sábado, 8 de diciembre de 2012

INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA


Día de la INMACULADA
          Al menos para  quienes levamos unos cuantos años a la espalda, el DÍA DE LA INMACULADA marca nuestra historia personal. Muchas veces porque la misma familia vivía en profundidad este día; otras veces porque tuvimos el regalo de pertenecer a las CONGREGACIONES MARIANAS. O “ls Hijas de María”, u otras diversas formas.  Y –en ocasiones- porque en Ella, la Inmaculada-, estuvo definida una vida. Y España era entonces una nación profundamente ligada a la Inmaculada, por diversos canales de referencia. Incluso entonces, el DÍA DE LA MADRE (sin el tinglado comercial que desvirtúa el sentido de esa celebración), se tenía también ligado a la fiesta de la Inmaculada. Todo lo cual hace de este día un referente especial para tantas personas y familias.
             Desde mis años de docencia, insistí mucho en un punto que siempre creaba confusión en las edades adolescentes. [Yo les anunciada a mis alumnos que esa sería una pregunta del examen final de curso]. Habían de distinguir claramente entre la CONCEPCIÓN SIN PECADO ORIGINAL de María, en el mismo momento del acto amoroso de sus padres para traer un hijo al mundo), y la VIRGINIDAD DE MARÍA cuando Ella concibió al Hijo de Dios por la obra directa y prodigiosa de Dios mismo.
                [El pecado original: Dios creó la humanidad en situación privilegiada de PARAÍSO, y por tanto en la evidente pureza de naturaleza que podía salir de las manos de Dios. Y en la perfección de unas criaturas libres, que con toda libertad respondían –o no- al proyecto de Dios. Simbolizado en Adán y Eva –hombre y mujer- ellos quedaban como cabeza, símbolo y raíz de una humanidad.  Adán y Eva prefieren seguir sus caminos, y optan por romper la dependencia de Dios. Y en esa desobediencia y rebeldía (lo de menos es el modo en que queda contado), la humanidad queda marcada por el instinto del mal. El plan de Dios había quedado roto por el hombre.
             Pero Dios tuvo lo que hoy se llamaría un plan B: en el proceso de la historia de la humanidad, habría otra MUJER, absolutamente obediente a Dios. Una MUJER que será privilegiada por Dios, elegida desde antes de la creación del mundo para ser santa e irreprochable ante Dios. Su título de MUJER prototipo, modelo, quedará tan fijado en la Historia Sagrada que San Juan la nombrará como “MUJER” –aun en boca de Jesús-  en momentos claves de la vida de Jesucristo, su Hijo.
             Ella, por su obediencia total, será Madre de un NUEVO VARÓN, que aplastará la cabeza de la serpiente engañadora del Paraíso, y triunfará sobre ella y sobre el mal, aun a costa de la propia muerte que le infringe la mordedura de esa serpiente (el pecado de cada hombre y mujer).
             El NUEVO HOMBRE, Jesucristo, el Hijo de María, El Hijo de LA MUJER anunciada en el Paraíso, será así el Redentor universal, que en la abundancia superabundante de su Sangre, también redime a su Madre, con antelación a su misma concepción en el seno de María.
             Y MARÍA es así la privilegiada elegida desde antes de la creación del mundo, para ser santa e irreprochable (=inmaculada, sin mácula, sin pecado).
             Podríamos quedarnos en la admiración y veneración de María, pero a la distancia del privilegio que nosotros no tenemos, y que ya fuimos concebidos con esa inclinación al mal. Pero el Evangelio de esta fiesta nos muestra a la llena de Gracia, y –a su vez, libre- para acoger o no el proyecto de Dios:  ser la Madre de Hijo de Dios, Redentor, que escogería a esa Mujer, pero dejándole en sus manos el SÍ o el No.
             Aquella muchacha joven recibe un mensaje de Dios: sería Madre. Y María se pone ya a disposición. Pero evidentemente tiene que saber qué le toca hacer a Ella. Ella está ya desposada  (prometida en matrimonio) con un buen hombre, justo, todo bondad y fidelidad a Dios: Jose, pero aún no lo conoce en vida marital.  ¿Qué es lo que ahora se le pide a María?  Formalizar su matrimonio para poder tener ese hijo que se le anuncia?  Y María queda a la espera de respuesta, con su único deseo de dar el SÍ pleno. El mensajero divino le dice que Ella no tiene algo que hacer…, salvo que espera su respuesta… El resto ya es de Dios y de soio Dios. Y Ella se apresura a responder, no un mero Sí, porque Ella quiere más que eso: quiere dejarle campo abierto a Dios para que Dios haga como quiera, cuando quiera, lo que Él quiera.  Y de su respuesta surge la entrada en nuestro mundo del HIJO DE DIOS, EL SALVADOR.
             Y en este punto es donde debe desembocar hoy, en pleno adviento, la conclusión y enseñanza básica de esta fiesta.  Nosotros somos también elegidos desde antes de la creación del mundo para ser santos e irreprochables ante Dios.  Pero no hemos sido tales. Sin embargo el adviento nos enfrenta a poder serlo…, a poder salir al encuentro de Cristo que viene, y hacerlo con un corazón renovado. Que vamos a encontrarnos con Jesucristo, en una venida final, es incuestionable. Pero entre la primera venida de Belén y la última a cada uno, las venidas de Jesús son permanentes.  Hoy mismo en la Comunión de este día…; en cada momento e nuestra vida nos va saliendo al paso. Pero lo que se juega en este tablero de la vida personal es nuestra respuesta…, nuestro caminar hacia ser santos e irreprochables… Se juega nuestra OBEDIENCIA a los proyectos de Dios. Y esa es labor de día en día…, de preguntar –como María-: ¿qué tengo que hacer?. Porque Dios sigue teniendo proyectos sobre mí.

