FELIZ NAVIDAD CRISTIANA
BOLETÍN de Diciembre. A.O. Málaga Grupo del Sgdo. Corazón.
domingo, 30 de noviembre de 2014
30 novbre: MÁS QUE "adviento"
Experiencia de
ADVIENTO
No me quedo simplemente en “anunciar”
el Adviento, como un pregón obligado en este momento en que cambia el año
litúrgico y comenzamos de nuevo por el principio. Hablo de una experiencia
de adviento como algo que hemos de tener para que signifique algo este
cambio de decoración, esta nueva llamada que nos hace la Iglesia y, que sobre
todo, hemos de sentir nosotros en nosotros mismos.
La 1ª lectura de
hoy ya es muy significativa: tiene las dos etapas: una, inicial, que pone en
Dios la causa de los sufrimientos y extravíos propios. Siempre es más fácil
preguntarle a Dios esos porqués, que
revertir sobre uno mismo.
La segunda etapa es la de la entrada de la persona en sí
misma y en su realidad personal, y hacer reconocimiento y confesión de su
propia culpa: Todos éramos impuros,
nuestra justicia era un paño manchado, nuestras culpas nos arrebataban como el viento. Nadie invocaba tu
nombre ni se esforzaba por aferrarse a ti.
Éste es el momento del adviento, el momento salvador: el
reconocimiento y la confesión de la propia realidad, y desde ahí el volverse al
Señor y buscar en Él la salida.
El Salmo nos
abre ese camino: el de la súplica humilde, desde la realidad personal
humildemente reconocida: Señor Dios
nuestro: ¡restáuranos!; que brille tu rostro y nos salve.
El paso de la 2ª
lectura es ya la respuesta. Pablo empieza por un saludo y bendición: La gracia y la paz de parte de Dios. La
gracia que trae la paz; la paz que es signo de haber quedado invadidos por la
Gracia. Ambas vienen “de parte de Dios”, y las comunica a través de Jesucristo.
Y nos afirma Pablo que hemos sido
enriquecidos en todo, y que en nosotros se ha probado el testimonio de Cristo.
En nuestro vivir, en nuestro sentir, en nuestro expresar, en todo ese mundo que
hay en nosotros. Porque de hecho, no carecéis de ningún bien. Y así,
pertrechados por la riqueza de Cristo, aguardáis
la manifestación de nuestro Señor. Él os mantendrá firmes hasta el final. ¡Y Él
es fiel!
Con esa fidelidad que pone Cristo en nosotros, ha de venir
la vigilancia sobre nosotros, que nos la pone por delante el Evangelio: VELAD, Todos tenemos una tarea encargada. Aunque de momento “se
ausentó” esa estancia física de Jesús, sin embargo hemos de tenerlo presente en
cada punto de la i que hablamos o expresamos. Porqua no sabemos el momento de regreso del dueño y para ese instante tenemos
que estar preparados.
El ADVIENTO tiene, pues, dimensiones mucho mayores que las
de cuatro semanas escasas y un recuerdo del Niño Jesús. El ADVIENTO abarca cada
pensamiento, palabra, obra actual… Y todo esto actual está mirando a VELAR para
recibir a Jesús en el momento en que sea la definitiva llegada personal de
Jesús a cada persona. ¡Cuántos que vivieron el pasado adviento aquí junto a nosotros
y que ya tuvieron su encuentro definitivo!
De ahí que –sin olvidar la primera lectura que exige un
cambio de mentalidad en cada uno para ser muy sinceros en el análisis de la
propia verdad-, el camino que estamos haciendo tiene que buscar un nuevo
escalón de ascenso.
Un nuevo escalón que nos conduzca a una EUCARISTÍA más
sincera en nuestro modo de vivirla, de saberla sentir como viático para el
nuevo camino que vamos a comenzar.
ZENIT, 29 nvbre.: Vida y misión de la Iglesia
la vida y la misión de
la Iglesia dependen del Espíritu Santo
En la homilía en la catedral católica de Estambul, el Papa ha
recordado que el Espíritu Santo es el Espíritu de unidad, que no significa
uniformidad
29 de noviembre de 2014 (Zenit.org) - El santo padre ha celebrado esta
tarde en Estambul la única misa pública durante su viaje apostólico a Turquía.
Antes de la celebración eucarística, el Pontífice tuvo un almuerzo privado con
representantes de la comunidad católica de Estambul, 50 personas de las
comunidades de rito latino, armeno, siro y caldeo.
La eucaristía ha sido celebrada en la catedral católica del
Espíritu Santo, donde hay capacidad para unas 600 personas. Los cristianos en
Turquía representan menos del uno por ciento de la población. La celebración ha
tenido un carácter inter-ritual, en la que han concelebrado 50 sacerdotes, en presencia
de religiosos y religiosas que trabajan en la región y algunas comunidades
parroquiales. Francisco ha sido acogido a su llegada por el vicario apostólico
y por el párroco. Además, en la celebración han estado presentes el patriarca
ecuménico Bartolomé I, el patriarca siro-católico, Ignazio III Younan, el
vicario patriarcal armeno apostólico de Estambul, Aram Ateshian, el metropolita
siro-ortodoxo de Estambul, y representantes de algunas confesiones evangélicas.
La catedral está abierta al culto desde 1846. En el altar están
las reliquias del papa San Lino, mártir y primer sucesor de Pedro. Además, en
la patio hay una estatua de Benedicto XV, que le dedicaron los turcos en 1919
por su ayuda a las víctimas de la guerra.
