martes, 25 de noviembre de 2014

25 novbre.: Aspirando a un mundo mejor

Esperanza cristiana
        Apoc 14, 14-19: Tras muchas y difíciles comparaciones, parece referirse todo a las hostigaciones de otros pueblos contra el Imperio Romano, al estilo del rey Ciro que destruye el poder de Babilonia para favorecer al Pueblo de Dios, y es llamado en la Biblia: Cristo, “ungido”.  De ahí el presentarlo como un “ser semejante a hijo de hombre”, “colocado en nube blanca” que indica un ser humano con poder superior.
        De “dentro del santuario que está en el Cielo” sale un ángel, que manda al de la nube... (está -por tanto- por encima del personaje anterior), y otro “que sale del altar” de quemar el incienso,“que tiene poder sobre el fuego” (de quemar el incienso),  y ordena realizar la orden divina.
        Varias veces se hace referencia a “la tierra”: “racimos de la viña de la tierra”, “mies de la tierra”: clara referencia a poderes humanos dañosos.
        La hoz afilada que siega o vendimia la cosecha madura (de maldad), y la sangre que sube hasta los bocados de los caballos”, expresa la gravedad de la derrota de la “bestia” (el  Imperio  Romano)  lo  que, -desde una expresión típicamente bíblica- sería expresión del castigo pedagógico de Dios, y preludio de la victoria del Verbo de Dios: Jesucristo
          El Salmo viene a establecer la realidad patente: El Señor llega a regir la tierra. Él gobierna la tierra rectamente.
          El Evangelio (Lc 21, 5-11) entra ya en el terreno de la profecía de final y de triunfo, un estilo que se asemeja al mismo Apocalipsis, y que suele ser un punto de inflexión de los sinópticos cuando se acercan al final mde la vida pública de Jesús. Un momento en el que quieren dejar ahí la advertencia de que la obra de Jesus ya ha hecho lo que tenía que hacer en su intento de liberar al mundo de su pecado y de su mal, pero el mundo se resiste y crea una violencia de lucha agónica: se va a enfrentar a la muerte y pelea contra ella. Al final estará el triunfo de Jesucristo, pero las cosas no llegan de la mano.
          Toma pie el evangelista de aquella admiración de algunos ante las riquezas del Templo. Y Jesús les advierte que ese mismo Templo tan grandioso, y símbolo religioso del mismo Israel, va a quedar derruido. Y la pregunta admirada de los apóstoles es: ¿Cuándo? ¿Cuál será la señal de que va a suceder?
          Jesús empieza por desmontar un error: Cuidado que nadie os engañe, diciendo: “Yo soy”, o “el momento está cerca”. Ante las noticias de guerras, desastres, revoluciones, etc., muchos van a pretender que esa es la señal del final. “No vayáis tras ellos”?; “no os dejéis llevar del pánico”. “Todo eso tiene que suceder pero el final no está ahí”. Y añade Jesús una serie de catástrofes que sucederán en la tierra y en los aires. Pero no dice en ningún momento que eso es ya el final. Sí queda claro que el mundo se deshace a sí mismo; que la humanidad se autodestruye. Pero no ha respondido a la pregunta del “cuándo”.
          Lo que ha quedado claro es a lo que se aboca la historia cuando prescinde de Dios. Los desastres que provoca la avaricia humana, el ansia de querer jugar a dios, y pretender el ser humano dominar la historia y la vida. El tremendo futuro del hombre endiosado (o endemoniado), que busca orgullosamente ocupar el lugar de Dios. Ese mundo se ahora en su propia sangre.

          ¿Y a dónde va Jesús con estos anuncios? A preparar una nueva criatura que se abra a Dios, y pueda mirar hacia adelante no con odios y terrores sino con paz y serena espera del abrazo definitivo en el que cada uno hemos de encontrarnos con nuestro buen Dios y su enviado y Salvador, Jesucristo.

9 comentarios:

  1. *--Por si mi comentario de ayer no pudo ser leído, recuerdo que no me gustan personalmente las alabanzas públicas ni deseo mensajes públicos de apoyo. Eso si, en privado podéis decirme lo que queráis. Pienso que no aportan al conjunto que es para lo que debe servir el blog. --*

    El Señor vendrá de los cielos sobre las nubes, tal como él mismo subió sobre las nubes (Hch 1,9).Es, en efecto lo que él ha dicho: “Y verán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria” (Mt 24,30). Pero ¿cuál será el verdadero signo de su venida, pues existe el temor de que los poderes enemigos, queriéndole parecérsele, se atrevan a extraviarnos? “Entonces, dice, aparecerá en el cielo el signo del Hijo del hombre” (Mt 24,30). Ahora bien, el signo verdadero y propio de Cristo es la cruz. El signo de una cruz luminosa precede al rey, designando a aquel que primero ha sido crucificado, para que, a la vista de ella los que lo clavaron en ella y rodearon de obstáculos se golpeen el pecho (Za 12,10) diciendo: “Mirad al que fue abofeteado, aquel cuyo rostro recibió salivazos, aquel que fue envuelto en cadenas, aquel que antaño había sido humillado sobre la cruz.” “¿Adónde huir de la cólera de tu rostro?” dirán (Ap 6,16). Y rodeados de los ejércitos de los ángeles, no encontrarán refugio en ninguna parte.

