viernes, 28 de noviembre de 2014

28 novbre: SEÑALES DEL REINO

El Reino está ya cerca
        Está acabándose el libro del Apocalipsis [20, 1-4; 11- y 21, 2]; y lo que ya hoy se dibuja es una escena de triunfo:
        - el Ángel del Cielo lleva una cadena para atar al dragón (que es la antigua serpiente, diablo o Satanás), y la llave del abismo para dejarlo allí sepultado.  Sólo que aún no es definitivo: por mil años, “un poco de tiempo” (dice el texto), tras el cual reaparece: se señala así  el tiempo presente, hasta que llegue el triunfo final de Cristo, el definitivo.
        Ese final se expresa con “unos tronos” con los encargados de juzgar ante el que comparecen los mártires (“decapitados por el nombre de Jesús”, “los que no habían rendido homenaje a la bestia”). En realidad, todos los cristianos fieles: los santos. Todos estos vuelven a la vida y reinan con Cristo.
        La tercera visión es “un trono blanco grande”, el de Cristo. Entonces desaparecen la tierra y el firmamento. Ante el trono están todos los hombres: poderosos, los pobres, los de todas las partes de la tierra y el mar y el abismo. Y Cristo da a cada uno según sus obras, escritas en “los libros”.
        El final es la visión del Cielo, Jerusalén celestial, cielo nuevo y tierra nueva, enviada por Dios y arreglada como una novia para su esposo.  (Ahí ha acabado la lectura; si hubiera seguido, hubiera dado una imagen muy bella: que ese trono de Dios, quiere Él plantarlo entre los hombres, estar con ellos y ser su Dios, y enjugar sus lágrimas, quitar su llanto y hacer ya nuevas todas las cosas. ¡Eso es el Cielo!).
          Las yemas reventonas de la higuera de este Evangelio (21, 29-33) dan “el signo” de una nueva etapa: la primavera esta cerca. ¡Y lo está!
          Pues lo mismo hay que estar atentos a otros signos: y todos los signos que ha ido contando Jesús en días pasados, con todas las noticias tremendas que engloban la destrucción del templo y la realidad de la vida humana de todos los tiempos, con sus desastres y calamidades, vienen a anunciar la caducidad de lo terreno y el emerger maravilloso del Reino de Dios, que ya está tan cerca de cada persona que no pasará “esta generación” sin que ese Reino de Dios acontezca. Pasarán el cielo y la tierra; podrán hundirse el “arriba” y el “abajo”. Pero la PALABRA DE JESÚS va a permanecer, va a perpetuarse, va a ser siempre verdad.
          Ese es la gran fuerza de la fe, cuando en lo que se cree es en Jesús, en Dios, en la Palabra sagrada. Cuando no se depende de “las mediaciones” a la hora de mantener la fe, porque lo humano es siempre lábil, débil, y –dado el caso- hasta engañoso. El que ha puesto su fe y su confianza en el Señor –el que ha dejado actuar al REINO DE DIOS-, no sufrirá el escándalo.

          Es más: la verdadera fe revertirá en unos ojos limpios para vivir en plenitud ese Reino de Dios que Jesús ha expresado en su palabra, que no se viene abajo ni por cizañas, ni por peces inútiles. Creer en el REINO DE DIOS no es todavía estar en el Cielo y tener la visión beatífica: es saber hacer un cielo en la tierra…, empezar el proceso de los cielos nuevos y la tierra nueva que, aunque no llegarán a plenitud hasta la otra vida, ya se incoan en ésta y se viven en ésta, y se viven en grandeza y alegría, en esperanza cierta. Se vive el clásico: “Ya…, pero todavía no…”, que es la magnífica formulación de la vida aquí abajo bajo la mano de Dios y el corazón puesto arriba… Es estar ya en la resurrección (porque Cristo YA ha resucitado), pero estar nosotros entre las penurias y miserias de este mundo y de esta realidad humana. TODAVÍA NO nos hemos renovado (participado en totalidad de la resurrección de Jesucristo),  pero caminamos hacia esa renovación. Y sólo vale esa mirada para no quedarnos empantanados en los lodos humanos propios y ajenos.

9 comentarios:

  1. El capítulo 20 del Apocalipsis muestra una realidad anunciada ya por Jesucristo a través de los Evangelistas. La culpabilidad del Diablo o Satanás y su derrota definitiva. El seductor de los pueblos, el que engaña al mundo, el que está detrás de las persecuciones y ejecucuciones-asesinatos de cristianos.