Durante su homilía, el Papa ha hablado de cómo el Evangelio nos
presenta a Jesús como fuente a la que el hombre sediento de salvación puede
acudir. Profecía proclamada públicamente en Jerusalén en la que Jesús
anuncia el don del Espíritu Santo tras su muerte y resurrección. De este
modo, Francisco ha recordado que "el Espíritu Santo es el alma de la
Iglesia", "Él da
la vida, suscita
los diferentes carismas que enriquecen al Pueblo de Dios" y
"crea la unidad entre
los creyentes". Por eso ha afirmado que "toda la vida y la misión de
la Iglesia dependen del Espíritu Santo; él realiza todas las cosas".
Asimismo, el Santo Padre ha observado que cuando rezamos "es
porque el Espíritu Santo inspira la oración en el corazón". De este
modo ha explicado en la homilía que "cuando rompemos el cerco de nuestro
egoísmo, salimos de nosotros mismos y nos acercamos a los demás para
encontrarlos, escucharlos, ayudarlos, es el Espíritu de Dios que nos ha
impulsado". Y más aún, "cuando descubrimos en nosotros una extraña
capacidad de perdonar, de amar a quien no nos quiere, es el Espíritu el que
nos ha impregnado". Y prosigue, "cuando vamos más allá de las
palabras de conveniencia y nos dirigimos a los hermanos con esa ternura que
hace arder el corazón, hemos sido sin duda tocados por el Espíritu
Santo".
A propósito de los diferentes carismas que suscita en Espíritu
Santo en la Iglesia, el Pontífice ha advertido que "en apariencia, esto
parece crear desorden", pero en realidad, "es una inmensa riqueza,
porque el Espíritu Santo es el Espíritu de unidad, que no significa
uniformidad".
Sólo el Espíritu Santo --ha asegurado-- puede suscitar la diversidad, la
multiplicidad y, al mismo tiempo, producir la unidad. Sin embargo, ha advertido de nuevo
que "cuando somos nosotros quienes deseamos crear la diversidad, y nos
encerramos en nuestros particularismos y exclusivismos", provocamos la
división. Por el contrario, "si nos dejamos guiar por el Espíritu, la
riqueza, la variedad, la diversidad nunca crean conflicto, porque él nos impulsa
a vivir la variedad en la comunión de la Iglesia", ha precisado.
Además, el Santo Padre ha recordado que "la Iglesia y las
Iglesias están llamadas a dejarse guiar por el Espíritu Santo, adoptando una
actitud de apertura, docilidad y obediencia".
Una visión de esperanza, pero al mismo tiempo fatigosa, ha
reconocido el Papa. "Pues siempre tenemos la tentación de poner
resistencia al Espíritu Santo, porque trastorna, porque remueve, hace caminar,
impulsa a la Iglesia a seguir adelante", ha afirmado.
Por otro lado ha indicado que los cristianos, "nos
convertimos en auténticos discípulos misioneros, capaces de interpelar las
conciencias, si abandonamos un estilo defensivo para dejarnos conducir por el
Espíritu". Espíritu que "es frescura, fantasía, novedad".
En nuestro camino de fe y de vida fraterna --ha concluido el Santo
Padre-- cuanto más nos dejemos guiar con humildad por el Espíritu del Señor,
tanto mejor superaremos las incomprensiones, las divisiones y las
controversias, y seremos signo creíble de unidad y de paz.
Al finalizar la eucaristía, el papa se dirige al Patriarcado
ecuménico, para la oración ecuménica y un encuentro privado con el patriarca
Bartolomé.
sábado, 29 de noviembre de 2014
Una conmemoración muy nuestra
HOY ES EL DÍA
DEL P. BERNARDO DE HOYOS

A los 24 años, ya sacerdote, su salud se vino abajo. El 16
de noviembre sus compañeros quisieron que se fuese a la cama a descansar, pero
él quiso “antes ir a celebrar la Misa y
despedirme de Jesús”. El 18 dio la cara la enfermedad con tifus, y ya no hubo remedio. Recibió el
Viático casi sin poder tragar, y el 29 de noviembre de 1935 su alma se unió
definitivamente al Corazón de Jesús.
Dejó escrito un pequeño libro titulado: Tesoro escondido, en 1934. Y
recientemente, con motivo de su beatificación en 2010, el 18 de abril, se
publicó una semblanza del joven jesuita, con el título CUESTIÓN DE AMOR: Antología de textos modernos sobre el
Corazón de Jesús
29 novbre.: Fin de etapa
El finiquito
Final del año
litúrgico; final del Apocalipsis, final de la revelación. TRIUNFO DEFINITIVO.
(Apoc 22, 1-7)
-
Ríos de agua viva, como aquel de
Ezequiel que sana y fecunda. Agua viva
de la samaritana: el E. S., agua de vida divina.
-lucientes: Cristo es la Luz.
-
Salen del trono de Dios y del
Cordero.
-
Nuevo árbol de vida.
De fruto continuo: eter-nidad, inmortalidad. Vuelta al Paraíso, pero ya sin
fin. Por tanto, ni enfermedad, ni muerte, ni posibilidad de condenación.
Da
cosechas abundantes, una por mes.
Medicinales
para el mundo entero
-
Está en medio el trono del Cordero.
Si antes, “a Dios nadie lo ha visto”, ahora se ve cara a cara (el anhelo
profundo de la persona)
Recibe
adoración y alabanza; sin momento final: posesión de Dios: es ese tener el
nombre de Dios en la frente.
