domingo, 3 de julio de 2016

3 Julio: Vocación universal

Liturgia
          El domingo pasado teníamos la vocación de tres personas concretas aunque no identificadas. Hoy se abre la llamada de Jesús. (Lc. 10, 1-12). Los discípulos son enviados a todos los lugares a los que luego iba a ir Jesús. Y el hecho de enviar a 72 es porque el Génesis describe el mundo entero repartido en 72 países, y por tanto se trata aquí de una llamada universal. Jesús lleva su buena noticia a todo el mundo, y llama a estar con él. “La mies es abundante y los obreros son pocos; rogad al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
          Hay que observar que no se trata de los apóstoles sino de discípulos, lo que hoy llamaríamos “laicos”, gentes que van con Jesús y que forman parte del entono de Jesús. Y que, por tanto, la avanzadilla que ha de ir por unos lugares y otros para llevar una catequesis de Jesús y su obra liberadora, está constituida por gentes del pueblo. Lo que hoy serían tantas personas que pueden ser levadura en la propia masa. Lo que nos lleva a la responsabilidad de los propios padres hacia la formación en la fe de sus hijos y que no vale abdicar de esa misión para que la lleve adelante el Colegio o la Parroquia. Hoy la responsabilidad de la formación cristiana debe volver a los padres que son los que fundamentalmente tienen que trasmitir a sus hijos la fe. Y cuando se dice “los padres” se dice de los dos: padre y madre, como en aquel envío que hizo Jesús “de dos en dos”.
          Sabe Jesús que la misión no es fácil; por eso los envía de dos en dos porque uno sólo no constituía testimonio válido; tiene que darse el testimonio del reino por la declaración de dos o más testigos. Sabe Jesús que los envía como corderos en medio de lobos. Por eso “id sin pertrechos y no perdáis tiempo en conversaciones con gente por el camino”.
          Donde entréis, llevad un mensaje de paz. Y si en esa casa hay gente de paz, os quedáis allí. Comed lo que os pongan y curad a los enfermos que haya.
          Es decir: la llegada del reino debe ser pacífica y aceptada con paz. El enviado no exige nada, da lo que tiene, y se presta a lo que le den.
          Y todo ello, según la 1ª lectura (Is. 66, 10-14) vivido con alegría, en fiesta, porque Dios pone paz dondequiera que está. Y con una ternura especial, dice el profeta que como una madre consuela a su niño, así nos consolará el Señor.
          San Pablo da a conocer su clave para vivir el gozo del encuentro con Jesucristo: Lejos de mi el gloriarme en algo si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo. Aunque reconoce que eso no lo entiende el mundo, y por eso lo considerarán un desgraciado. Pero él sabe que el desgraciado es el mundo que no ha sabido valorar la fuerza de la redención.
          También el Apóstol concluye con el deseo de misericordia y paz para todos. Pero que nadie le considere desgraciado ni le eche nada en cara, pues él lleva en sus carnes las marcas de Jesús.
          La Eucaristía es para nosotros la concreción de esa llamada de Jesús. Nos llama a estar con él, a venirse él a vivir en nosotros. A vivir en paz y a familiarizarnos con el sacrificio. A hacernos testigos y propagadores del sentido festivo de la MISA DOMINICAL, no tomada como una “obligación” o “precepto” sino como fiesta gozosa de una comunidad que celebra y que le da al domingo –día del Señor- verdadero aire de excepción. “No es un día cualquiera” (como reza un programa radiofónico) pero valorado desde otro ángulo mucho más alto del sentido de la fe y de la alegría de la fe.


          San Ignacio de Loyola tiene una contemplación en la que Jesús envía a sus discípulos y apóstoles -"a sus siervos y amigos"- para que vayan AL MUNDO ENTERO para traer a las personas al estilo peculiar de su reino: para que se alisten todos debajo de su bandera.. Todo ello se vive no como un envío frío que supone un mero "id", sino un VENIR CONMIGO, porque él tiene la intención de que toda la humanidad esté con él. Pero él no puede estar en medio de todo ese mundo real de los siglos, y han de ser sus enviados quienes asuman esa responsabilidad: CUENTA CON NOSOTROS y NOS NECESITA. Es el mensaje apostólico del evangelio que se traspasa a cada persona en particular cuando quiere ser fiel a Dios en actitud de amor oblativo.



        Somos llamados a propagar el Reino de Dios. Pedimos la fuerza para vivir con fidelidad la llamada que Dios nos hace.

-         Para que seamos conscientes de que Jesús  nos llama a vivir el Evangelio, Roguemos al Señor.

