jueves, 1 de junio de 2017

1 junio: Que sean UNO

La oración de Jesús
          Hoy es el primer día de Junio. Junio es el mes del Corazón de Jesús. Nos acercaremos al evangelio del día desde esa perspectiva del Corazón de Jesucristo, que rezaba su última oración en la tierra, antes de padecer, y que con el corazón muy blando ruega por todos los que en el tiempo vayan a creer en él.
          Ayer, con la festividad de la Visitación, no tuvimos el evangelio de San Juan: en él Jesús rogaba al Padre por sus apóstoles, esos que el Padre le dio, y para los que pedía que fueran UNO con esa unidad fuerte que refleja la unidad del Padre y del Hijo.
          Hoy extiende su petición a todos los que crean en él (17, 20-26) por la palabra que él nos ha dado. Y quiere que SEAMOS UNO como tú, Padre, estás en mí y yo en ti. Que ellos sean uno en nosotros para que el mundo pueda creer que tú me has enviado.
          No cabe duda que un poco de escalofrío siente cualquiera ante la realidad que comprobamos en la vida real. Falta unidad. Sobran recelos y tensiones. Hay envidias y rechazos. Hay quien no perdona la ofensa recibida. Y no me refiero a “los enemigos”. Hablo de los que “creemos en Cristo”, de los que seguimos muchas cosas de las de Cristo, de los que estamos en la misma barca y con los mismos ideales cristianos, pero remamos en diversas direcciones, que a veces son “encontradas”. Hablo de facciones dentro de los mismos fines, con el consiguiente juicio negativo y peyorativo del que está en la otra labor. Y creo que es muy fácil aterrizar en esta visión, cada uno desde nuestros puestos.
          ¿Puede el mundo CREER en el envío que hemos recibido de Dios si nos llegan a ver sin esa unidad que Jesucristo pedía y determinaba para sus seguidores?
          Pero el CORAZÓN DE JESÚS no se desanima, no se queda en esa visión. Por eso continúa orando a su Padre: También a ellos les di la gloria que me diste, para que sean uno como nosotros somos uno, yo en ellos, Tú en mí, para que sean completamente uno. ¡Corazón de Jesús!: abres el mes dedicado a ti con una lectura que es hermosa y que es exigente; que llega a pedir una COMPLETA UNIÓN, a la que necesitamos responder quienes creemos en tu Corazón y tomamos en serio tu Palabra.
          Y como las cosas tienen que ser concretas para llegar a ser verdaderas, habría que comenzar por quien tenemos más a la mano…, y quizás no más acordes con él, con ella o con tal género de vida y de espiritualidad. Sabemos que no vamos a coincidir con su modo de enfocar la vida (incluso el estilo espiritual), y sin embargo con él debo hacerme completamente uno, acoger su estilo y manera y alabarla. No será mi estilo, no entraré yo a formar parte de esa expresión religiosa, pero acepto que hay formas y formas de servir al Señor dentro de esa cancha del Evangelio. [Que lo que ya se sale del Evangelio y son formas extravagantes de espiritualidades ajenas a la unidad de Jesús con el Padre, a eso no nos adherimos, ni admitimos como expresión de estas palabras de Jesús sobre la unidad].
          Padre, éste es mi deseo: que los que confiaste estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria. Si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido y éstos han conocido que tú me enviaste.
          El mundo está carente de amor. Por eso el mundo no conoce a Cristo. El “amor” del mundo es falso y vacío, y no se sostiene: se hunde a la primera de cambio, porque no es amor. El “Corazón de Jesús” está en desuso porque el mundo se ha acogido a unos ídolos de cartón que duran unas horas. El amor de Cristo, la misericordia de Cristo, la verdad de Cristo, dura siempre. Y ese término de perennidad lo ha borrado el mundo actual. Por el eso el mundo no ha conocido a Cristo ni –así- lo puede conocer.
          A nosotros se nos ha dado a conocer y nos dará a conocer el Nombre de Dios, para que el amor que me tenían esté en ellos, como también yo estoy en ellos.

          Todo esto es para meditarlo, adentrarlo en el corazón y acogerlos con el corazón. Porque de corazón a CORAZÓN es como podemos entendernos. Y nosotros queremos vivir un MES muy unidos al Corazón de Jesucristo, captando sus sentimientos y llevando a la práctica sus deseos. Y no perdamos de vista que es expreso el deseo de QUE TODOS SEAN UNO, con una unidad que reproduzca la unión del hijo y el Padre.

1 comentario:

  1. Jesús quiere que seamos UNO.Él predica la unidad, no la uniformidad. Quiere que seamos uno en el amor y en el mensaje.Él quiere que a través de nuestras obras vean a Cristo como en Él veían al Padre. Su Oración Sacerdotal nos llena de esperanza. Jesús pide por los suyos porque sabe que los envía a un mundo que los aborrece y, tambie´n pide por nosotros porque encarnamos unos valores que el mundo no comprende.Apesar de todo pide por nosotros para que nunca perdamos la confianza en Él.

    ResponderEliminar

¡GRACIAS POR COMENTAR!