jueves, 16 de noviembre de 2017

16 noviembre: SABIDURÍA

Mañana, Viernes 17
HAY ESCUELA DE ORACIÓN.
17’30, Salón de Actos
Jesuitas.- Málaga

Liturgia:
                      Sab.7,22 a 8,1 es todo un himno a la Sabiduría. Un himno que hay que “rezar” más que el simple leer u oír. Ventiun calificativos abren la solemne descripción de la Sabiduría. Leerlos simplemente es como profanar la profundidad del mensaje que nos deja el texto. Queda que “rezarlos”, que acogerlos con un sentido espiritual, religioso, en el que cada palabra nos suscite un sentimiento. Y en el fondo nos acerque a Dios mismo como fuente de Sabiduría, en quien se plasman todos esos calificativos.
          Luego añade más: móvil más que cualquier movimiento, pura, penetrante que traviesa todo, y es efluvio del poder divino y emanación genuina de la gloria del Omnipotente…, reflejo de la luz eterna, espejo nítido de la actividad de Dios e imagen de su bondad. Todo lo puede, renueva el universo, hace amigos de Dios y profetas; es más bella que el sol y que todas las constelaciones y, comparada con la luz del día sale ganando porque al día le sucede la noche, pero la sabiduría no conoce el ocaso. Alcanza con vigor de extremo a extremo y gobierna el universo con acierto
          No he podido hacer otra cosa que copiar. Y confieso que he ido sintiendo un movimiento de adoración hacia la Sabiduría, porque ha habido momento en que la he encontrado como algo que supera lo humano y llega a confundirse con Dios. Por eso la transcribo con mayúscula, porque acerca a la experiencia de Dios. Con razón decía que es para “rezar” y no para escuchar o leer.

          Estamos entrando en el evangelio de Lucas en las descripciones escatológicas en las que Jesús anuncia ya la llegada inminente del Reino de Dios. Lo han preguntado unos fariseos, y Jesús le responde que el Reino no está lejano, no hay que esperarlo, porque el Reino de Dios está dentro de vosotros. He ahí la gran revelación. Esperaban ellos un reino que aparecería entre relumbrones, espectacularmente. Y Jesús dice que no; que no acudan a este sitio o al otro el día que les digan que está allí o aquí. Porque el Reino de Dios está en nosotros, los que hemos acogido la Palabra de Dios.
          No se trata, pues, de aquel tipo de reino que esperaban, que era casi una mitología fantástica. Lo que Jesús ha hecho es poner los puntos sobre las íes, mostrando que el Reinado de Dios es interior y que cada individuo ha de vivirlo en su mundo personal. ¡Ah!: y no como un reino que triunfa aquí abajo, sino como el Hijo del hombre, que tiene que padecer mucho y ser reprobado por esta generación. Por tanto está hablando Jesús de un reino que viven tantas personas justas que padecen las burlas o el desprecio de este mundo. Pero aun así el reino de Dios permanece en medio de esas persecuciones y martirios que se siguen dando hoy como se han dado a través de la historia de la Iglesia, unas veces con más eco y reconocimiento oficial, y otras en el silencio de la vida corriente.


          Esa realidad nos plantea algo a los que vivimos piadosamente el día a día, y nuestra vivencia del Reino es placentera y tranquila y sin que nos altere mucho nuestra vida cotidiana. No es que no pueda ser que haya períodos de serenidad. Lo que se plantea es si nuestra vida ya es “habitualmente serena” hasta el punto de no surgir alguna exigencia que nos saca de nuestras casillas. No es normal que el evangelio se pueda vivir sin que altere nada nuestro desenvolvimiento diario. No es normal que podamos hacer oración sin que surjan aspectos que nos inviten a alguna forma de compromiso más allá de lo habitual. Y no digo que cada oración vaya a abrirse a una novedad, sino que una vida de oración tiene que acabar pidiendo algún cambio, alguna implicación propia de ese Reino de Dios que trajo Jesucristo, y que no se puede quedar en agua de borrajas.

1 comentario:

  1. "El Reino de Dios está dentro de nosotros" El Reino de Dios está en cada cristiano; pero no es evaluable en términos humanos...No se puede valorar su presencia por asistir mucho a Misa ni por la falta de personas comprometidas. El Reino de Dios sufre violencia en los cristianos y en los que no cristianos perseguidos, en los parados y en todas las personas que sufren opresión. Señor,te lo ruego: que Tú seas lo más importante en mi vida.

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