-
No hay noche (ni oscuridad, ni
mentira); no hay, por tanto, necesidad de lámparas
-
LA LÁMPARA ES DIOS.
-
Será estado eterno: por los siglos sin fin.
Garantía del escritor y vidente Juan
Todo
en cierto (no fantasía o ficción)
lo
visto va a suceder
y
pronto.
VEN,
SEÑOR JESÚS, será la última palabra del Apocalipsis, aunque no se
recoja en la lectura.
Lo curioso es que ese último
anhelo no esté recogido en la lectura de hoy, y sin embargo es el colofón de
todo el contenido del libro. Y la puerta que abre conexión directa con el
ADVIENTO que está a la puerta.
Pienso que la liturgia nos ha dejado a nosotros toda la batería
de felicidad que lleva en sí el capítulo final del Apocalipsis, para que seamos
nosotros los que saltemos ansiosos y entusiasmados ante ese encuentro con el
Cielo, que nos descubre la lectura de hoy. Y que así brote como enhelo
espontáneo el grito que cierre nuestros grandes deseos: Ven, Señor Jesús, que es
un modo de afrontar nuestra postura ante el Adviento.
Por su parte el Evangelio de Lc 21, 34-36 nos pone en
trance ante esa ilusión de la venida del Señor: que no se embote la mente con el vicio, la embriaguez, la preocupación
por el dinero…, y se os eche encima de repente aquel día. Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza…, y manteneos en pie ante el
Hijo del hombre. Es un programa-síntesis de la vida de la persona
evangélica. Y como siempre digo, hay que saber traducir o ampliar los términos,
porque a lo mejor somos económicamente pobres, y no nos emborrachamos de vino,
ni nos tiene preocupados el dinero. Y sin embargo podemos ser muy ricos en
otras cosas. El YO es la perfecta y perniciosa riqueza que nos mantiene sobre
nuestro propio burro y nos adormece la mente y la embota. La embriaguez no se
produce sólo con el vino o el licor. Hay muchas más cosas que hacen perder el
equilibrio y nos llevan a dar traspiés en nuestro caminar recto. Y la
preocupación del dinero está en muchas más “posesiones” que el dinero. El
dinero es peligroso porque se pegan las manos y cambia la mirada de la vida.
Pero no es sólo el dinero el que nos preocupa y el que nos ocupa.
Sólo la introspección de nosotros mismos, que podemos hacer
delante de Dios, en lo íntimo de nuestro ser, llegará a establecer cuáles son
esas “barreras” que nos dificultan tanto el poder permanecer de pie ante el Hijo
del hombre. Postura que no es de orgullo, sino de pecho descubierto
porque el Señor ve el fondo del corazón, y nos presentamos ante él pudiendo
mirarlo a los ojos y que Él penetre en el fondo de nuestra mirada.
viernes, 28 de noviembre de 2014
28 novbre: SEÑALES DEL REINO
El Reino está ya cerca
Está acabándose el libro del Apocalipsis [20,
1-4; 11- y 21, 2]; y lo que ya hoy se dibuja es una escena de triunfo:
-
el Ángel del Cielo lleva una cadena para atar al dragón (que es la antigua
serpiente, diablo o Satanás), y la llave del abismo para dejarlo allí
sepultado. Sólo que aún no es
definitivo: por mil años, “un poco de tiempo” (dice el texto),
tras el cual reaparece: se señala así
el tiempo presente, hasta que llegue el triunfo final de Cristo, el
definitivo.
Ese
final se expresa con “unos tronos” con los encargados de juzgar ante el
que comparecen los mártires (“decapitados por el nombre de Jesús”, “los que
no habían rendido homenaje a la bestia”). En realidad, todos los cristianos
fieles: los santos. Todos estos vuelven a la vida y reinan con Cristo.
La
tercera visión es “un trono blanco grande”, el de Cristo. Entonces
desaparecen la tierra y el firmamento. Ante el trono están todos los hombres:
poderosos, los pobres, los de todas las partes de la tierra y el mar y el
abismo. Y Cristo da a cada uno según sus obras, escritas en “los libros”.
El
final es la visión del Cielo, Jerusalén celestial, cielo nuevo y tierra nueva,
enviada por Dios y arreglada como una novia para su esposo. (Ahí ha acabado la lectura; si hubiera
seguido, hubiera dado una imagen muy bella: que ese trono de Dios, quiere Él plantarlo
entre los hombres, estar con ellos y ser su Dios, y
enjugar sus lágrimas, quitar su llanto y hacer ya nuevas todas las cosas.
¡Eso es el Cielo!).
Las yemas reventonas de la higuera de este
Evangelio (21, 29-33) dan “el signo” de una nueva etapa: la primavera esta
cerca. ¡Y lo está!
Pues lo mismo hay que estar atentos a otros signos: y todos
los signos que ha ido contando Jesús en días pasados, con todas las noticias
tremendas que engloban la destrucción del templo y la realidad de la vida
humana de todos los tiempos, con sus desastres y calamidades, vienen a anunciar
la caducidad de lo terreno y el emerger maravilloso del Reino de Dios, que ya
está tan cerca de cada persona que no pasará “esta generación” sin que ese
Reino de Dios acontezca. Pasarán el cielo y la tierra; podrán hundirse el “arriba”
y el “abajo”. Pero la PALABRA DE JESÚS va a permanecer, va a perpetuarse, va a
ser siempre verdad.