    Para los enemigos de la cruz, el signo será el temor; pero será gozo para los amigos que habrán creído en ella, o la habrán predicado, o habrán sufrido por ella. No desdeñará a sus servidores este rey glorioso rodeado de la guardia de los ángeles y que se sienta en el mismo trono que el Padre. Porque para que los elegidos no sean confundidos con los enemigos: “Enviará a sus ángeles con la gran trompeta, y de los cuatro vientos reunirá a sus elegidos” (Mt 24,31) Si no olvidó a Lot en su aislamiento (Gn 19,15; Lc 17,28), ¿cómo podrá olvidar a la gran multitud de justos? “Venid, benditos de mi Padre” (Mt 25,34) dirá a los que serán transportados sobre los carros de las nubes y que los ángeles habrán reunido.

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  2. Indigno y pecador10:10 a. m.

    Las sectas religiosas de nuestros tiempos, usan mucho los pasajes relacionados con el fin del mundo para atraer gentes hacia sus falsas doctrinas. Por ejemplo, los testigos de jehová. Estos últimos incluso han llegado a poner fecha al fin del mundo varias veces, equivocándose siempre.

    Pareciera como si los apóstoles a los que habla Jesús, relacionan el fin del mundo con la destrucción del Templo de Jerusalén, que Jesús les profetiza. Piden una señal para saber cuando será destruido el Templo, y Jesús no elude la pregunta. Y parece ir más allá de aquel tiempo, cuando profetiza como el fin del mundo será utilizado por muchos a lo largo de la historia. Da unos signos que imagino incomprensibles para aquellos apóstoles, porque por la ausencia de medios técnicos entonces era imposible si es que se daban todas esas señales de guerras, terremotos, etc, que pudieran ser conocidas. Hoy eso si es posible. Hoy tenemos delante las señales, las vemos todos los días por la televisión, internet. Jesús profetiza que todas esas señales se van a producir. Son inevitables. No es una opción. "Habrá cosas espantosas". Jesús está hablando más para nosotros que para aquellos primeros, porque esas señales no se podían conocer globalmente del modo que hoy las conocemos. Y aún así, no es el fin, porque hay más cosas que tienen que suceder y que prosigue Lucas más adelante en el capítulo.

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  3. Ana Ciudad2:25 p. m.

    Los sucesos del futuro no nos tienen que preocupar demasiado,pues no tenemos aún la gracia de Dios para enfrentarnos a ellos.Vivir plenamente el momento presente es el pequeño secreto con el cual se construye,ladrillo a ladrillo,la ciudad de Dios en nosotros.No tenemos otro tiempo que el actual,y este es el tiempo que tenemos y debemos santificar.HOY Y AHORA,vivido con intensidad y amor es lo que nos debe peocupar.El pasado,se fue,el presente lo estamos viviendo,el futuro está en manos de Dios.

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  4. Querido P. Cantero: He seguido mi buen hábito y he buscado su Blog para enriquecerme con la lectura y contemplación de su homilía de hoy. Sobre unos textos bíblicos que nos pone la lectura y evangelio de la Misa en el final del Año litúrgico, de una dificultad de compresión ya reconocida.
    Confieso que no me inquieta ni roba mi paz la idea de estas catástrofes que parecen anunciar esas Lecturas. Estoy firmemente persuadido que lo esencial y práctico es vivir preocupado cada día solo con el santo temor de perder por el pecado la gracia de Dios y, sobre todo, confiar en el poder y la misericordia de Dios que me guiará todos los días de mi vida, hasta que sea llamado a dejar esta vida.
    Con esos horizontes me basta para vivir en paz y sin turbación ante anuncios de fin del mundo.
    Es lo que nos enseña también usted en el broche con el que cierra su homilía en el párrafo final.
    ¡Dios sea siempre bendito y alabado!
    Saludos cordiales

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  5. P. ¿Es lícito curar en sábado?...R. Depende de que sábado...

    ¿Que está antes, la norma o la misericordia?

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  6. Si llega a ti alguien pidiendo ayuda, ¿le dices, espera que a esta hora no puedo, me debo a mis otras obligaciones? ¿Recuerdas la parábola del buen Samaritano? ¿Que es más grave, retrasarse 3 minutos para cumplir una costumbre o tener misericordia con el que te pide misericordia? ¿Que es más grave, ser impuntual a una cita 3 minutos o dejar que una persona se pierda?

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  7. El último de la fila6:15 p. m.

    Ponte el último. Tu siempre el último. No permitas que los que alardean de conocer el Evangelio y ser superiores a los demás, te cambien. Al final todo quedará aclarado. Allá ellos.

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  8. Anónimo8:43 p. m.

    Por favor que no sirvan los comentarios para crear problemas sino para unir a todos los que participan .

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  9. Anónimo1:28 a. m.

    Sí, estoy de acuerdo contigo. Fácil nos será si recordamos las palabras de Jesús: "Venid a Mí, todos..." y "Aprended de Mí, que soy manso y humilde de Corazón..."

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