domingo, 9 de agosto de 2015

9 agosto: Domingo 19 B, T.O.

Domingo 19 B, T.O.
          La lectura del Antiguo Testamento (1Re 19, 4-8) nos presenta a Elías que camina por un desierto (huyendo de los profetas de Baal), y que le fallan las fuerzas, exhausto del camino, y se echa bajo una retama, pensando que más le vale morir. Dios le despierta por medio de un ángel que le presenta pan y agua para que coma y beba y siga su camino. Porque tiene que alimentarse para poder llegar a su destino. Y en efecto, con la fuerza de aquel alimento llega al Monte Horeb.
          Prepara así la liturgia la entrada de este Evangelio (Jn 6, 41-52) en el que Jesús se presenta como el pan de la vida, que es necesario comer para recorrer el camino que queda hasta el final. Los judíos no entienden que Jesús se declare “pan que ha bajado del Cielo porque conocen que es hijo de María y de José. ¿Cómo puede decir que “ha bajado del Cielo”?
          Y Jesús les insiste y les declara que Dios dio el maná a los antepasados, pero que el verdadero pan del Cielo y pan de la vida es Él, de manera que quien lo come, no muere, porque el pan que le daré es mi carne para la vida del mundo.
          Vamos a lo de siempre: la Palabra se nos quedaría en sermón si no la pasamos al Altar y si no la convertimos en realidad. ¡Y qué más realidad que el hecho de que nosotros comulgamos y recibimos al Pan de la Vida?

          Pues hay más que el hecho de comulgar, y es la salida práctica que se nos pone delante. Y puede ser una pista interesante la 2ª lectura de hoy, de San Pablo a los fieles de Éfeso: “Desterrad de vosotros la amargura, la ira, los enfados e insultos y toda maldad. SED BUENOS, comprensivos, perdonándoos unos a otros, como Dios os perdonó. Sed imitadores de Dios como hijos queridos y vivid en el amor, como Cristo os amó y se entregó por vosotros.

3 comentarios:

  1. Pedimos a Dios, de quien confiamos recibir

    - Para que Jesucristo, Pan de Vida, nos dé ese alimento que conduce a vida eterna, Roguemos al Señor.

    - Para que ese alimento se traduzca en desterrar de nosotros la amargura, la crítica, los enfados y cualquier clase maldad, Roguemos al Señor.

    - Para que comer la carne de Jesús haga en nosotros personas buenas, comprensivas, que perdonan, Roguemos al Señor.

    - Para que seamos imitadores de Dios, como hijos queridos, siguiendo la vida que nos muestra Jesucristo, Roguemos al Señor

    Que la comunión que vamos a recibir tenga en la vida ordinaria una influencia sobre nuestros pensamientos, obras y palabras.
    Por Jesucristo N. S.

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  2. Ana Ciudad8:31 p. m.

    El monte santo al que se dirige el Profeta es imagen del Cielo; el trayecto de cuarenta días es del largo viaje que viene a ser nuestro paso por la tierra,en el que también encontramos tentaciones,cansancio y dificultades.A veces sentimos flaquear el ánimo y la esperanza.De manera semejante al Angel ,la Iglesia nos invita a alimentar nuestra alma con un pan que es el mismo Cristo presente en la Sagrada Eucaristía. En Él encontramos las fuerzas necesarias para llegar hasta el Cielo,a pesar de nuestra flaqueza.

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  3. Hoy la lectura se toma del Éxodo, (Ex,16 que nos sitúa ante las murmuraciones de los Hebreos en el Desierto: se ven sin agua y sin comida y se acuerdan de las ollas de comida y de las cebollas de Egipto, todavía no conocen la misericordia de Jahvéh y se quejan amargamente. A pesar de su descomedimiento, el Señor,interviino para que no les falte el alimento necesario: Dios hizo caer cada mañana, sobre el campamento, pan del cieloy, por la tarde, bandadas de codornices que constituían el sustento de todos.

    También los hombres de hoy se quejan amargamente de la Providencia; lo hizo el antiguo pueblo de Dios y lo hace el hombre de hoy olvidado de todas las intervenciones de Dios en su vida y demostrando, una vez más, su escasez de miras y la pobreza de su fe. Apenas se ve el hombre en dificultades, murmura de la Providencia en vez de ponerse a buscar a Dios, por ser el Creador; y, si lo busca,no lo hace por Él mismo, sino con unas miras muy interesadas.

    La búsqueda desinteresada del Señor requiere fe. El trabajo más importante que Dios pide a los hombres es que crean en Él, en lo que Él hace por ellos en Cristo Jesús. Sólo el que cree que Jesús es el Hijo de Dios, el Mesías enviado para salvar al mundo, acude a Él con confianza y se abandona por completo a su acción redentora. Los judíos , no creían en Jesús y le exigían milagros."Yo soy el pan de Dios, el que da la vida al mundo"; pero ellos, que sabían que Jesús era hijo de José y de María, no creían que era Hijo de Dios; esperaban un Mesías guerrero y poderoso que resolviera los problemas del pueblo.

    Hoy tenemos muchos problemas; como cristianos y como miembros de la única Iglesia verdadera, la Iglesia de Jesucristo, tenemos que estar en guardia para defenderla con todas nuestras fuerzas. Alimentados con el Cuerpo Santísimo de Cristo, encontraremos la fuerza necesaria para vencer todas las dificultades que nos presente la vida; siempre haciendo el BIEN.

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