Ese es la gran fuerza de la fe, cuando en lo que se cree es
en Jesús, en Dios, en la Palabra sagrada. Cuando no se depende de “las
mediaciones” a la hora de mantener la fe, porque lo humano es siempre lábil,
débil, y –dado el caso- hasta engañoso. El que ha puesto su fe y su confianza
en el Señor –el que ha dejado actuar al REINO DE DIOS-, no sufrirá el
escándalo.
Es más: la verdadera fe revertirá en unos ojos limpios para
vivir en plenitud ese Reino de Dios que Jesús ha expresado en su palabra, que
no se viene abajo ni por cizañas, ni por peces inútiles. Creer en el REINO DE
DIOS no es todavía estar en el Cielo y tener la visión beatífica: es saber
hacer un cielo en la tierra…, empezar el proceso de los cielos nuevos y la tierra nueva que, aunque no llegarán a plenitud
hasta la otra vida, ya se incoan en ésta y se viven en ésta, y se viven en
grandeza y alegría, en esperanza cierta. Se vive el clásico: “Ya…,
pero todavía no…”, que es la magnífica formulación de la vida aquí
abajo bajo la mano de Dios y el corazón puesto arriba… Es estar ya en la
resurrección (porque Cristo YA ha resucitado), pero estar nosotros entre las
penurias y miserias de este mundo y de esta realidad humana. TODAVÍA NO nos
hemos renovado (participado en totalidad de la resurrección de Jesucristo), pero caminamos hacia esa renovación. Y sólo
vale esa mirada para no quedarnos empantanados en los lodos humanos propios y
ajenos.
ZENIT, 27 nvbre: ¿Corruptos o despistados?
¿Somos corruptos como
Babilonia o distraídos como Jerusalén?
En la homilía de este jueves, el Santo Padre invita a pedir la
gracia de estar preparados para el banquete final, con la cabeza siempre alta
27 de noviembre de 2014 (Zenit.org) - No ceder a la depresión, aún en
medio de las dificultades. Esta es la invitación del papa Francisco durante la
homilía de esta mañana en la misa de Santa Marta. Asimismo ha reflexionado
sobre Babilonia y Jerusalén. En estas dos ciudad se ha apoyado el Santo Padre
para hablar en su homilía, ciudades de las que se habla en las lecturas de hoy.
A propósito, el Pontífice ha señalado que ambas lecturas llaman nuestra
atención sobre el final de este mundo. Y para meditar nos habla de la
"caída de las dos ciudades que no han acogido al Señor, que se han
alejado" de Él.
Francisco ha recordado que la caída de estas dos ciudades sucede
por motivos diferentes. Sobre Babilonia ha indicado que es el "símbolo del
mal, del pecado" y "cae por corrupción", se "sentía dueña
del mundo y de sí misma". Y cuando "se acumula el pecado se pierda la
capacidad de reaccionar y se comienza a marchitarse". Y así sucede también
con las personas corruptas, que no tienen fuerza para reaccionar. Y así lo ha
explicado el Papa: "porque la corrupción te da alguna felicidad, te da poder
y también te hace sentir satisfecho de ti mismo: no deja espacio al Señor, para
la conversión. La ciudad corrupta... Y esta palabra 'corrupción' hoy nos dice
mucho a nosotros: no sólo corrupción económica, sino corrupción con muchos
pecados diferentes; corrupción con el espíritu pagano, con ese espíritu
mundano. ¡La corrupción más fe es el espíritu de mundanidad!"
A propósito, el Santo Padre ha afirmado que esta cultura corrupta
"te hace sentir con en el Paraíso aquí, pleno, abundante" pero
"dentro, esa cultura corrupta es un cultura putrefacta". Y ha añadido
sobre Babilonia que "está cada sociedad, cada cultura, cada persona
alejada de Dios, también alejada del amor al prójimo, que termina por
marchitarse".
Por otro lado ha hablado de Jerusalén, que "cae por otro
motivo". Jerusalén es la esposa del Señor, pero no se da cuenta de las
visitas del Esposo, "ha hecho llorar al Señor". De este modo, el papa
Francisco ha recordado que "Babilonia cae por corrupción, Jerusalén cae
por distracción, por no recibir al Señor que viene a salvarla. No se sentía
necesitada de salvación. Tenía los escritos de los profetas, de Moisés y esto
le bastaba". ¡Pero escritos cerrados!, ha exclamado. Así, el Santo Padre
ha especificado que "no dejaba lugar para ser salvada: tenía la puerta
cerrada para el Señor. El Señor llamaba a la puerta, pero no había
disponibilidad para recibirlo, escucharlo, dejarse salvar por Él. Y
cae..."
Según ha indicado el Pontífice, estos dos ejemplos nos pueden
hacer pensar en nuestra vida. Por eso, ha preguntado: "¿somos parecidos a
la corrupta y suficiente Babilonia o a la Jerusalén distraída?" Aún así,
el Papa ha subrayado que "el mensaje de la Iglesia en estos días no
termina con la destrucción: en los dos textos, hay una promesa de esperanza".
Jesús -ha recordado el Papa- no exhorta a levantar la cabeza, a no dejarse
asustar por los pagano. Éstos -ha añadido- tienen su tiempo y debemos
soportarlo con paciencia, como ha soportado el Señor su Pasión".
