domingo, 30 de diciembre de 2012

Familia y Vida


SAGRADA FAMILIA
            Nacido Jesús, queda constituida familia completa el matrimonio de José y María. La Iglesia celebra hoy –dentro del ciclo de la Navidad- la fiesta de la SAFGRADA FAMILIA, que se hace a su vez, DÍA DE LA FAMILIA y de LA vida. Dos realidades que quedan fundidas en una sola, porque en realidad la vida surge y depende de la familia constituida.
                Imaginemos una familia que se crea con la gran ilusión de unos recién casados, pletóricos de ilusiones. ¿Có sueñan ellos esa vida que quieren vivir?  No cabe duda que una vida que se forma en un núcleo de amor. Del amor s parte y es el sueño a realizar y a vivir (que de otra forma no se constituiría un hogar, porque nadie hace algo para no ser feliz).
                Sobre ese amor se empieza a construir, sobre es amor empieza a nacer la vida nueva de unos hijos, de un hogar que sabe a caliente y cordial, y que sólo aí se sueña y se desea vivir.  Y luego los hijos crecen y se amplía el  ámbito el amor recíproco, y de la colaboración, en donde ninguno está a “verlas venir” sino donde cada cual aporta lo que sabe y puede.
                Así nos sitúa la 1ª lectura, con esa relación tan evidente de unos padres que tienen sus obligaciones y las realizan en sus hijos, y son garantes de ese bienestar familiar, y juntamente deben ser amados y honrados por sus hijos.  Amados y respetados mutuamente los esposos, y con toda la responsabilidad sobre unos hijos que han de crecer en ambiente cordial familiar.  Y llegará el día en que esos padres pasarán a depender de sus hijos, y todo el cuidado y desvelos que ellos vivieron por esos hijos, necesitan ahora los hijos vivirla hacia sus padres que, en la vejez, hasta perderán su agilidad física y mental. Son ahora los hijos quienes tienen el deber del amor de correspondencia, para tratar a sus padres mayores y poner en ellos la paciencia y el amor.
                La 2ª lectura, que considero la perla de las exposiciones sobre el amor, va poniendo una serie de características propias el amor verdadero: la comprensión,, la ternura, el cariño, el amor del corazón hasta la misericordia entrañable.  Son las bases que han de revestir todo sentimiento básico de familia. Pero no está pensando San Pablo en una familia de ángeles. Y dentro de la realidad humana, es necesaria la capacidad de sobrellevarse y –llegado el caso- hasta de perdonarse porque en algún momento puede tener uno quejas del otro.  Pero cuando todo eso está adobado por el amor, como esa realidad que ciñe profundamente y mutuamente, entonces se salvan los escollos de la convivencia con la madurez de personas con sentido. Se vivirá la paz de Cristo, que actuará siempre como árbitro  oculto pero real en los corazones para conservar el equilibrio del juego limpio. Y creará un sentido gozoso de hogar, donde los niños hallará clima pacífico, sereno, sin voces, sin que se alteren nunca  las buenas formas.
                Más aún: en que fomenten los detalles: porque cuando San Pablo dice: Y sed agradecidos, está diciendo una gama de delicadezas, de saber adelantarse al gusto el otro, de alabar lo que el otro hace, de crear un clima que estimula a ser mejor.  Y todo ello acabará siendo un grito de alabanza, que se trasmitirá alrededor y moverá a los de fuera a alabar a Dios por lo que ven y oyen.
                Lo que San Lucas quiere dejarnos patente en esta narración de su Evangelio de la Infancia es enormemente  clarificador. María y José no pueden reírle la gracia a Jesús, porque llevan tres días sufriendo por su causa. [día del viaje hacia Nazaret en la caravana], día de regreso a Jerusalén y primeras indagaciones; día del encuentro]. María se siente en la responsabilidad de llamarle atención a Jesús: por qué lo has hecho así con nosotros; tu padre y yo te buscábamos llenos de angustia.  La respuesta de Jesús que escribe Lucas (que en realidad pretende dejar claro en su evangelio que José no era el padre de Jesús), supone una contrariedad en María y José que no comprenden.  Pero que, en amor y comprensión respetuosa a lo que no se entiende, María prefiere callar y rumiar. Sobrellevaos, había escrito San Pablo. Y María y José sobrellevan, aunque sin poder comprender.
                Para desembocar en lo que queda de argumento familiar normal:  que marchan a Nazaret y que el Niño es sencillamente niño que obedece, que crece, que se desarrolla y progresa.  Y ese es el clima que hoy fomenta esta fiesta de la FAMILIA Y DE LA VIDA, porque la vida depende de la familia. Si bien es verdad que la vida no es simplemente “vivir” sino dar vida, dejar vivir, ayudar a vivir, y eso en todo el proceso familiar…, cuando los padres dan la vida a sus hijos.., cuando los hijos han de dar calidad de vida a sus padres ancianos…
                Lo que deja patente la EUCARISTÍA como Sacramento de vida, aunque en Jesús que da vida a cosa de la suya…; cediendo de sí para que los otros vivan; sacrificándose para bien de los demás.
                Y este concepto de familia –con sus variaciones evidentes- es el mismo que toda vivir en las familias de la VIDA RELIGIOSA,  y en toda forma que exige una convivencia que se vaya constituyendo sobre el amor y el respeto recíproco, y en donde siempre unos tendrán que ceder para hacer posible la vida a los que están formando parte de su entorno.

2 comentarios:

  1. José Antonio10:16 a. m.

    Una sociedad cimentada en la Familia, no está exenta de problemas ni dificultades, pero goza de solidez. La solidez que da el respeto mutuo, el compartir, el tolerar (no confundir con el "todo vale"),la comprensión... en definitiva el AMOR.
    Me admira cada vez más San José. ¡Qué buen hacer el suyo como padre! Desde luego, no podia haber elegido el Señor mejor modelo de padre para Su Hijo.
    En esta época de crisis "económica" (lo pongo entre comillas pues entiendo que es mucho más profunda y lo económico es consecuencia no causa), deben primar los valores de una sociedad que tiene su anclaje no en la individualidad sino en el sustento que los valores de una familia aportan más allá del hogar. Una familia que pone sus pilares en el Evangelio es una familia que supera todo (las dificultades seguirán existiendo) y que construye en positivo en la sociedad. Y tachar todo esto de arcaico, de "tradicional", de antiguo, incluso de motivo de mofa... no deja de ser un guiño e invitación a gestar una sociedad individualista, egocéntrica, materialista... y es ello lo que hace que la sociedad se fracture, se desmorone, se materialice por el tener y no por el ser...

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  2. Ana Ciudad7:52 p. m.

    JESÜS quiso comenzar su tarea redentora en el seno de una familia sencilla y normal.Lo primero que santificó Jesús con su presencia fue un hogar.Nazaret es la escuela donde empieza a entenderse la vida de Jesús,es la escuela donde se inicia el conocimiento del Evangelio.Aquí aprendemosa observar,a escuchar,a penetrar en el sentido prfundo y misterioso de esta sencilla,humilde y encantadora manifestación del Hijo de Dios entre los hombres.

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