sábado, 15 de diciembre de 2012

Joaquín habló a José


                JOSÉ
                Ana regresó de su cometido. Había dejado el recado en casa de José. El hogar de Joaquín, Ana y María permanecía en vilo, porque no era fácil aquella comunicación a José.  Joaquín estuvo un poco apartado porque pensó mil maneras de enfocar su conversación con José.
                Llegó Jose en cuanto regresó a su casa y le dijeron que Joaquín quería consultarle unas cosas. Se aseó rápidamente tras su jornada de trabajo, y marchó a casa de María, su prometida.
                Le recibieron los tres con todo el afecto de siempre, sin que se pudiera disimular del todo el semblante preocupado de Joaquín. Eso lo comprendía José porque para algo lo habría llamado.  Ana Y maría hicieron un discreto mutis, y Joaquín y José se acomodaron.  Joaquín comenzó diciendo a José:  Nos ha llegado a nuestro conocimiento que la pariente Isabel, anciana –como bien sabes- y sin hijos, está ahora de seis meses. Algo inesperado. Y María, tu esposa prometida ha pensado que podría ir y ayudarle algo, porque se hace cargo que la prima –mayor y ahora más pesada- necesitaría de un poco de ayuda. Y no ha querido María ni nosotros decidir nada sin tu consentimiento, puesto que tú ya tienes unos derechos adquiridos por tus desposorios con María.
                José agradecía de verdad aquella confianza y deferencia de Joaquín. Y hubiera respondido de palabra su consentimiento, que, de hecho, ya lo había dado con sus gestos y semblante.  Pero antes de que hablara, Joaquín continuó hablándole.
                Lo que no te puedes imaginar, José es cómo hemos conocido la noticia.  Joaquín hizo un silencio y remojó sus labios resecos. Aunque te parezca extraño, María ha tenido una visitación de Dios.  José tuvo un gesto instintivo de temor.  Y como si no lo hubiera advertido, Joaquín siguió hablando:   Y la verdad es que el embarazo inesperado de Isabel no es el primero que nos cuentan las Escrituras sagradas cuando Dios quiere hacer una de sus obras.  Lo cual nos deja como una garantía d que lo que María nos ha contado tiene bastantes visos de realidad y de realidad sobrenatural.
                José estaba parado y no se atrevía a intervenir. Porque y le resultaba muy especial esa visita de Dios a su prometida. Pero bien conocía él que María no era una muchacha de fantasías ni invenciones, y mucho menos en un terreno tan sagrado como para que María hubiera creado un cuento así.
                Joaquín tomó un semblante muy serio.  Puso las manos en el hombro de José y le dijo con voz temblorosa:  Pero José: hay más en todo esto y te atañe a ti directamente.  Que por eso he querido que vengas y poder hablar contigo  Ahora José está en ascuas.  Ahora sí que siente temor. La cosa ha empezado suave pero va creciendo en intensidad… Y ahora Joaquín está tenso a la vez que le quiere comunicar algo que incumbe a José directamente.
                Es que –se le quebró la voz a Joaquín- María está encinta.  No podía seguir de corrida.  Y su mano sobre el hombro de José sintió el estremecimiento del esposo prometido de María.  Se rehízo Joaquín y le dijo: María no ha salido de casa; ha estado siempre bajo nuestra mirada. Hemos advertido el largo rato de su ensimismamiento, tan distinto de su manera habitual.  Hemos sospechado que María podía tener una experiencia de Dios o de un ángel…  Y cuando al cabo de un tiempo ha venido hacia nosotros, realmente estaba en otro mundo del suyo normal.  Y nos ha confesado que Dios le ha puesto delante un plan inaudito, por el que Ella sería la madre del Mesías Salvador (Jesús), por una intervención misteriosa del Espíritu Santo.
                Ahora era José el que estaba fuera de su cuerpo, por decirlo Así. Oía casi como dormido, oía y no podía asimilar ni seguir la conversación.  Joaquín,  que casi lo estaba pasando tan mal como el, apretó su mano sobre el hombro de José.  Te comprendo, José. Te comprendo.  Hizo un leve silencio. Su voz era ahora más baja, como de disculpa humilde.  Cierto que hubiera sido lógico, en principio y en frío, que te hubiera consultado primero, pero tú sabes muy bien que María vive una finura suprema hacia Dios, y si Dios esperaba su respuesta, no podía ella decirle a Dios: Espera que consulte. Por eso tenemos nosotros, como tú, esta situación que nos desborda. Pero que en María es una pura delicadeza hacia Dios
                Ya José no hablaba.  Posiblemente sus ojos bajos se llenaban de lágrimas.  También él era un hombre fiel y cabal ante el Dios de Israel, y quería comprender… Pero al mismo tiempo sentía un estremecimiento inexpresable ante aquello.  ¿Dudó? ¿Experimentó un disgusto de varón herido?  ¿Sintió que Dios había entrado en su terreno?  ¿Su estremecimiento fue encontrarse con lo sagrado, y por tanto que su vida ya no era tan suya? Es difícil meterse en el sentimiento de José en este momento. Y su mente giraba como un tiovivo…   Joaquín permaneció callado. Separó su mano del hombro de José.  Vio que alguna lágrima caía al suelo.  Disimuló.  Bien sabía Joaquín que había sido un bombazo muy fuerte. Esperó.
                Ana y María estaban en ascuas en el interior de la casa.  Ahora no oían voz ni ruido.  Oraban a Dios las dos.
                Cuando vio Joaquín que podía ser oportuno, le dijo en voz muy baja a José. ¿Quieres ver a María?  José respondió a medias palabras que ahora mismo no.  Que prefería marcharse. Y Joaquín lo acompañó hasta la puerta. No quiso ni quedarse en ella para que no se sintiera José vigilado. Ya llevaba él bastante, y lo que buscó por todos los medios fue eludir encontrarse con alguien.  Lo que ahora necesitaba era llegar a su casa y desahogarse allí a solas.
                Joaquín estaba tan destrozado como él.  María y Ana salieron y comprendieron que en estos momentos lo mejor era permanecer calladas. Bastaban las miradas.

