domingo, 29 de julio de 2012

La grandeza de alma


DAR Y SOBRAR
Desde que lee uno la lectura ya vislumbra pr dónde va a ir el tema de este domingo.  Lo que narra de Eliseo es como un anticipo en miniatura de la multiplicación de los panes por Jesucristo,.  El contexto de ese relato de Eliseo es una gran hambre en la región de Gálgala. Ante Eliseo se plantan los hijos de los profetas, unos 100 hombres, que tienen hambre, pero Eliseo no tiene para darles de comer.  En eso se presenta un forastero que trae en su alforja 20 panes de cebada.  Y Eliseo dice a su criado que los reparta entre aquellos cien. Objeta con razón el criado que con eso no hay para dar de comer a cien personas, y Eliseo le insiste en que lo haga, afirmando que habrá para todos.
Damos el salto del tiempo y tenemos a Jesús en el descampado, a donde había ofrecido a su apóstoles un descanso, pero al llegar encuentra una gran masa de personas que le están esperando, porque encuentran en Jesús ese buen corazón que se ocupa de las personas y las atiende. Y Jesús, que había pensado aquella tarde de descanso para sus apóstoles, tiene en su sentimiento más hondo la compasión de esas otras gentes que están anhelantes como ovejas que no tienen pastor, imagen muy sentida en aquella cultura.  Ahí se acaba el pretendido descanso, porque Jesús se va derechamente a aquella multitud para atenderla.  Les habla del Reinado de Dios, les habla de una forma que embelesa, que llena los corazones. Y ni Jesús ni ellos llegan a pararse a pensar que la tarde decae y que allí no hay para comer, y que es multitud necesita irse a las aldeas más cercanas para buscarse víveres.   Sabemos por otros evangelistas que fueron los propios apóstoles quienes llamaron la atención de Jesús sobre lo avanzado de la hora, y Jesús tiene la ironía de preguntarle a Felipe qué dinero sería necesario para comprar pan para todos.  Felpe abrió los ojos como platos, porque haría falta un dineral (aparte de que ¿cómo se traería el cargamento de miles de panes para tanta gente?  Quedaba, pues claro, que no había solución. Para más abundamiento Andrés había hecho sus pesquisas indagando quiénes habrían traído viandas de entre esa multitud.  Y lo único que apareció fue un muchacho con 5 panes y dos pescados.  Y vuelta a la misma reflexión: Pero ¿qué es esto para tanta gente?
Está demostrado que no hay solución humana.  Y ahora entra Jesús en acción. Con la mayor naturalidad pide que la gente se siente en la hierba de primavera (estaba cercana la Pascua).  Toma en sus manos los 5 panes y los dos peces, realiza un gesto eucarístico dando gracias a Dios,  y va dando trozos a los apóstoles para que “sigan repartiendo”. Debió ser un poema el  gesto de aquellos hombres…: ¿qué iban a repartir cuando cada uno no llevaba ni medio pan en su alforja?  ¡Repartieron!  Ya cada pedazo que daban, otro nuevo les quedaba… Y solo en varones había 5000…, y hubo para todos y todas…  Y todos y todas comieron abundantemente, sin que –mientras saciaban su hambre- llegaran a advertir plenamente lo que había pasado.  Jesús, muy intencionadamente hace a sus apóstoles recoger las sobras, y todavía llenó cada uno su alforja con los trozos sobrantes.
Ni que decir tiene que entonces es cuando se enardece esa multitud saciada y cuando piensan que Jesús sería el gran “rey” de Israel, puesto que soluciona así los problemas más graves.  Jesús se va perdiendo de la escena porque aquello no es lo que Él ha buscado, y se mete por el monte y se va a orar…  Si estuviéramos en el evangelio de San Juan, desembocaríamos ahora en la gran promesa de la Eucaristía, que Jesús multiplicará para vida y alimento de todos los siglos futuros.
La 2ª lectura nos viene como una concreción de este aspecto: Sed fieles a la vocación que habéis recibido:  humildes, afables…, con capacidad de comprensión mutua para poder sobrellevarse con amor, esforzándose por mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.  Diríamos, primero, porque coméis un mismo pan…, ese pan multiplicado, con único origen, que es Jesús, y porque si no hay comunión de ánimos, no hay Comunión auténtica en el Cuerpo de Cristo.  Que de eso ya advirtió muy seriamente a los fieles de Corinto.  Pero todavía ahonda ahora en aspectos muy profundos: Porque somos UN SOLO CUERPO, tenemos UN ÚNICO Y SOLO ESPÍRITU SANTO, y  caminamos hacia UNA SOLA Y ÚNICA ESPERANZA en la ÚNICA VOCACIÓN a la que hemos sido llamados..  Porque –dirá en otro lugar- “si os mordéis y os devoráis” os destruís, siendo así que todos estáis teniendo UN SOLO SEÑOR, UNA SOLA FE, UN SOLO BAUTISMO, UN SOLO DIOS Y PADRE que lo llena todo y los trasciende todo y lo penetra todo y lo invade todo.
Cae de su peso ese estribillo del Salmo que hemos repetido: Abres Tú la mano y sacias de favores (no sólo de pan) a todo viviente.  A corazón más grande para salir de sí y para más y mejor dar, MÁS COMUNIÓN en el Cuerpo de Cristo, más comunión de ánimos, mas construcción de bienes repartidos, más Comunión en el regazo de un mismo Padre.

4 comentarios:

  1. Un habitual seguidor8:00 a. m.

    Preparando los textos de la Misa de mañana Domingo, pienso que “Jesús se inspiraría” para la Multiplicación de panes, el Salmo viene a reforzar mi Oración, y San Pablo no tiene desperdicio…Este mundo sería un Paraíso si todos fuéramos así… Y el Evangelio…¡qué maravilloso estar “allí” sentadito en la hierba, viendo actuar a Jesús…adivinando que Él se quedaría siempre con nosotros! // Al llegar “su Oración” me lleno mucho… La espero siempre con toda mi alma

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  2. José Antonio10:27 a. m.

    Sinceramente, nunca había reflexionado sobre ese joven que pone al servicio del Señor sus panes y peces, poca cosa sin duda para alimentar a tanta multitud, pero lo pone en manos de Jesús y, El lo multiplica. Nuestros dones a veces son muy pobres, pero puestos en manos de Dios y al servicio de El, cuánto bien puede hacer.

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    1. Completamente de acuerdo, ésto quiere decir que todos somos instrumentos de Dios y cualquier acción nuestra, incluso indigna, puede conducir a un beneficio para la gloria de Dios.
      Por supuesto de nuestra parte está que nuestras acciones sean lo mas dignas posible y encaminadas al bien.

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  3. Anónimo8:57 p. m.

    Lo de ovejas sin pastor que comenta, yo no se si era propio de aquella cultura o no, lo que si se es que en esta se puede sentir igual. Eso es lo que me maravilla de la Biblia.

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