Para finalizar la homilía, el Obispo de Roma ha precisado que
"cuando pensamos en el final, con todos nuestros pecados, con toda nuestra
historia, pensamos en el banquete que gratuitamente no será dado y levantamos
la cabeza. Ninguna depresión: ¡esperanza!" Pero - ha concluido- la
realidad es fea: hoy muchos, muchos pueblos, ciudad y gente, mucha gente que
sufre; muchas guerras, mucho odio, mucha envidia, mucha mundanidad espiritual y
mucha corrupción. ¡Sí, es verdad! ¡Todo esto caerá! Pero pidamos al Señor la
gracia de estar preparados para el banquete que nos espera, con la cabeza
siempre alta.
jueves, 27 de noviembre de 2014
27 novbre.- Para hacernos más sensatos
SE ACERCA
VUESTRA LIBERACIÓN
Apoc 18, 1-2; 21-23-19,
1-3, 9. Un ángel poderoso y luminoso (su luz expresa el resplandor de los seres
celestiales), que habla a los cristianos de Roma=Babilonia y les anuncia su caída
estrepitosa. [convertida en desierto y lugar impuro]. El mensajero poderoso clama con voz profunda la caída de Roma. Y
como Jeremías (en su profecía contra Babilonia) lanzó una enorme piedra al río
Eufrates, así se repite en Roma, la Gran Ciudad, que se hundirá para siempre
como piedra sumergida en el mar. Y el ángel anuncia entonces: no se oirán ya
allí ni arpas, ni flautas, ni murmullo de molino, ni brillará lámpara ni voz de
novios. Razón de ese desastre: la corrupción moral, sortilegios y hechicerías,
y haber vertido sangre de mártires.
Sigue
el júbilo celestial, cantando alabanzas a Dios [Aleluyas], y el júbilo
desbordado por la Gloria de Dios que ha condenado a Roma (la gran prostituta)
que corrompía la tierra y había derramado tanta sangre de cristianos.
Y el ángel encarga escribir todo eso
para que quede constancia, y proclame dichosos los invitados a las bodas
del Cordero.
El Evangelio continúa
la expresión que prepara un final, y lo marca de sucesos calamitosos, propios
de la degradación y el declive. Sitiada Jerusalén, lo mejor es huir, o no
entrar en la ciudad, porque habrá angustias tremendas: cautivos, Ciudad Santa
pisoteada, signos terroríficos en el sol, la luna y las estrellas. Y en la
tierra, gentes enloquecidas, miedo y ansiedad… Ha quedado dibujado el desastre
que llega hasta el símbolo mismo de la nación: el Templo.
Y en un salto
sideral –que es lo que se pretende- se desemboca en la aparición del Hijo del
hombre sobre las nubes del Cielo con gran poder y gloria. Entonces levantad la cabeza; se acerca vuestra
liberación.
Es evidente que el evangelio no es
un libro de historia ni se limita a narrar la ruina de Judea y Jerusalén. Podrá
el evangelista tener montados los planos y él mismo no saber adónde le va
conduciendo el Espíritu en la revelación que hace. Pero lo que es evidente es
que todo eso es una catequesis que busca preparar a los cristianos ante un
hecho incontrovertible: habrá que pasar por desastres y sufrimientos; parecerá
que el mundo se hunde; de hecho van a caer las columnas del firmamento, y vamos
a pasar por situaciones enloquecidas que aturden.
Nosotros, en
el mundo “culto” y occidental, ya vislumbramos algo. No se ha llegado a tener
que huir a los montes, pero sí nos van arrinconando a nuestras sacristías, y
aún ahí seguimos atacados. El panorama, aun para nosotros, no es boyante. Pero
si miramos a nuestros hermanos católicos africanos o asiáticos, en ellos se
están dando todas esas tremendas situaciones. Si miramos el panorama europeo –que
acaba de denunciar el Papa- la fe y las raíces cristianas se pretenden arrasar.
No corren buenos tiempos para los creyentes en la fe católica. Y los gobiernos
del mundo viven ciegos (o pringados) con el avance de la cultura del Sur que,
en cuestión de ppocos año, habrán dado la vuelta a “la reconquista” (como ellos
mismos la denominan).
La palabra
final del evangelio de hoy es el sol que se abre paso entre las nubes de la tormenta:
Entonces
verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes con gran poder y majestad.
Cuando empiece a suceder esto, alzad
la cabeza, SE ACERCA VUESTRTA LIBERACIÓN.
Sólo aferrados
a la fe y a la seguridad de que Dios no es derrotado, tendremos esa fuerza en
medio de la lucha. Porque nos toca lucha en medio del mundo devastado de
valores y de sentido cristiano, en el que vivimos…, y quizá vivimos adormecidos
y perdidos en ridículas bagatelas.
miércoles, 26 de noviembre de 2014
ZENIT, 26 nvbre. Iglesia peregrina hacia el Cielo
Iglesia que peregrina
hacia el Cielo, donde seremos revestidos de alegría, de paz y del amor de Dios
un poco feo el día ¿eh? Pero vosotros sois valientes. Esperemos
rezar juntos hoy.
En el presentar la Iglesia a los hombres de nuestro tiempo, el
Concilio Vaticano II tenía muy presente una verdad fundamental, que no hay que
olvidar nunca: la Iglesia no es una realidad estática, quieta, un fin en sí
mismo, sino que está continuamente en camino en la historia, hacia la meta
última y maravillosa que es el Reino de los Cielos, del que la Iglesia en la
Tierra es la semilla y el inicio.