7 comentarios:

  1. Hay temperamentos y temperamentos. Y según cada uno sea, es su método de oración. Tengo un compañero que tiene que hacer la oración en alemán porque el alemán es más seco. Y mi compañero es pura inteligencia. Evidentemente a él no le podrá entrar mucho el método contemplativo.
    Otros -que quizás no tuvieron oportunidades de tiempos serenos de oración, o no tuvieron ESCUELA DE ORACIÓN, poco más pueden sacar adelante que tomar un texto y verlo reflexivamente. No será entonces fácil que el corazón sienta experiencias demasiado afectivas. Aunque la verdadera meditación -aunque empiece por pensar- deberá desembocar en afectos del corazón que muevan hacia un algo que haga encontrarse con Dios, con la necesidad y urgencia de cambios en la propia vida. de lo contrario no va a ser una meditación muy viva.
    Es comprensible que el que no ha conocido el método contemplativo, vea "novela sentimentaloide" al toparse con este tipo se oración. Pero lo que distingue este tipo de oración es que, tras la "imaginación" del que ora, se estén purificando propios pensamientos, propias reacciones, propias formas de respuesta y trato con Dios. Tuve un alumno que vió en la petición de Jesús a la samaritana una casi regañina y pelea de Jesús con aquella mujer. ¡Es que él era un violento agresivo! Le hice leer por 6 veces seguidas el texto para que matizara su tono de lectura. Y eso no era un "ejercicio de lectura" ni psicológico. Era sencillamente irlo llevando a que se pusiera en el lugar de Jesús, en su bondad, en su ternura y capacidad de acogida. Porque eso, hecho un día tras otro, va purificando el propio interior. Simplemente dicho: hacerse MÁS CRISTIANO..., más al modo de Jesús.

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    1. Anónimo1:56 p. m.

      No tengo nada contra el método contemplativo, siempre que sea personal (aunque es difícil observar algo que sólo puede imaginarse). Pero cuando las "imaginaciones" o "contemplaciones" se exteriorizan y se comparten con otros que las toman como ejemplos, no tenemos oración sino docencia. Y pobre docencia la que se basa en "imaginaciones".

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    2. Anónimo7:45 p. m.

      Qué atrevida es la ignorancia

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  2. Ana Ciudad1:58 p. m.

    La oración contemplativa a mí me parece una manera de orar muy provechosa;admiro su "imaginación".Estoy leyendo su libro:¿QUIEN ES ESTE? y la la verdad que engancha.Por lo que llevo leido saco muchas conclusiones de ¿qué haría yo ante esta situación?.!ENHORABUENA,PADRE¡
    Atiendo mucho a la puntuación,que es el ejercicio de la presencia de Dios.Las pausas,puntos,comas o punto y coma....cuando son más largas,representan el silencio del alma con las cuales me esfuerzo en dar sentido sobrenatural a lo que leo.

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  3. La devoción a los Santos hasta el punto de pensar que sólo atraves
    de ellos y con su ayuda llegarás a Jesús . ¿Es correcto este
    pensamiento ?.

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  4. Te diría que no es incorrecto. Pero la verdad completa es más amplia que eso. Porque de hecho el Señor nos ha dado la inmensa gracia de poder llegarnos a Él sin una especial intermediación. La Virgen puede entrar dentro de esa ida a Jesús porque por María nos vino Él y Ella nos ayudará siempre para ir nosotros a Él. Pero no perdamos de vista que el Espíritu Santo (que es el Espíritu de Cristo y del Padre) habita en nosotros. Y entonces es bastante posible entrar nosotros en contacto con Jesucristo porque sólo conoce a Jesús aquel a quien el Espíritu se lo revela.
    Los santos son ejemplos de muy diversas virtudes, actitudes de vida…; ejemplos de seguimiento de Jesús, y por consiguiente pueden ser un camino por el que nos resulte más fácil llegar a Jesús. Vida, escritos, etc., de personas tan señaladas, serán siempre útiles. Pero no harán tanta falta cuando hayamos encontrado nosotros nuestro propio camino para llegarnos a Él.

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  5. Muchas Gracias por su dirección Padre Cantero .

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