    Vemos otra realidad ya conocida. El juicio final, donde todos compareceremos, grandes y pequeños para dar cuenta de las obras, y vemos la realidad de la segunda muerte, terrible, que es otro nombre para el infierno, es decir, la separación eterna de Dios.

    Para los fieles a Cristo, la promesa de un nuevo cielo y una tierra nueva, después de que todo se haya cumplido.

    El cielo y la tierra pasarán pero sus palabras no pasarán.

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  2. Anónimo9:43 a. m.

    Los nuevos cielos y la tierra nueva son una cosa, y la NUEVA ERA, de la que hablan hoy muchos es otra cosa. Para más información: http://www.corazones.org/apologetica/grupos/nueva_era.htm

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  3. José Andrés11:35 a. m.

    “Ya…, pero todavía no”. Cristo ha resucitado. Está vivo. ¿Por qué nos cuesta tanto trabajo vivir con ese convencimiento? Su Resurrección es nuestra fuerza, es un DON, pero nos queda la TAREA de vivir según el Evangelio.

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  4. ¡El cielo está en tu interior!.
    Aprende a vivir en este paraíso.
    ¡No necesitamos morir para ir al paraíso,en absoluto!.
    Nosotros nos fabricamos en el alma los infiernos de la tristreza y la angustia.
    Entonces aprende a fabricar el paraíso de la alegría.
    Perdona siempre y sigue andando,sin caer en el aburrimiento.

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  5. Ana Ciudad2:07 p. m.

    "El cielo y la tierra pasarán,pero mis palabras no pasarán"..
    Son palabras eternas las de Jesús,que nos dieron a conocer la intimidad del Padre y el camino que debemos seguir para llegar ÉL.Permanecerán porque fueron pronunciadas por Dios,para cada hombre,para cada mujer que viene a este mundo. y sus palabras por ser divinas,son siempre actuales.
    de alguna manera es actual,la marcha y la vuelta del hijo pródigo,la necesidad de la levadura para transformar la masa del mundo,los leprosos que quedan limpios de su enfermedad,en su encuentro con Jesús.¡Cuántas veces hemos dicho como Bartimeo,Señor que vea¡,o hemos acudido a su misericordia.
    ¡Cómo salimos reconfortados ,después de ese encuentro con Jesús en el EVANGELIO!

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  6. El último de la fila2:59 p. m.

    El libro del Apocalipsis es muy dificiol de entender.

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  7. Querido P. Cantero: He leído con gusto, atención y provecho esa homilía con su explicación de la Palabra de Dios en la Misa de hoy, viernes. Creo que debemos dar gracias a Dios que, por medio de usted, nos va señalando lo que necesitamos conocer e incorporar a nuestra vida, en cada nueva jornada que su Providencia nos concede.
    Ojalá seamos cada día muchas personas las que nos beneficiamos de este don de Dios gracias a las nuevas tecnologías, que no pudieron conocer nuestros padres y abuelos.
    (Tengo que confesar que a veces soy víctima de un mal pensamiento: cuando me sobran algunos minutos estando en su Blog y curioseo el contenido de los comentarios que dejan algunos estimados hermanos visitantes... me deja muy intrigado comprobar que nadie hace referencia a su valiosa homilía, P. Cantero. Y entonces es cuando me viene el mal pensamiento... ¿han venido a leer la homilía del P. Cantero... o solamente a dejarnos su homilía personal en Blog ajeno?. ¡Perdón, Señor, Dios mío... líbrame de los malos pensamientos!)
    Esperamos con gozo la llegada del Tiempo de Adviento con las enseñanzas de las Lecturas y homilías que nos van a preparar para celebrar el Nacimiento de Jesucristo.
    ¡Dios sea siempre bendito y alabado!
    Saludos cordiales a todos.

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  8. Ultimo comentario que hago antes de mi homilía de mañana, que parece ser que es lo que lo que sale por aquí. Hoy han matado a dos policias en un atraco en Vigo. Ella tenía 36 años y recibió seis impactos de bala y acababa de reincorporarse al servicio después de una baja por maternidad. Eso es una tragedia muy grande. Y me he enterado justo después de leer el comentario anterior. Es penoso, que mientras en el mundo siguen ocurriendo estas cosas, por aquí estemos nada más que con "juegos religiosos". Penoso, triste, lamentable. Igual que se expresa el comentario anterior, yo también tengo derecho a expresarme.

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  9. Anónimo9:00 p. m.

    Parece que algunos disponen de mucho tiempo para las "homilías".Otros no podemos ni leerlas porque el trabajo nos absorbe las horas.

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