viernes, 18 de septiembre de 2015

18 sept.: La palabra y sus implicaciones

HOY reanudamos la
ESCUELA DE ORACIÓN
en Málaga,
como actividad del
APOSTOLADO DE LA ORACIÓN.

Liturgia
          Sigue la 1Tim (6, 2-12) y Pablo le establece a su discípulo un principio básico de expresión de la vida cristiana: la convicción vital de que la persona entra en este mundo y sale de él sin nada. Y con ello le saca una conclusión: la codicia es opuesta a la vida de un creyente en Cristo. Contrario al pensamiento de Cristo y de su doctrina es ser orgulloso, plantear cuestiones inútiles y discutir  sobre palabras… Todo eso provoca envidias, sospechas maliciosas, controversias inútiles y sin sentido de la verdad.
          Quien cree en la fe de Cristo y en su Palabra se contenta con poco. La codicia (y aquí se habla no solo del dinero sino de toda forma de “posesión” que crea engreimiento) es la raíz de todos los malos y muchos, arrastrados por ella, se han apartado de la fe y se han acarreado sufrimientos. [Me está recordando la típica contemplación que San Ignacio pone en los Ejercicios, llamada “Dos banderas”, que precisamente presenta la gran tentación del demonio la riqueza y la codicia que lleva a creerse más que otros, y de ahí va a la soberbia…, que precipita en toda clase de males].
          Tú, en cambio, como hombre de Dios huye de todo eso y practica la bondad, la fe, los principios de la Religión: el amor, la paciencia, la delicadeza, el combate por la causa de Cristo. [En “Dos banderas” la posición que promueve Cristo es la sencillez, la superación de la vanagloria, y la humildad, que es el trampolín desde el que ya se domina todas las virtudes]. A eso fuiste llamado –dice Pablo a Timoteo-: conquista, pues, la vida eterna a la que fuiste llamado y de la que hiciste noble profesión ante muchos testigos. Desde la ausencia de codicia –desde actitud de pobre- tienes acceso a esa vida eterna y esa vivencia de fe que has profesado.
          El Evangelio de hoy (Lc. 8, 1-3) es corto y parece no tener mucha enjundia. Intentaré, con todo, buscarle rasgos de profundidad porque cada detalle de la Palabra de Dios está ahí escrito para algo.
          Por lo pronto, algo que debe espolearnos a continuar esa obra de Jesús que fue la de caminar de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo (de oportunidad en oportunidad) predicando la Buena Noticia del Reino de Dios. Si consideramos que esta gran Noticia merece la pena…, si somos beneficiarios de esta Buena Nueva, hemos de sentirnos misioneros y enviados a ir de persona en persona ayudándole a comprender el tesoro que tiene en el Evangelio. Si somos unos convencidos de que el Evangelio es la línea medular de nuestra experiencia cristiana, busquemos la manera de llevarla también a otros (que a su vez se sentirán beneficiados por esa Palabra que le dimos).
          En la escucha está el pueblo sencillo, el pueblo que descubre en la predicación de Jesús que allí hay una riqueza que no se la daban los fariseos y doctores con sus repeticiones vacías y sin garra. Jesús da mucho más porque su palabra les hace conectar con Dios. ¡Ese es el valor de esa Palabra que se da de balde a cualquiera que quiera escucharla! Y a veces hasta quien no tiene sintonía con esa palabra pero que, cuando le llega, LE TOCA. Y no es que haya que ir con predicaciones sino con ese néctar que ya ha libado el contenido de los textos y entonces trasmite su esencia. Ahí es done “predicamos” a los no creyentes o los indiferentes y apartados.
          Los Doce se beneficiaban de aquellas enseñanzas que Jesús impartía al pueblo, y ellos iban asimilando. Un día tendrán que ser ellos quienes lleven a otros la Buena Noticia del reino.

          Unas mujeres acompañaban, servía…, y escuchaban, y se sentían cogidas por la Palabra y por el mismo Jesús. Estaban mujeres de muy diversos orígenes: María Magdalena, que había sido una convertida por la acción de Jesús que la había liberado de la posesión diabólica…, del pecado, de la mala vida. Escuchar a Jesús le había llevado a querer oír su palabra y seguirle y servirle. Una mujer intendente de Herodes que, también había sido ganada por aquellas enseñanzas de Jesús… Otras mujeres que ponían sus bienes al servicio de la causa de Jesús. Aquella obra de Jesús tenía implicaciones en muy diversos sentidos. La Palabra TOCABA dentro.
A ESO VA DIRIGIDA LA ESCUELA DE ORACIÓN

1 comentario:

  1. Cristo sigue anunciando la Buena Noticia. Le acompañan los Doce y no es que lo entiendan demasíado, pero no se atreven a preguntar, son muchas las dudas que tienen; ellos no comprenden que por ser el Mesías tenga que sufrir, Él ya les habló de la Pasión y tienen mucho miedo.En cambio, las mujeres que lo acompañan , no tienen miedo, aman a Jesús, se han dejado tocar por Cristo y se han transformado en unas valientes seguidoras que se mantendrán fieles hasta el final e incluso le ayudan con sus bienes. Perseveremos como ellas junto al Señor, superando los respetos humanos y cualquier otra dificultad que se nos pueda presentar. Llevemos, como ellas, el mensaje de Cristo a través de un mundo, cada vez más deteriorado, que necesita que sus discípulos seamos evangelizadores y respondamos a la misión y compartamos el tesoro de la Fe. Por fidelidad a nuestro Bautismo, no podemos pararnos, aunque tengamos achaques, aunque seamos mayores, tenemos que estar disponibles para lo que podamos hacer por Jesús.

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