martes, 12 de julio de 2016

12 julio: Lo mucho que hemos recibido

Liturgia
          No es la primera vez que lo digo ni será la última: hay días en que la lectura continua parece que se pone de acuerdo en las dos piezas para hacer más difícil un comentario. Y hoy es uno de esos días. Por lo que más que meterme en un análisis de las lecturas en sí, pretendo extraer el jugo de ambas…, lo que llevan en su fondo, lo que debe ser objetos de nuestro provecho al acercarnos a la Palabra de Dios. Porque, eso sí: es palabra de Dios lo mismo que cuando disfruta uno con la sola lectura de los textos.
          La 1ª lectura es de Isaías (3, 1-9). Hay dos reyes contrarios a David que amenazan y llegan a agitar el corazón de David. Sin embargo concluye el rey con la seguridad de que esos dos cabos de tizones humeantes no van a poder con lo que Dios quiere llevar adelante. No será de inmediato, pero triunfará la justicia y el derecho.
          El SALMO 17, que sirve hoy de coro que arropa el argumento de la primera lectura, nos confiesa que Dios ha fundado su ciudad para siempre…, que Jerusalén, vértice del cielo, descuella como un alcázar y que los reyes que se aliaron para atacarla juntos, quedaron  derrotados y huyeron.
          El evangelio  (Mt 11, 20-24) es un lamento de Jesús ante ciudades en las que había hecho muchas obras buenas y que, sin embargo, no se habían convertido. Y Jesús les dice que su en ciudades paganas (de Tiro y Sidón) se hubiesen hecho esas obras, esas ciudades paganas se habrían convertido.
          Lo interesante de esa advertencia es lo que podemos reflexionar sobre nosotros mismos. Hemos recibido muchos dones. Unos, porque nacimos en una país y no en otro; otros porque tuvimos tal familia, tales colegios… Tuvimos unas bases que no tuvieron otros. Hemos dado lo que hemos dado, pero cualquiera puede pensar a fondo y caer en la cuenta de que pudimos dar más de lo que hemos dado.
          O si no lo hemos pensado, lo debemos pensar. Porque a nuestro par, han crecido santos, personas beneméritas, que no es que tuvieron más que nosotros sino que respondieron mejor que nosotros.
          Con San Ignacio de Loyola en su estudio sobre el discernimiento de espíritus, fueron personas capaces de preguntarse a tiempo dónde estaban sus puntos flacos, para adentrarse en ello con un sincero examen y entonces poner remedio allí donde estaban sus puntos flacos.
          Lo aprendió Ignacio de una forma muy viva cuando el cerco de la ciudadela de Pamplona por parte del ejército francés. Toda la ciudadela estaba bien guarnecida y tenía fuertes sus muros. Menos uno. Y lógicamente allí apuntó sus lombardas el enemigo. Era el punto flaco por donde podían entrar los franceses. Y allí cayó herido Ignacio.
          Y aprendió para su vida espiritual que el enemigo nos estudia y sabe descubrir nuestros puntos débiles, para atacarnos por ahí. La sabiduría cristiana nos enseña a ser nosotros los que descubramos nuestros puntos flacos para poner ahí nuestras mejores defensas.
          O sea: mirarnos en sincero y profundo examen qué aspectos son los que no dominamos…, en los que más fácilmente nos sentimos dominados. Eso lo da la vida. Y será absurdo pretender hacer oídos sordos a esas llamadas de la conciencia. Y una vez descubiertos los aspectos más vulnerables de la realidad diaria –los que más nos llevan a fallar…, quizás los que frecuentemente confesamos…-, aplicarles un propósito eficaz, concreto, de frente…, para atajar esa debilidad.

          Y así recibiremos del Señor la palabra consoladora de que aquello que hizo en nosotros, dio la respuesta válida a tantas gracias y bienes recibidos.

3 comentarios:

  1. Ana Ciudad9:49 a. m.

    CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (Continuación)

    LA ORACIÓN DEL SEÑOR. PADRENUESTRO.

    "Decimos todos juntos en la oración del Señor:"Padre nuestro". Así lo dice el emperador, así el mendigo, así el siervo, así el señor.Todos somos hermanos porque tenemos un mismo Padre.

    ¿QUÉ ESTRUCTURA TIENE EL PADRENUESTRO?.-El Padrenuestro consiste en siete peticiones al Padre misericordioso del cielo. Las tres primeras peticiones se refieren a Dios y a como debemos servirle. Las últimas cuatro peticiones llevan nuestras necesidades humanas fundamentales ante nuestro âdre del cielo.
    El Padrenuestro es la más perfecta de todas las oraciones y el "resumen de todo el Evangelio.
    El Padrenuestro es más que una oración, es un camino que conduce directamente al corazón de nuestro Padre. Los primeros cristianos pronunciaban esta oración fundamental de la Iglesia, que es entregada a cada cristiano en el Bautismo, tres veces al día. Y, entre nosotros, no debe pasar ningún día en el que no intentemos pronunciar con la boca la oración del Señor, recogerla en el corazón y hacerla verdad en nuestra vida.

    Continuará

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  2. Jesús buscó a los Apóstoles porque quería formar una nueva Comunidad que estuviera fundamentada en los valores del Evangelio. Los Apóstoles se pusieron a trabajar como les enseñó Jesús y eran signo de que se puede ya empezar a vivir el Reino. San Benito y tantas monjas y monjes que iniciaron este camino hace quince siglos nos hablan con su testimonio y nos invitan a escuchar la Palabra que es Sabiduría y nos acerca al conocimiento de Dios, nos enseñan a valorar la Oración, el trabajo y la vida comunitaria, la acogida fraterna; nos enseñan a compartir los bienes materiales y los espirituales. Su testimonio entre nosotros nos hace mucho bien.

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  3. Que profundas palabras las del SALMO 17 ... "Jerusalén, vértice del cielo"

    Por otro lado declara "que los reyes que se aliaron para atacarla juntos, quedaron derrotados y huyeron".

    Dios ama a Jerusalen!

    Oremos y bendigamos al Señor.

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