lunes, 15 de abril de 2013

San Mateo 28, 16-20


FINAL EN SAN MATEO
                Aunque ya anoche dejé un comentario curioso y enriquecedor sobre “la joya de la corona” que es el capítulo 21 del Evangelio de San Juan, hoy doy una pincelada nueva sobre lo que podríamos situar en un “después”, en toda esa “ciencia ficción” en que estamos intentando situar las narraciones de la Vida Gloriosa.
                Casi nos sale solo pensar que Jn 21 es el final del final.  [Y posiblemente lo sea, porque está muy posteriormente escrito y con una mano muy clara de la comunidad cristiana de casi finales el siglo I]. Pero en hay que tener en cuenta que Jesús aún no se ha ido…  Y los tres sinópticos tienen sus respectivas “despedidas”, ciertamente variadas, pero que dan más punto final a los relatos de esta etapa tan especial.
                San Mateo sitúa simbólicamente el relato en “Galilea”.  Galilea había sido el lugar, por decirlo así, más acogedor con Jesús, en donde Jesús desenvolvió la mayor parte de su obra, y los momentos más importantes de su vida pública. “Galilea” viene a hacerse así –en este texto de Mt 28, 16, 20- como un espacio favorable. Pero quitando a Mateo, nadie más hace esa referencia de “traslado” momentáneo de los discípulos a Galilea. Ni Marcos ni Lucas. Y sólo vendría a estar “en acuerdo” con ese cp. 21 de Juan, ya tratado.
                Mateo sitúa el momento en un monte de Galilea, donde Jesús aparece…, y aún hay discípulos que dudan. Todos adoran.
                Jesús comienza con unas palabras solemnes –semejantes a las de Jn 20, en la aparición a los Once-: Me ha sido dado todo poder en cielo y tierra. Y con ese poder omnímodo, Jesús envía ahora a sus apóstoles con in ID imperativo (que es el que debiera recoger con más decisión la última palabra del sacerdote en la Misa).  Han de IR a todas las gentes, a bautizarlas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.
                ID es ya un mandato. Un cristiano parado, apoltronado, cómodo, que no se quiere complicar ni tener problemas por razón de su fe, es una persona que empieza fallando en lo primero…
                Ir A TODAS LAS GENTES supone la universalidad del mensaje de Jesús: la catolicidad de la Iglesia.
                A BAUTIZAR.  El bautismo es un rito de iniciación y de entrada y de pertenencia. Muy común a otras diversas formas que emplean en otras religiones o en determinados grupos católicos. El BAUTISMO no es un “lavar” sino un consagrar, una expresión de pertenencia exclusiva a una forma de vida, a una Persona, que –en este caso- en la misma Trinidad: el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo, misterios supremo de la fe católica.  Y es –repito- una consagración en exclusiva, de modo que el que así es consagrado quedaría profanado por actos o situaciones contrarias a ese bautismo que recibe. El BAUTISMO que pone Jesús es una señal imborrable y distintiva por la que esa persona lleva ya en sí las marcas de Jesús, y debe vivir ya una vida que sea correspondiente a esa nueva realidad suya.
                Y entonces se hace verdadera realidad esa “despedida” de Jesús: “Y sabed que Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. Jesús está así presente en la realidad de esos cristianos consagrados a Dios, formando esa Iglesia con vocación de catolicidad, de evangelio que encierra todo lo que Yo os he enseñado.
                Tema que no es para dejar pasar por alto, porque la realidad que encontramos con frecuencia es el de esos que se quieren seguir llamando cristianos y adoradores de Dios…, y luego viven al margen de lo que os he mandado.  Ahí están esa pléyade de “creyentes” que “creen a su manera” y que, en realidad es que viven al margen de los mandatos de Dios y las enseñanzas de Cristo.  Tema que hoy día está en escaparate puesto que las enseñanzas espúreas de muchos medios de comunicación, han ido “adoctrinando” en contra de los principios cristianos, y han ido pulverizando valores hasta establecer la anarquía del pensamiento, el error hecho “ética”, y ese maremágnum que vamos encontrando a derecha e izquierda, y que tiene tan fácil entrada en tantas personas que no formaron, ni mínimamente, su sentido cristiano y católico desde la doctrina de la Iglesia.
                No eximiré de “culpa” a quienes no supimos o no fuimos formadores; pero también es cierto que mientras los papás/mamás/educadores…, fueron tan solícitos en que se formaran sus pupilos en las otras ramas del saber, no tomaron mucho interés en que hubieran “estudiado” (siquiera eso) lo que ellos mismos habían mamado.  O lo dieron por hecho, o no lo trasmitieron…, o no lo quisieron trasmitir.  Y el mandato de Jesús quedó en el aire… Y hoy nos quejamos de “no ver a Jesús” cuando quisiéramos encontrarlo. Pero es que Él quiere estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, pero nuestro mundo no parece muy interesado en que esté vivo en medio de nosotros.

1 comentario:

  1. Ana Ciudad12:31 p. m.

    El proceso contra Esteban desencadena una grave persecución en la Iglesia.Esteban proclama con valentía su fe en Cristo resucitado.¿Qué hacemos loa católicos?.Yo reo que a veces nos dejamos llevar por el "respeto humano"y solemos callar ante una situación que nos comprometa con la fe que profesamos para que no nos tachen de "fanáticos.El dejarse llevar por el respeto humano,es propio de personas con una formación superficial,sin criterios claros,con un carácter poco firme.
    AUNQUE LOS NOBLES SE SIENTEN A MURMURAR DE MÏ,TU SIERVO MEDITA TUS LEYES;TUS PRECEPTOS SON MI DELICIA,TUS DECRETOS SON MIS CONSEJEROS.
    Si sabes hablar sin herir,sin ofender,aunque debas corregir o reprender,los corazones no se te cerrarán.

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