sábado, 29 de noviembre de 2014

29 novbre.: Fin de etapa

El finiquito
        Final del año litúrgico; final del Apocalipsis, final de la revelación. TRIUNFO DEFINITIVO. (Apoc 22, 1-7)
        - Ríos de agua viva, como aquel de Ezequiel que sana y fecunda.  Agua viva de la samaritana: el E. S., agua de vida divina.
        -lucientes: Cristo es la Luz.
        - Salen del trono de Dios y del Cordero.
        - Nuevo árbol de vida. De fruto continuo: eter-nidad, inmortalidad. Vuelta al Paraíso, pero ya sin fin. Por tanto, ni enfermedad, ni muerte, ni posibilidad de condenación.
        Da cosechas abundantes, una por mes.
        Medicinales para el mundo entero
        - Está en medio el trono del Cordero.  Si antes, “a Dios nadie lo ha visto”, ahora se ve cara a cara (el anhelo profundo de la persona)
        Recibe adoración y alabanza; sin momento final: posesión de Dios: es ese tener el nombre de Dios en la frente.
        - No hay noche (ni oscuridad, ni mentira); no hay, por tanto, necesidad de lámparas
        - LA LÁMPARA ES DIOS.
        - Será estado eterno: por los siglos sin fin.
Garantía del escritor y vidente  Juan
        Todo en cierto (no fantasía o ficción)
        lo visto va a suceder
        y pronto.
        VEN, SEÑOR JESÚS, será la última palabra del Apocalipsis, aunque no se recoja en la lectura.  
          Lo curioso es que ese último anhelo no esté recogido en la lectura de hoy, y sin embargo es el colofón de todo el contenido del libro. Y la puerta que abre conexión directa con el ADVIENTO que está a la puerta.
          Pienso que la liturgia nos ha dejado a nosotros toda la batería de felicidad que lleva en sí el capítulo final del Apocalipsis, para que seamos nosotros los que saltemos ansiosos y entusiasmados ante ese encuentro con el Cielo, que nos descubre la lectura de hoy. Y que así brote como enhelo espontáneo el grito que cierre nuestros grandes deseos: Ven, Señor Jesús, que es un modo de afrontar nuestra postura ante el Adviento.  
          Por su parte el Evangelio de Lc 21, 34-36 nos pone en trance ante esa ilusión de la venida del Señor: que no se embote la mente con el vicio, la embriaguez, la preocupación por el dinero…, y se os eche encima de repente aquel día. Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza…, y manteneos en pie ante el Hijo del hombre. Es un programa-síntesis de la vida de la persona evangélica. Y como siempre digo, hay que saber traducir o ampliar los términos, porque a lo mejor somos económicamente pobres, y no nos emborrachamos de vino, ni nos tiene preocupados el dinero. Y sin embargo podemos ser muy ricos en otras cosas. El YO es la perfecta y perniciosa riqueza que nos mantiene sobre nuestro propio burro y nos adormece la mente y la embota. La embriaguez no se produce sólo con el vino o el licor. Hay muchas más cosas que hacen perder el equilibrio y nos llevan a dar traspiés en nuestro caminar recto. Y la preocupación del dinero está en muchas más “posesiones” que el dinero. El dinero es peligroso porque se pegan las manos y cambia la mirada de la vida. Pero no es sólo el dinero el que nos preocupa y el que nos ocupa.

          Sólo la introspección de nosotros mismos, que podemos hacer delante de Dios, en lo íntimo de nuestro ser, llegará a establecer cuáles son esas “barreras” que nos dificultan tanto el poder permanecer de pie ante el Hijo del hombre. Postura que no es de orgullo, sino de pecho descubierto porque el Señor ve el fondo del corazón, y nos presentamos ante él pudiendo mirarlo a los ojos y que Él penetre en el fondo de nuestra mirada.