-         Para que acojamos la responsabilidad de ser los enviados de Jesús, Roguemos al Señor.

-         Para que seamos ser catequistas desde nuestro puesto en la familia y en la sociedad,  Roguemos al Señor.

-         Para que tengamos verdadero sentido de la Eucaristía dominical, vivida como fiesta gozosa en honor de Jesucristo, Roguemos al Señor.

Danos, Señor, vivir con alegría nuestra vocación a la fe, y trae nuevos obreros a tu mies, para el bien de la Santa Madre Iglesia.

Por Jesucristo N.S.

3 comentarios:

  1. Ana Ciudad10:24 a. m.

    CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (Continuación)

    LAS FUENTES DE LA ORACIÓN.

    "Cuánto más generoso seas con Dios,tanto más generoso experimentarás que es él contigo"(San Ignacio de Loyola).

    ¿PORB QUÉ NOS AYUDA DEJARNOS GUIAR POR LOS SANTOS EN LA ORACIÓN?.-Los santos son personas inflamadas por el Espíritu Santo; mantienen vivo el fuego de Dios en la Iglesia. Ya en el tiempo de su vida terrena fueron oantes fervientes y contagiosos, En su cercanía es fácil rezar.Aunque no debemos nunca adorar a los santos, podemos invocar a quienes están en el cielo para que intercedan por nosotros ante el trono de Dios.
    Alrededor de los grandes santos se han formado escuelas particulares de devoción (ESPIRITUALIDAD), que,como los colores de un espectro, señalan todas la luz de Dios. Todas parten de un elemento fundamental de la fe para conducir, cada una por una puerta diferente, al núcleo de la fe y de la entrega a Dios .Así , la espiritualidad franciscana parte de la pobreza de espíritu, la benedictina, de la alabanza a Dios, la ignaciana de la decisión y la vocación, Una espiritualidad por la que uno se siente atraído según sus características personales es también una escuela de oración.

    ¿SE PUEDE REZAR EN CUALQUIER PARTE?.-Sí, se puede rezar en cualquier lugar. Sin embargo un católico siempre buscará los lugares en los que Dios "habita" de un modo especial. Estos son sobre todo las iglesias católicas, donde Nuestro Señor está presente bajo las apariencias (especies)de pan en el Sagrario o TABERNÁCULO.
    Es muy importante que oremos en cualquier parte: en el colegio, en el metro, en mitad de una fiesta, reunidos con los amigos. Todo el mundo debe bestar penetrado de BENDICIÓN. Pero es igualmente importante que acudamos a los lugares sagrados en los que Dios, en cierto modo, nos espera , para que descansemos junto a él, y seamos fortalecidos, plenificados y enviador por él.Un verdadero cristiano no hace sin más turismo cuando visita una Iglesia. Permanece un momento en silencio, ora a Dios y renueva su amistad y amor por Él.

    Continuará.


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  2. Hoy la responsabilidad de la formación cristiana debe volver a los padres; ellos son los que fundamentalmente deben transmitir su fe a los hijos. Cuando nos referimos a "los padres", estamos hablando de los dos: padre y madre, hombre y mujer, como en aquel envío que hiciera Jesús, de "dos en dos".(P. Cantero)

    El Evangelio de hoy nos enseña que todos los cristianos hemos sido llamados por el propio Jesúsna anunciar el Reino de Dios. Una misión urgente que debemos emprenderla ahora sin pararnos en el camino, sin excusarnos de nuestra falta de preparación...¡una misión que no acabaremos nunca, porque hay muchísimo que segar!

    Esta es una misión pacífica y pacificadora que no quiere conquistar nada, que sólo quiere compartir con los hermanos. Queremos arraigarnos en las culturas de los pueblos y de las épocas. Misión importantísima en que la humanidad entera y cada ser humano nos lo jugamos todo.Si nos cerráramos al Reino de Dios, nos quedaríamos sin futuro.

    Los setenta y dos del Evangelio tuvieron éxito; también nosotros tenemos alguno de vez en cuando; pero jamás debemos enorgullecernos por ello; vivir la fe y transmitirla no es ningún mérito nuestroy no nos hace superiores a los demás; es fruto de la nueva creación que Jesús ha obrado en la Cruz.

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  3. "No os detengáis a saludar a nadie por el camino", es decir, que nada nos desvíe de la misión de anunciar el Evangelio del Reino. En el camino podemos encontrar muchas distracciones banales, muchos minutos y horas perdidas de nuestra vida.

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