domingo, 25 de enero de 2015

25enero: Domingo de llamadas

Domingo 3ºB, del Tiempo Ordinario
          Domingo de llamadas. Primera llamada, la de Dios a Jonás (Jo 3,1-5, 10) como profeta elegido por Dios para llevar un mensaje. Y llamada de Jonás a Nínive: en 40 días Nínive será destruida por su mala vida. Llamada de advertencia, que es llamada de quien amenaza para que no tenga que hacerse realidad esa amenaza. Y de hecho Nínive se convierte y no es destruida.
          En el Evangelio (Mc 1, 14-20), llamada de Jesús a cuatro hombres: Andrés y Simón, Santiago y Juan. Llamada para estar con Jesús: VENID CONMIGO. Y llamada para una misión: ser pescadores de hombres. Y todo eso porque está cerca el Reino de Dios y hay que convertirse. Por tanto: llamada personal y llamada misionera, como la de Jonás.

          Hoy celebramos el día de la Infancia misionera, un momento en el que los niños de países desarrollados deben tomar conciencia de niños que viven y se forman  cristianamente en países muy lejanos.
          Estudia la Psicología Evolutiva que el niño tiene su período para captar e interiorizar este aspecto de apertura y sensibilidad hacia esos niños que viven o sobreviven en lugares donde no tienen ni lo necesario. El niño del primer mundo tiene su momento de captar ese hecho como algo que le incumbe a él. Y este día de la Infancia misionera debe llevar a los padres y familiares y educadores a poner al niño en contacto con esa otra realidad, tanto más desfavorecida de los niños en lugares de misión. No precisamente de las aventuras misioneras de otros tiempos sino de la realidad más seria y más cruda que llevan quienes tienen menos posibilidades. Y aun así viven su fe y sus prácticas religiosas con constancia y hasta con esfuerzo y heroísmo.
          Estamos celebrando confortablemente la Eucaristía. A miles de kilómetros, se celebra la misma Eucaristía, se acerca a todos el Reino de Dios, y Dios sigue llamando. Vamos a recibir al mismo Cristo los que estamos aquí y los que viven allá. El sentido de la llamada para convertirse, para ser pescadores de hombres, PARA ESTAR CON JESÚS, es el mismo. Las respuestas las hemos de buscar dentro cada uno.

          Y a eso nos ayuda la 2ª lectura. En el momento que Pablo escribe lo que hemos escuchado, está equivocado. Se corregirá muy pronto de ese error, que daba por inmediato el fin del mundo. La lección sigue siendo válida: vivamos con toda la fuerza EL MOMENTO PRESENTE y no nos perdamos en lo que fue o en lo que será: los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran… Invita a una línea de profundidad en lo substancial, en una seriedad de lo que es vivir el HOY con todas sus consecuencias. AYER ya pasó. MAÑANA no ha llegado, ni nos lo podemos prometer. Pero lo que HOY tenemos entre manos es para tomárselo muy en serio, porque es lo que verdaderamente tenemos a la mano y en lo que podemos dar una respuesta a Dios, y un servicio concreto al hermano cercano que nos necesita. ES TAMBIÉN UNA FORMA CONCRETA DE LLAMADA en medio de las diversas llamadas de este domingo.

2 comentarios:

  1. Danos, Señor, oídos del alma para escuchar tus llamadas
    - Para que sea HOY cuando estemos atentos a oír a lo que Tú nos llamas. Roguemos al Señor.
    - Para que –aunque sea al modo de Pablo (cuya conversión se celebra hoy)- escuchemos tu llamada a vivir el Reino de Dios. Roguemos al Señor.
    - Para que seamos fieles a la llamada que nos hace educadores de niños misioneros, Roguemos al Señor.
    - Para que lleguemos a sentirnos “pescadores de hombres”, Roguemos al Señor.
    - Para que todos escuchemos la llamada acuciante de Jesús para que vivamos unidos todos los cristianos, los de una confesión religiosa y los de otra, Roguemos al Señor.
    Dios nuestro: Nínive se convirtió por tu Palabra; los discípulos dejaron todo y siguieron a Jesús, por la palabra que Él les dirigió. Saulo pasó a ser Pablo por otra forma de llamada tuya:
    Llega a nosotros de tal manera que respondamos a tus proyectos de salvación y felicidad que nos prometes.
    Por Jesucristo, N. S.

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    1. Señor Jesús, danos fuerza para atender a tu llamada, que no seamos cobardes.

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