jueves, 15 de enero de 2015

15 enero: HOY es hoy; no "mañana"

“HOY, si oís su voz…”
          Me da escalofrío esa palabra que nos deja el Espíritu Santo por dos veces en la Sagrada Escritura. Hoy la trae la carta a los Hebreos en la 1ª lectura (3, 7-14): “HOY, si oís su voz, no endurezcáis vuestro corazones, como cuando el desafío, la provocación del desierto, poniéndome a prueba vuestros padres, a pesar de haber visto mis obras…” Me da escalofrío porque ese “HOY” está pendiente un día tras otro, y la “provocación” continúa. “Atención, hermanos –sigue diciendo la carta- que ninguno de vosotros tenga un corazón malo e incrédulo que lo lleve a desertar del Dios vivo. Animaos, por el contrario los unos a los otros, día tras día, mientras dure este HOY
          Y llegamos al Evangelio de Mc 1, 40-45 y encontramos aquel “HOY” del leproso que se decidió a hacerlo actual y –rompiendo moldes- se vino a presentar ante Jesús para decirle una sencilla frase que parece no decir nada y lo dice todo: Señor: si quieres, puedes curarme. Y el “HOY” de Jesús, arrostrando las leyes, las amenazas de contaminación, la repulsa de sus mismos discípulos, sintió lástima, alargó su mano, le tocó y dijo: Quiero, queda limpio. Y en un gesto de fidelidad a la ley (y de beneficio social para el recién curado), lo envía a los sacerdotes para que certifiquen públicamente la curación. Y en otro gesto utópico, pretende hacer callar al leproso y que no se lo digas a nadie… Pero el leproso gritó, saltó de alegría y publicó a derecha e izquierda su gran dicha. Hasta el punto que Jesús no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba en descampado, y aun así acudían a Él de todas partes.
          Creedme que hay un encadenamiento de aspectos dignos de reflexionar en cuanto uno bucea mínimamente en el relato. Por lo pronto hay un HOY que no se puede dejar pasar de largo. Un HOY del leproso que atrae el HOY de Jesús. Y el resultado es la limpieza de aquel enfermo.
          Jesús se somete a la ley. Estaba escrito así y Jesús manda cumplir lo escrito. Es obediencia a la ley. Y es camino oficial para bien de aquel hombre. Toda otra discusión que se hubiera pretendido sobre el caso, caía por tierra. Las cosas son como son y lo sensato es ir llevar las cosas por sus caminos.
          Jesús pretende que el hombre se calle. Y el hombre grita y proclama su curación. Una imagen de la Iglesia. No va tocando la trompeta de sus innumerables y heroicas obras por todo el mundo y en todos sus frentes. Pero la otra parte de la Iglesia –nosotros- tenemos que ser altavoces del bien que realiza la Iglesia. Tenemos que obligarnos a construir, a edificar. Para tirar piedras ya están los otros –los que prenden fuego a una iglesia con 500 cristianos dentro, que quedan asados muertos, o raptan a las jóvenes que practican la fe católica-. A nosotros nos toca crear HOY un grito de entusiasmo y alabanza. Y proclamar a los 4 vientos las virtudes y méritos de una Iglesia de vanguardia o de retaguardia.

          Dejaremos al Papa la obra de purificación de los defectos de la Iglesia (de los que –como nosotros-manchamos la Iglesia), porque el Papa lo hace desde el amor constructivo y purificador, caminando hacia el proyecto de Dios de una Iglesia santa e irreprochable por el amor. Pero nosotros, como buenos hijos de tal Madre, vamos a ser de los que decimos con el alma entera: Mi madre es la más buena de todas las madres. Porque aunque tiene pecas, aunque tiene Judas, aunque tiene defectos, yo –como hijo de mi madre- no le veo las pecas y paso por alto los defectos. HOY proclamo a gritos mi amor a la Iglesia, y si no puedo entrar “en las ciudades”, me quedaré en los descampados. Pero si soy noble y creyente en Cristo y en la Iglesia, hasta al mismo descampado vendrán las gentes a buscar una autenticidad. HOY es hoy mismo…, no es mañana.