6 comentarios:

  1. Amigo, cuando se hace lo que gusta a Dios, eso es oración, y es eso lo que me parece bello... Por encima de todo sé asiduo a la oración sin cansarte, tal como está escrito pues nuestro Señor dijo: «Orad sin cesar». Asiste con asiduidad a las vigilias, aleja de ti el sueño y la pesadez, permanece en vela día y noche sin desanimarte.

    Voy a enseñarte los modos de oración: en efecto, está la oración de petición, la de acción de gracias y la alabanza; la de petición es cuando pedimos misericordia por nuestros pecados, la acción de gracias es cuando das gracias a tu Padre que está en los cielos, y la alabanza cuando le alabas por sus obras. Cuando estás en peligro, acude a la petición; cuando te sabes provisto de bienes dale gracias al que te los da; y cuando estás de buen humor, presenta la alabanza.

    Todas tus plegarias debes presentarlas delante de Dios según las circunstancias. Fíjate en lo que el mismo David decía en todo momento: «Me levanto a medianoche a darte gracias por tus justos juicios» (Sl 118,62). Y en otro salmo dice también: «Alabad al Señor en el cielo, alabad al Señor en lo alto» (Sl 148,1). Y, finalmente, dice: «Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca» (sl 33,2). Porque no debes orar siempre de la misma manera sino según las circunstancias.

    Y yo, amigo, estoy completamente convencido que todo lo que los hombres piden asiduamente, Dios se lo concede. Pero el que ofrece con hipocresía no es agradable al Señor, tal como está escrito: Al que hace oración, que se fije bien en si su ofrenda no tiene algún defecto, y si es así que la ofrezca seguidamente, pues de lo contrario su ofrenda quedará en tierra (cf Mt 5,23-24; Mc 11,25). Y, ¿qué es la ofrenda sino la oración?... En efecto, de todas las ofrendas, la oración pura es la mejor.

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  2. MINUTO DE SABÏDURIA.
    Estudia tu propia personalidad.
    De nada nos valdría el conocimiento científico del mundo,de cuantas realidades están fuera de nosotros,y nos faltara un conocimiento de nosotros mismos.Estudia tu alma,que es tu verdadero yo,y que das a conocer en las conductas de tu personalidad externa.
    El cuerpo es la proyección del alma.
    Conócete a ti mismo para que vivas una vida consciente y feliz.

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  3. José Andrés12:26 p. m.

    Es verdad que hay más embriagueces en nuestra vida, muchos apegos que nos dificultan para mantener el equilibrio. Hay muchas cosas que nos "marean" sin estar borrachos, muchos agobios de la vida,que nos quitan el sueño.
    Pidamos con fuerza a Nuestra Madre que nos ayude a "mantenernos de pie ante el Hijo del hombre", con la mente clara y el corazón abierto para los demás,

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  4. Ana Ciudad12:34 p. m.

    La Sagrada Escritura acaba donde comenzó:en el Paraíso.Laslecturas de este último día del año litúrgico nos señalan el fin de nuestro caminar aquí en la tierra:la casa del PADRE,nuestra morada definitiva. Los hijos de Dios quedarán maravillados en la gloria al ver todas las perfecciones de su Padre,de las que sólo tuvieron un anticipo en la tierra.
    No nos morimos,cambiamos de casa y nada más.Nosotros,los cristianos tenemos esta esperanza;una esperanza cierta.

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  5. "Toda la vida y la misión de la Iglesia dependen del Espíritu Santo; él realiza todas las cosas", ha dicho Jorge Mario Bergoglio a los fieles. "El Espíritu Santo hace la unidad de la Iglesia: unidad en la fe, unidad en la caridad, unidad en la cohesión interior. La Iglesia y las Iglesias están llamadas a dejarse guiar por el Espíritu Santo, adoptando una actitud de apertura,docilidad y obediencia", ha agregado el Papa. Bergoglio ha dicho también, precisamente en un viaje caracterizado por las señales hacia otras iglesias cristianas no católicas, que "la riqueza, la variedad, la diversidad nunca crean conflicto".

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  6. Anónimo8:50 p. m.

    Dijiste la ´´ultima" palabra.¿contento?

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