Cuando nos dirigimos hacia este horizonte, nos damos cuenta que
nuestras imaginación se para, descubriéndose capaz apenas de intuir el
esplendor del misterio que sobrepasa nuestros sentidos. Y surgen en nosotros
algunas preguntas espontáneas: ¿cuándo sucederá este paso final? ¿Cómo será la
nueva dimensión en la que entrará la Iglesia? ¿Qué será entonces de la
humanidad? ¿Y de la creación que le rodea? Pero estas preguntas no son nuevas,
las habían hecho ya los discípulos a Jesús en aquel tiempo. ¿Cuando será esto?
¿Cuando será el triunfo del Espíritu sobre la creación...? Son preguntas
humanas, preguntas antiguas. También nosotros hacemos estas preguntas.
La Constitución conciliar Gaudium
et spes, frente a estas preguntas que resuenan desde siempre en el
corazón del hombre afirma: "Ignoramos el tiempo en que se hará la
consumación de la tierra y de la humanidad. Tampoco conocemos de qué manera se
transformará el universo. La figura de este mundo, afeada por el pecado, pasa,
pero Dios nos enseña que nos prepara una nueva morada y una nueva tierra donde
habita la justicia, y cuya bienaventuranza es capaz de saciar y rebasar todos
los anhelos de paz que surgen en el corazón humano". Esta es la meta a la
que tiende la Iglesia, como dice la Biblia: es la "Nueva Jerusalén",
el "Paraíso". Más que de un lugar, se trata de un "estado"
del alma en el que nuestras esperanzas más profundas serán cumplidas de forma
sobreabundante y nuestro ser, como criaturas y como hijos de Dios,
alcanzará la plena maduración. Seremos finalmente revestidos de la
alegría, de la paz y del amor de Dios de forma completa, sin ningún
límite, y estaremos cara a cara con Él. Es bonito pensar esto. Pensar en
el cielo. Per todos nosotros nos encontraremos allí. Todos, todos... Es bonito,
da fuerza al alma.
En esta perspectiva, es bonito percibir como hay una continuidad y
una comunión de fondo entre la Iglesia celeste y la que aún está en camino en
la tierra. Los que ya viven a los ojos de Dios pueden de hechos sostenernos e
interceder por nosotros, rezar por nosotros. Por otro lado, también nosotros estamos
siempre invitados a ofrecer obras buenas, oraciones y la misma Eucaristía para
aliviar la tribulación de las almas que están aún en espera de la beatitud sin
fin. Sí, porque en la prospectiva cristiana la distinción ya no está entre
quien esta ya muerto y quien no lo está aún, ¡sino entre quién está en Cristo y
quien no lo está! Este es el elemento determinante realmente decisivo para
nuestra salvación y para nuestra felicidad.
Al mismo tiempo, la Sagrada Escritura nos enseña que el
cumplimiento de este diseño maravilloso no puede no interesar también todo lo
que nos rodea y que ha salido del pensamiento y del corazón de Dios. El apóstol
Pablo lo afirma de forma explícita, cuando dice que "también la misma
creación, toda la creación, será la libertad de la esclavitud de la corrupción,
para entrar en la libertad de la gloria de los hijos de Dios". Otros
textos utilizan la imagen del "cielo nuevo" y de la "tierra
nueva", en el sentido que todo el universo será renovado y será liberado
una vez para siempre de todo rastro de mal y de la misma muerte.
Esta que se presenta, como cumplimiento de una
transformación que en realidad está ya en acto a partir de la muerte y
resurrección de Cristo, es por tanto una nueva creación; no por tanto una
aniquilación del cosmos y de todo lo que nos rodea, sino un llevar cada cosa a
su plenitud de ser, de verdad y de belleza. Este es el diseño que Dios, Padre,
Hijo y Espíritu Santo, desde siempre quiere realizar y está realizando.
Queridos amigos, cuando pensamos en estas realidades estupendas
que nos esperan, nos damos cuanta de cuánto pertenecer a la Iglesia sea
realmente un don maravilloso, ¡que lleva inscrita una vocación altísima!
Podamos a la Virgen María, Madre de la Iglesia, vigilar siempre nuestro camino
y ayudarnos a ser, como Ella, signo alegre de confianza y de esperanza en medio
de nuestros hermanos.
ZENIT del 25: Los grandes temas
'Las raíces cristianas
inspiren a los europeos'
En su discurso, el Santo Padre ha pedido construir una Europa con
espíritu de servicio, educar a la paz, abandonar la cultura del conflicto,
promover los derechos humanos y enlazarlos con el desarrollo de la democracia
Por Rocío Lancho García
CIUDAD DEL VATICANO, 25 de noviembre de 2014 (Zenit.org) - La segunda parada de la breve
visita realizada este martes porFrancisco a la ciudad francesa de Estrasburgo
ha sido el Consejo de Europa.
Construir una Europa con espíritu de servicio, educar a la paz,
abandonar la cultura del conflicto, promover los derechos humanos, y enlazarlos
con el desarrollo de la democracia, fue la invitación del Santo Padre. Para
ello invitó a considerar sus raíces no solamente "una simple herencia de
museo o del pasado" pero un patrimonio humano "aún capaz de inspirar"
a los europeos. Y prometió la colaboración de la Santa Sede con el
Consejo de Europa para forjar la mentalidad de las futuras generaciones de
europeos. Al finalizar el discurso de Francisco, todos los presentes en pie han
aplaudido con intensidad.
Después de su discurso en el Parlamento Europeo, el Papa se ha
dirigido en coche al Consejo de Europa. A su llegada, casi media hora más tarde
de lo previsto, el Papa ha sido recibido por el secretario general del Consejo,
Thorbjørn Jagland, acompañado por otras autoridades. En la entrada, se agolpaba
un gran número de personas que querían presenciar la llegada del Santo Padre.