2 comentarios:

  1. La historia cristiana tuvo una Cruz en el Calvario. Pero era el final de una etapa y el comienzo de otra. El escándalo de los discípulos que consideraron "dura" la palabra de Jesús, y se marcharon..., las persecuciones de Nerón y Diocleciano (echando la culpa a los cristianos del propio incendio que habían provocado), los leones de Roma..., y los otros de garras disimuladas que pretenden negar la evidencia de una cultura europea que está sembrada de realidades cristianas y católicas; la tergiversación de la historia moderna a la que se le da la vuelta impunemente y se le hace decir "al revés" [bien evidente en lo político, lo cultural, lo social, lo "autonómico", con libros de texto alterados, manipulados, ideologizados, escrita desde intereses partidistas; las cátedras infestadas por los prejuicios y el desconocimiento de la verdad...), es la misma que hoy sigue adelante su curso en el proceso de descristianización, que no es un fenómeno simple sino muy programado, para destruir elementos básicos de una sociedad estructurada: la familia, la patria, el ejército y la Iglesia. [Está escrito así como "programa de actuación" de determinadas ideologías..., ¡y más que ideologías!]. En la familia, ya lo vemos. En la patria, más claro que el agua (ni se habla de ello); en el ejército cambiados sus principios básicos (y que nadie se salga del guión). Y en la Iglesia porque es el arraigo de lo trascendente, lo inmanipulable, lo referente que fundamenta todo lo demás sobre la solidez de la existencia y la Palabra de Dios, que es LA VERDAD. Y eso estorba en una "cultura" del relativismo y de la "libertad" con la que cada cual "es libre" en la medida que hace su voluntad, caiga quien caiga a su alrededor.
    Por eso es mi interés de que el blog sea elemento de construcción, sin servilismos; de verdad, sin negar la existencia de defectos; de edificación que levanta sin destruir, y de verdad que no niega la verdad, aunque la verdad no esté de moda, y aunque sea tan difícil desbrozarla de tantas hierbas que se han extendido en el camino (incluso "oficialmente" y en determinadas fuentes de información). La historia no se ha inventado hoy, ni el autor de hoy es el que ha descubierto América. Las bases están echadas y lo prudente es no desaprovechar lo que se escribió en tiempos mucho menos politizados que los actuales. Doy fe en primera persona de narraciones "a imprenta" en las que he sido testigo directo de la falsedad de lo escrito y dado al gran público, en libros, periódicos, noticias...
    Una capacidad crítica mínima nos situará mejor en el proceso de la HISTORIA con mayúscula.

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  2. "Animáos los unos a los otros mientras dure este hoy"

    Nuestra Historia deberíamos escribirla siempre con letras mayúsculas porque , para un cristiano, es una historia sagrada que comienza con Moisés cuando contemplaba la Zarza que ardía sin consumirse.

    Exhortando Moisés al pueblo de Israel a ser fiel a Javhe, lo colocó ante una gran alternativa: o amar al Señor´, cumplir sus mandamientos y así recibir todas sus Bendiciones, o volverle la espalda y adorar otros dioses y prepararse a recibir todas las maldiciones divinas. "Os pongo ante la Vida y la muerte, ante la Bendición y la maldición. Elige la Vida y vivirás".(Dt,30,19.) Sólo Dios es el "viviente".Él es la fuente de la vida y solo quién escoge vivir con Dios y reconoce y escucha su Palabra,escoge una vida que no acabará nunca; la muerte física no podrá vencerla.

    Hay que elegir bien la vida; y, no basta una elección puntual, hecha una vez para siempre,tiene que ser una elección que se renueva día a día, tanto si las circunstancias son especiales como si son sencillas; todo tiene que ser meditado a la luz de la Fe y colocarlo en las manos de Dios para que sintonice con su Palabra.

    Nuestro barro y nuestras preocupaciones,con demasíada frecuencia nos distraen de lo esencial, sería triste ir postergando algo que tiene que determinar nuestra felicidad eterna: El cristianismo no admite vacilaciones, no se puede elegir a Dios y al mismo tiempo ser condescendiente con el mundo. El cristiano que vacila, que no se coloca totalmente de parte de Dios y no escucha su Palabra, demuestra que no está convencido de que Dios es nuestro Padre, que nos ama con locura, que es el único Dios verdadero, el único Señor digno de ser amado y servido con todo nuestro corazón; un cristiano tibio corre un serio peligro de hacer mal uso de su libertad y de perder su vida ...y su historia no podría ser escrita con letras mayúsculas. Elegir la Vida es seguir a Cristo negándonos a nosotros mismos y llevando la cruz con amor.

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