconocemos al Mesías nuestro Redentor, siempre unido a su Iglesia o Pueblo de Dios.

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  2. Ana Ciudad4:14 p. m.

    En la oración de hoy ,podemos examinar si deseamos cumplir siempre lo que Dios quiere se nosotros,en lo grande y en lo npequeño,en lo que nos agrada y en lo que nos desagrada.
    La voluntad de Dios se manifiesta en aquellos sucesos que Él permite,y que siempre están dirigidos a un mayor bien si premanecemos junto a nuestro Padre Dios,con más confianza ,con más amor.
    Hay una providencia oculta detrás de cada acontecimiento: todo está ordenado y dispuesto, también aquello que no entendemos,aquello que nuestra voluntad se resiste en un principio a admitir,para que sirva al bien de todos.En nuestra vida no comprenderemos del todo cada uno de los acontecimientos que Dios permite.
    Pedir fuerzas a nuestro Padre Dios ,pedir que las contrariedades pasen si es su voluntad,y gracias para sacar el mayor frutu sobrenatural y humano de aquello que al principio sólo se veía
    bajo el aspecto de mal irreparable.

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