sábado, 16 de julio de 2016

16 julio: La defensa de los humildes

Liturgia
          Cambiamos a Miqueas: 2, 1-5: el profeta lamenta que haya quienes traman maldades por la noche y las  cumplen por la mañana, porque tienen el poder en sus manos. De ahí la codicia, la rapiña, la opresión sobre los otros.
          No puede el profeta menos que pensar que Dios no se va a quedar de brazos cruzados ante tanta injusticia y atribuye a Dios la venganza: la desgracia contra esa familia, ese pueblo. Sobre ellos  cantarán cantos de muerte.
          El SALMO 10 exclama: No te olvides de los humildes, Señor. Precisamente porque son los humildes los que sufren los abusos de los poderosos. El malvado se gloría de su ambición y su boca está llena de maldiciones. Pero tú, Señor, ves las penas y los trabajos y los tomas en tus manos. A ti se encomienda el pobre y tú socorres al huérfano.
         
          El enfrentamiento constante de los fariseos con Jesús acaba provocando en hombres tan radicales unos planes de acabar con Jesús. (Mt 12, 14-21). Coincide precisamente con la 1ª lectura de esos hombres que traman por la noche y quieren ejecutar sus maldades al día siguiente.
          Jesús se entera (siempre hay alguien que avisa a Jesús de las decisiones malévolas de los fariseos) y Jesús opta por marcharse de allí. Lo siguen muchas buenas gentes, y Jesús va haciendo el bien por donde pasa, curando enfermos pero pidiendo que lo lleven en secreto para que no lo descubran los fariseos.
          El evangelista quiere hacernos llegar a una lección importante. Nosotros podríamos pensar por qué Jesús no se les enfrenta a los fariseos y los deja sin palabras…; pensaríamos: cómo no los humilla hasta el polvo…
          El evangelista nos da la respuesta: porque se cumple la profecía de Isaías: Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado, mi predilecto. Ese es Jesús, y esa es la palabra de Dios. Sobre él he puesto mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones. Pero muy al revés de lo que podemos pensar los humanos, Jesús no es un vengador que vaya a aplastar a los enemigos para salir victorioso de ellos. Lo que expresamente está anunciado de él es que no porfiará, no gritará, no voceará por las calles. No quebrará la caña que ya está cascada (no va a hacer leña de los fariseos, que ya tienen sus días contados); no apagará el pabilo que se consume… No ha venido a aniquilar a sus enemigos. La gloria de Dios se impondrá por sí misma y en esa gloria de Dios esperan las naciones.
          Y al hablar de “las naciones” nuestro pensamiento se tiene que ir más allá de Israel, más allá de la influencia y hegemonía farisaica. La historia nos da que allí donde los judíos no supieron valorar la obra salvadora de Cristo, un campo inmenso se abrió a la obra de la redención, porque vino a extenderse por el mundo entero.
          A aquellas “huidas” de Jesús, que evitaban el enfrentamiento, sucedieron en la historia de la Iglesia primitiva otras muchas salidas de los cristianos perseguidos que conforme iban huyendo de sus perseguidores, iban expandiendo la fe cristiana por tierras extranjeras. El libro de los Hechos  de los Apóstoles es claro exponente de ello. Y Pablo, como apóstol de los gentiles, es la más clara prueba de ese bien que vino desde el mal de la violencia de otros. Aquello del refrán: No hay mal que para bien no venga.
          Los apóstoles que se fueron repartiendo por el mundo fueron como la demostración de que Jesús llevó razón con no presentarle cara a los fariseos… Más valía una parcial huida a tiempo, pero que quedara la posibilidad de seguir haciendo el bien, aunque fuera en secreto (por un tiempo). Porque luego, cuando las aguas se habían tranquilizado, Jesús volvía a aparecer y actuar. La verdad y el bien no podían ser acallados y Jesús estaba allí para trasmitir al pueblo sencillo ese bien, y a dejarnos a nosotros su obra y su doctrina, su  estilo y su pensamiento, sus sentimientos y su misma vida.


          Vaya hoy la felicitación a todos y todas quienes celebráis vuestra fecha onomástica, en este día tan universal y devoto de NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN, una de las más populares y extendidas celebraciones en honor de la Virgen María.

2 comentarios:

  1. Ana Ciudad9:45 a. m.

    CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (Continuación)

    LA ORACIÓN DEL SEÑOR:PADRENUESTRO.

    "Padre del cielo, no te pido ni salud ni enfermedad, ni vida ni muerte, sino que tú dispongas sobre mi salud y mi enfermedad, sobre mi vida y mi muerte, para tu gloria y para mi salvación. Sólo tú sabes lo que me conviene".

    "NO SÓLO DE PAN VIVE EL HOMBRE, SINO DE TODA PALABRA QUE SALE DE LA BOCA DE DIOS"(Mt 4,4).-Esta palabra de la Escritura nos recuerda que los hombres tienen un hambre espiritual que no se puede saciar con medios materiales. Se puede morir por falta de pan; pero también se puede morir porque sólo se ha recibido pan. En el fondo somos alimentados por aquel que tiene "palabras de vida eterna"(Jn 6,68)y un alimento que no perece(Jn 6,27): la sagrada EUCARISTÏA.

    PERDONA NUESTRAS OFENSAS COMO TAMBIEN NOSOTROS PERDONAMOS A LOA QUE NOS OFENDEN.-El perdón misericordioso,que nosotros concedemos a otros y que buscamos nosotros mismos, es indivisible. Si nosotros mismos no somos misericordiosos y no nos perdonamos mutuamente, la misericordia de Dios no puede penetrar en nuestro corazón.
    Muchas personas tienen que luchar durante toda la vida para poder perdonar. El bloqueo profundo de la intransigencia sólo se disuelve finalmente mirando a Dios, que nos ha aceptado "siendo nosotros todavía pecadores". Dado que tenemos un Padre bondadoso, son posibles el perdón y la vida reconciliada.

    Continuará

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  2. Hay mucho Isaías en el Evangelio de hoy.Los fariseos le tienden trampas a Jesús porque quieren acabar con Él;y, el evangelista nos brinda la identidad de Jesús a través de los Cánticos del Siervo de Jahvé. Jesús es el amado del Padre que, lleno del Espíritu, ofrece la salvación a todos. Lo hace sirviendo, sin ostentación, lleno de misericordia para con todos ,especialmente los más débiles. Nunca ha querido desistir de su misión salvadora y siempre ha tratado de convencernos de que su modo de actuar debe ser el nuestro, único camino de salvación.

    Felicitamos con cariño filial a Nuestra Señora del Carmen y le pedimos por este mundo tan convulso; con Ella podremos llegar felizment a la montaña que es Cristo. Dejémonos conducir por María que es Madre y sabe cómo protegernos( Papa Francisco).

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