Tras la presentación de las dos delegaciones, el Papa se ha
reunido con algunas personalidades políticas y eclesiásticas con el secretario
general. Al finalizar, Francisco ha firmado el Libro de Oro, se han hecho las
fotos oficiales, y se han intercambiado los regalos. Finalmente, el papa
Francisco ha caminado hasta al hemiciclo para la Sesión Solemne del Consejo de
Europa.
Historia del Consejo de Europa
"El proyecto de los Padres fundadores era reconstruir Europa con un espíritu de servicio mutuo, que aún hoy, en un mundo más proclive a reivindicar que a servir, debe ser la llave maestra de la misión del Consejo de Europa, en favor de la paz, la libertad y la dignidad humana", ha indicado Francisico. Y ha añadido que "el camino privilegiado para la paz – para evitar que se repita lo ocurrido en las dos guerras mundiales del siglo pasado – es reconocer en el otro no un enemigo que combatir, sino un hermano a quien acoger".
"El proyecto de los Padres fundadores era reconstruir Europa con un espíritu de servicio mutuo, que aún hoy, en un mundo más proclive a reivindicar que a servir, debe ser la llave maestra de la misión del Consejo de Europa, en favor de la paz, la libertad y la dignidad humana", ha indicado Francisico. Y ha añadido que "el camino privilegiado para la paz – para evitar que se repita lo ocurrido en las dos guerras mundiales del siglo pasado – es reconocer en el otro no un enemigo que combatir, sino un hermano a quien acoger".
Lograr la paz
"Para lograr el bien de la paz es necesario -ha observado ante todo educar para ella, abandonando una cultura del conflicto, que tiende al miedo del otro, a la marginación de quien piensa y vive de manera diferente".
"Para lograr el bien de la paz es necesario -ha observado ante todo educar para ella, abandonando una cultura del conflicto, que tiende al miedo del otro, a la marginación de quien piensa y vive de manera diferente".
Terrorismo, tráfico de armas
"La Iglesia considera que la carrera de armamentos es una plaga gravísima de la humanidad y perjudica a los pobres de modo intolerable".
"La Iglesia considera que la carrera de armamentos es una plaga gravísima de la humanidad y perjudica a los pobres de modo intolerable".
¿Cómo lograr el objetivo ambicioso de la
paz?
En esta sede siento el deber de señalar -ha firmado Francisco- la importancia de la contribución y la responsabilidad europea en el desarrollo cultural de la humanidad. Y ha añadido que "para caminar hacia el futuro hace falta el pasado, se necesitan raíces profundas, y también se requiere el valor de no esconderse ante el presente y sus desafíos".
En esta sede siento el deber de señalar -ha firmado Francisco- la importancia de la contribución y la responsabilidad europea en el desarrollo cultural de la humanidad. Y ha añadido que "para caminar hacia el futuro hace falta el pasado, se necesitan raíces profundas, y también se requiere el valor de no esconderse ante el presente y sus desafíos".
La verdad
Sin la búsqueda de la verdad, "cada uno se convierte en medida de sí mismo y de sus actos, abriendo el camino a una afirmación subjetiva de los derechos, por lo que el concepto de derecho humano, que tiene en sí mismo un valor universal, queda sustituido por la idea del derecho individualista", ha afirmado.
Sin la búsqueda de la verdad, "cada uno se convierte en medida de sí mismo y de sus actos, abriendo el camino a una afirmación subjetiva de los derechos, por lo que el concepto de derecho humano, que tiene en sí mismo un valor universal, queda sustituido por la idea del derecho individualista", ha afirmado.
Preguntas a Europa
¿Dónde está tu vigor? ¿Dónde está esa tensión ideal que ha animado y hecho grande tu historia? ¿Dónde está tu espíritu de emprendedor curioso? ¿Dónde está tu sed de verdad, que hasta ahora has comunicado al mundo con pasión?
¿Dónde está tu vigor? ¿Dónde está esa tensión ideal que ha animado y hecho grande tu historia? ¿Dónde está tu espíritu de emprendedor curioso? ¿Dónde está tu sed de verdad, que hasta ahora has comunicado al mundo con pasión?
Las raíces cristianas
Invitó a considerar sus raíces no solamente "una simple herencia de museo o del pasado" pero un patrimonio humano "aún capaz de inspirar" a los europeos. El Papa recordó que la paz inicia reconociendo "en el otro no un enemigo que es necesario combatir, pero a un hermano que hay que acoger".
Invitó a considerar sus raíces no solamente "una simple herencia de museo o del pasado" pero un patrimonio humano "aún capaz de inspirar" a los europeos. El Papa recordó que la paz inicia reconociendo "en el otro no un enemigo que es necesario combatir, pero a un hermano que hay que acoger".
El terrorismo religioso e internacional
Recordó que "la paz es también probada por otras formas de conflicto, como el terrorismo religioso e internacional, que nutre profundo desprecio por la vida humana y hace de manera indiscriminada víctimas inocentes". Y añadió que "tal fenómeno es lamentablemente alimentado por un táfico de armas que muchas veces opera sin ser molestado".
Recordó que "la paz es también probada por otras formas de conflicto, como el terrorismo religioso e internacional, que nutre profundo desprecio por la vida humana y hace de manera indiscriminada víctimas inocentes". Y añadió que "tal fenómeno es lamentablemente alimentado por un táfico de armas que muchas veces opera sin ser molestado".