6 comentarios:

  1. Santa Ana y San Joaquín debieron sentirse profundamente santificados al engendrar ésta Niñita llena de Gracia.
    Acababan de colaborar en la obra de la Redención

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  2. Ana Ciudad3:09 p. m.

    Con esta fiesta divisamos ya la proximidad de la Navidad.La Iglesia ha querido que ambas fiestas esten cercanas."Del mismo modo que el primer brote verde señala la llegada de la primavera en un mundo helado y que parece muerto,esa Concepción sin mancha anuncia la restauración de la inocencia del hombre.Así como el brote nos da una promesa cierta de la flor que de él saldrá,la INMACULADA nos da la promesa infalible del nacimiento del HIJO DE DIOS.
    Aún era invierno en todo el mundo,excepto en hogar tranquilo donde Santa Ana dió a luz una niña.La primavera había comenzado allí.La nueva vida se inició en Nuestra Madre en el mismo instante en que fue concebida sin mancha alguna y llena de gracia.
    Tota pulchra es,María,toda hermosa eres María y no hay mancha alguna de pecado en Ti.

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  3. La expresión traducida por la mayoría de las versiones católicas como "llena de gracia" (Lucas 1:28) corresponde al original griego "kejaritomene", que en realidad significa "[muy] agraciada" - "[muy] favorecida".

    Me gusta pronunciar esta palabra, "kejaritomene" para acordarme de María.

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    1. Ana Ciudad2:49 p. m.

      Javier,te agradezco tu aclaracíón a la LLENA DE GRACIA,pero para mí,como sé poco griego (lo estudié en quinto de bachiller)es mucho más fácil llamarla LLENA de GRACIA; esa palabra "Kejaritomene"me resulta dificil de pronunciar.

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    2. Queridísma Ana Ciudad. No era una aclaración a nada ni a nadie, pero como siempre os ocurre, veis cosas donde no las hay. Era una reflexión mía, sólo mía, una expresión personal dirigida a comentar una de las grandezas de nuestra religión, y no iba dirigida a puntualizar a nada ni a nadie, pero como siempre os ocurre, veis sombras donde no las hay, y así seguimos.

      Amplio la información. Yo no se ni papa de griego, pero el Señor me ha concedido la Gracia de conocer el significado de esta palabra, la cual está explicada en una de las encíclicas de Juan Pablo II que yo leí. Desde entonces, se me quedó grabada.

      Por eso, insisto. No veáis aclaraciones a vuestras sabidurias. Perdona si soy tan directo, pero este es un tema viejo con protagonistas diferentes. Saludos al Padre Cantero.

      Dios te bendiga.

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  4. REPITO SOBRE FONDO BLANCO por si el color monstruoso ese de fondo, no deja ver la letra:

    Queridísma Ana Ciudad. No era una aclaración a nada ni a nadie, pero como siempre os ocurre, veis cosas donde no las hay. Era una reflexión mía, sólo mía, una expresión personal dirigida a comentar una de las grandezas de nuestra religión, y no iba dirigida a puntualizar a nada ni a nadie, pero como siempre os ocurre, veis sombras donde no las hay, y así seguimos.

    Amplio la información. Yo no se ni papa de griego, pero el Señor me ha concedido la Gracia de conocer el significado de esta palabra, la cual está explicada en una de las encíclicas de Juan Pablo II que yo leí. Desde entonces, se me quedó grabada.

    Por eso, insisto. No veáis aclaraciones a vuestras sabidurias. Perdona si soy tan directo, pero este es un tema viejo con protagonistas diferentes. Saludos al Padre Cantero.

    Dios te bendiga.

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