viernes, 8 de julio de 2016

8 julio: Cristianos en lucha

LITURGIA
            La 1ª lectura (Os 14, 2-19) es un diálogo. Comienza con la exhortación a Israel a convertirse hacia su Dios, después que Israel ha pecado. Su modo de discurrir ahora es: Perdona del todo nuestra maldad; recibe con buenos ojos el sacrificio que te ofrecemos. No nos va a salvar la obra de nuestras manos.
            Responde Dios: Yo curaré sus extravíos, los amaré aunque no lo merezcan. Israel florecerá como azucena… Cultivarán trigo, florecerán como la viña…
            Israel entonces desprecia aquellos ídolos que antes siguió y se siente ciprés frondoso de quien proceden buenos frutos. Y reconoce que son rectos los caminos del Señor y justos los que andan por ellos.
            Es la historia de todo el que acepta la gracia de la conversión y pasa desde el pecado a la amistad de Dios, Dios siempre abierto a perdonar mucho más allá de lo que había sido el pecado, y que vive finalmente el gozo del perdón y no sólo del perdón sino de la bendición y de la amistad de su Dios misericordioso.

            Mt 10, 16-23 continúa el envío de Jesús a sus apóstoles, previniéndoles de lo que se van a encontrar en su misión: Van a un mundo en el que van a encontrarse como corderos en medio de lobos; por eso deben ser prudentes como palomas pero sagaces como serpientes.
            Es  Jesús mismo el que advierte que no se fíen de la gente porque los van a entregar a los tribunales. Pero entonces no andéis preocupados de los que habéis de responder: el Espíritu Santo os sugerirá lo que habéis de decir. Dios hablará por vosotros. Los hermanos entregarán a sus hermanos y los hijos se rebelarán contra sus padres.
            Todos os odiarán por mi nombre. El que persevere hasta el fin, se salvará.
            Es una advertencia para los que pretenden un reino de Dios placenteramente vivido, y gustan de exposiciones fáciles y de presentaciones del reino dulzonas. El cristiano es hijo de la cruz y hay que aceptar que el desenvolvimiento de la vida en medio del mundo no es un paseo triunfal sino una lucha de corderos ante lobos, de personas pacíficas en medio de un mundo violento y hostil. Y que todos esos planteamientos fáciles que pretendemos y deseamos, en realidad son sucedáneos de aquello que Jesús puso por delante de sus apóstoles cuando los envió a predicar y a hacer el bien. Pero previniéndoles de lugares donde irían y en donde no serían recibidos en son de paz.

            San Ignacio de Loyola concibe la vida del ejercitante como una lucha que se realiza dentro del propio ejercitante: Mi voluntad es conquistar todos los reinos… Y ya se sabe que una conquista lleva su lucha de la que no se sale incólume. Pero hay que luchar esa batalla que se realiza en el interior de la persona, donde dos fuerzas antagónicas están pretendiendo vencer: el mal, con todos sus sutiles engaños, sus redes tramposas y sus cadenas esclavizantes, y –de la otra parte- la palabra de Jesús y la predicación de sus enviados, que llaman a la libertad y la paz.

            Es el ejercitante el que ha de tomar partido. Sus armas son las que ha puesto Jesús en manos de esos apóstoles a los que envía.

1 comentario:

  1. Ana Ciudad9:35 a. m.

    CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLIC (Continuació)

    EL CAMINO DE LA FE.

    "Todas las dificultades en la oración tienen una única causa:Orar como si Dios no estuviera allí"(Santa Teresa de Jesús).

    ¿NO ES LA ORACIÓN UNA ESPECIE DE MONÓLOGO?.-Precisamente lo característico de la oración es que se pasa del yo al tú, del ensimismamiento a la apertura radical.Quien ora realmente puede experimentar que Dios habla y que frecuentemente habla de forma diferente a lo que nosotros deseamos y esperamos.
    Los orantes experimentados dicen que con frecuencia se sale de la oración de forma diferente a como se ha entrado. A veces se cumplen las expectativas: uno está triste y es consolado; uno está desanimado y logra buna nueva fuerza. Pero también puede suceder que uno quiera olvidar las dificultades y se encuentra en una inquietud aún mayor; que uno quieren que le dejen tranquilo y reciba una misión.Un verdadero encuentro con Dios, como sucede continuamente en la oración,puede alterar nuestras ideas, tanto de Dios como de la oración.

    "No Obtenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, con la intención de satisfacer vuestras pasiones. (Sant 4, 2-3).

    Continuará

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