sábado, 22 de noviembre de 2014

22 novbre.; Las trampas de los saduceos

Enigmas, Palabra y enseñanzas
          Hoy es mucho más difícil de explicar. [Apoc 11, 4-12].
        Los dos testigos podrían ser Moisés y Elías (ley y profetas, como en la transfiguración), y llamarlos “los dos olivos” y todo lo que pueden hacer si quieren hacerles daño, son  comparaciones contenidas en el A.T.   Aludir a Moisés y Elías o es por sentido mesiánico o por referirse a Israel, obra de Dios.
        “La bestia que sube del abismo” (“el abismo del mal”, “que hará la guerra y derrotará y matará”), es el Imperio Romano, con Roma “la gran ciudad”, inmoral como Sodoma y perseguidora del Pueblo de Dios, como Egipto.
        “Donde también el Señor fue crucificado” no se refiere tanto a Jesús sino a los discípulos de Jesús y las persecuciones y los mártires.
        No enterrar los cadáveres es humillación.  Pero sólo durará eso tres días y medio, tiempo muy pequeño que indica lo poco que puede el mal contra el bien.
        Porque “resucitaron”.  Los “dos testigos”, como los cristianos martirizados, de hecho viven: influyen con su ejemplo y doctrina.
        Se oye finalmente la llamada de Jesucristo desde el Cielo: “Subid acá”, que será la resurrección y triunfo definitivo y final.
        Hemos entrado en la parte más simbólica de la profecía, y sin un comentario de especialistas es imposible “traducir” y saber por dónde va el autor inspirado que quiere trasmitir algo. Es la vida de la naciente Iglesia, que se desenvuelve en in ambiente hostil de paganismo del Imperio.
El Evangelio –Lc 20, 27-40- es una trampa con la que quieren ridiculizar a Jesús los que no creen en la resurrección. Le inventan una historia absurda, como hipótesis, para mostrarle lo inverosímil de la resurrección. La mujer que enviuda 7 veces con 7 hermanos (que se han casado con ella por una ley judía), en la resurrección ¿de cual de los siete es mujer?
Y Jesús les mina la base del argumento: -Estáis equivocados, porque en el cielo no se casan; son como ángeles.
¿Quién puede saber lo que es y cómo será esa otra vida? Lo que ni el ojo vio ni el oído oyó, ni el entendimiento humano puede comprender. Por eso todo lo que pretendemos imaginar del cielo es tan irreal como la misma profecía del Apocalipsis, que sólo puede poner comparaciones fantásticas -¡y humanas!- para intentar acercarnos a una sublimidad que nadie ha visto, ni en realidad puede uno acercarse a lo que verdaderamente es.
Los saduceos podían incordiar. Pero no por eso llevar razón ni dar en el clavo.
La vida de la fe, la expresión de la fe, la participación en la fe y la trasmisión de hechos de fe, tiene una inmensa gama de captación, de visión, de exposición. Matices tan diversos como personas, porque cada cual tiene asimilada una formación/deformación, hija de su tiempo, y muchas veces de la personal psicología, del proceso de una vida que ha llevado un determinado derrotero.
El mismo blog, en la variedad de visones que recoge, y en las que siempre se presupone la participación de cristianos de buena fe, y de aportaciones creativas, es un mosaico claro de esos procesos de fe, de esas influencias variadas que marcan a cada persona.
La mayor riqueza de colaboraciones que estamos viviendo en las últimas fechas –y siempre partiendo de una caridad y una educación de personas constructivas- tiene el valor de presentar matices respetuosos de concepciones y acentos varios de unos y otros. La mirada limpia del que escribe y del que lee ha de ir completando posibles deficiencias de expresión, pero dando por supuesto que hay un mutuo respeto y un deseo de desenvolverse en el ámbito de un blog de naturaleza religiosa y católica.

Eso mismo -¡es de alabar!- lleva a la prudencia demostrada de no entrar en una dinámica de dimes y diretes, y cuando algún tema no se ha entendido o no se ha sabido interpretar en su justo sentido, ha primado la delicadeza de dejar el tajo ahí cortado. Porque ya se sabe que la peste de un blog es la de imaginar enemigos en vez de amigos en el Señor, que reman todos en la misma dirección.

5 comentarios:

  1. Hoy no tengo nada que comentar. No me apetece. Sólo copio y pego un texto.

    El mismo blog, en la variedad de visones que recoge, y en las que siempre se presupone la participación de cristianos de buena fe, y de aportaciones creativas, es un mosaico claro de esos procesos de fe, de esas influencias variadas que marcan a cada persona.
    La mayor riqueza de colaboraciones que estamos viviendo en las últimas fechas –y siempre partiendo de una caridad y una educación de personas constructivas- tiene el valor de presentar matices respetuosos de concepciones y acentos varios de unos y otros. La mirada limpia del que escribe y del que lee ha de ir completando posibles deficiencias de expresión, pero dando por supuesto que hay un mutuo respeto y un deseo de desenvolverse en el ámbito de un blog de naturaleza religiosa y católica.

    Eso mismo -¡es de alabar!- lleva a la prudencia demostrada de no entrar en una dinámica de dimes y diretes, y cuando algún tema no se ha entendido o no se ha sabido interpretar en su justo sentido, ha primado la delicadeza de dejar el tajo ahí cortado. Porque ya se sabe que la peste de un blog es la de imaginar enemigos en vez de amigos en el Señor, que reman todos en la misma dirección.

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  2. El último de la fila11:50 a. m.

    Lo saduceos que negaban la resurrección no son muy distintos de otros que niegan hoy también, eso y otras cosas.

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  3. Ana Ciudad2:02 p. m.

    Si hay quien niega la resurrección, nosotros repetimos con más fuerza la vedad de fe contenida en el credo"creo en la resurrección de la carne o (muertos) y en la vida eterna.

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  4. Anónimo3:26 p. m.

    Yo creo en la resurrección pero hay otras cosas que me cuesta trabajo creer

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  5. Querido P. Cantero: He querido venir a su Blog aunque sea en las horas finales del día. No me ha sido posible antes. Y, como yo creo para mis adentros, venir a recibir su Homilía diaria es un bien para el alma garantizado.
    Descubro una gran profundidad expuesta con sencillez en su enseñanza sobre la Lectura tomada del capítulo 11 del Apocalipsis, para la Misa en la mañana del sábado. Y deseo dejar esta mención especial.
    Y descubro también hoy sus atinadas y sabias palabras sobre lo que desea que tengamos presente al dedicar unos momentos para dejar nuestro comentario tras la lectura de su homilía. Se lo agradecemos.
    Deseamos a usted una gozosa celebración la la Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo.
    Saludos cordiales para todos.

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