Corte Europea de los Derechos Humanos
Es de alguna manera la «conciencia» de Europa. Por eso, ha expresado que "mi esperanza es que dicha conciencia madure cada vez más, no por un mero consenso entre las partes, sino como resultado de la tensión hacia esas raíces profundas, que es el pilar sobre los que los Padres fundadores de la Europa contemporánea decidieron edificar".
Es de alguna manera la «conciencia» de Europa. Por eso, ha expresado que "mi esperanza es que dicha conciencia madure cada vez más, no por un mero consenso entre las partes, sino como resultado de la tensión hacia esas raíces profundas, que es el pilar sobre los que los Padres fundadores de la Europa contemporánea decidieron edificar".
El reto de la multipolaridad
"Globalizar de modo original la multipolaridad comporta el reto de una armonía constructiva, libre de hegemonías que, aunque pragmáticamente parecen facilitar el camino, terminan por destruir la originalidad cultural y religiosa de los pueblos". De este modo, ha asegurado que la tarea de globalizar la multipolaridad de Europa no se puede imaginar con la figura de la esfera sino más bien con la del poliedro, donde la unidad armónica del todo conserva la particularidad de cada una de las partes.
"Globalizar de modo original la multipolaridad comporta el reto de una armonía constructiva, libre de hegemonías que, aunque pragmáticamente parecen facilitar el camino, terminan por destruir la originalidad cultural y religiosa de los pueblos". De este modo, ha asegurado que la tarea de globalizar la multipolaridad de Europa no se puede imaginar con la figura de la esfera sino más bien con la del poliedro, donde la unidad armónica del todo conserva la particularidad de cada una de las partes.
El desafío de la transversalidad
Si quisiéramos definir hoy el Continente, debemos hablar de una Europa dialogante, que sabe poner la transversalidad de opiniones y reflexiones al servicio de pueblos armónicamente unidos, ha observado el Pontífice. Por eso, ha añadido que "una Europa que dialogue únicamente dentro de los grupos cerrados de pertenencia se queda a mitad de camino; se necesita el espíritu juvenil que acepte el reto de la transversalidad".
Si quisiéramos definir hoy el Continente, debemos hablar de una Europa dialogante, que sabe poner la transversalidad de opiniones y reflexiones al servicio de pueblos armónicamente unidos, ha observado el Pontífice. Por eso, ha añadido que "una Europa que dialogue únicamente dentro de los grupos cerrados de pertenencia se queda a mitad de camino; se necesita el espíritu juvenil que acepte el reto de la transversalidad".
Encuentros sobre la dimensión religiosa del
diálogo intercultural
Dichos encuentros, "parecen particularmente importantes en el ambiente actual multicultural, multipolar, en busca de una propia fisionomía, para combinar con sabiduría la identidad europea que se ha formado a lo largo de los siglos con las solicitudes que llegan de otros pueblos que ahora se asoman al Continente".
Dichos encuentros, "parecen particularmente importantes en el ambiente actual multicultural, multipolar, en busca de una propia fisionomía, para combinar con sabiduría la identidad europea que se ha formado a lo largo de los siglos con las solicitudes que llegan de otros pueblos que ahora se asoman al Continente".
Papel de la Iglesia católica en el Consejo
de Europa
A propósito, ha mencionado temas de los que la Iglesia se preocupa: cuestiones relacionadas con la protección de la vida humana, cuestiones delicadas que han de ser sometidas a un examen cuidadoso, que tenga en cuenta la verdad de todo el ser humano, sin limitarse a campos específicos, médicos, científicos o jurídicos, acogida de los emigrantes, el grave problema del trabajo, elevados niveles de desempleo juvenil, cuestión de la dignidad del trabajo.
A propósito, ha mencionado temas de los que la Iglesia se preocupa: cuestiones relacionadas con la protección de la vida humana, cuestiones delicadas que han de ser sometidas a un examen cuidadoso, que tenga en cuenta la verdad de todo el ser humano, sin limitarse a campos específicos, médicos, científicos o jurídicos, acogida de los emigrantes, el grave problema del trabajo, elevados niveles de desempleo juvenil, cuestión de la dignidad del trabajo.
26 novbre.: LA PERSEVERANCIA EN EL BIEN
Ni un cabello
perecerá
Juan tiene de nuevo una visión del Cielo
[Apoc15, 1-4], “definido” con expresiones fantásticas de cristal trasparente y
con “mar de fuego” (que indica centelleo de estrellas). Y allí “siete ángeles” para realizar
el proyecto de Dios, que salva a los suyos:
-
los que han vencido a la bestia, a su imagen y a la cifra de su nombre:
otra vez referencia al Imperio Romano, los innumerables mártires, que
llevan “arpas que Dios les ha dado”: radiantes, pues, y resplandecientes.
“Cantaban
el canto de Moisés” (primer libertador de Israel, contra los egipcios).
[Las ideas de ese canto son: 1) Dios actúa prodigiosamente, 2) derrotando a
Egipto 3) Los enemigos quedan espantados,
4) y Dios da a su Pueblo la Tierra de Promisión.
Cantaban
también el “Canto del Cordero”: el definitivo libertador, que libra por
su Sangre a los hombres, y crea un “nuevo Pueblo”, que es la Iglesia.
Es
el Cántico de los triunfadores de la bestia: los mártires, la Iglesia,
que reconocen en “el Cordero” honores divinos. Es un canto de adoración, de
triunfo final, que reconoce la voluntad de Dios, santísima y justísima, que no
deja vencer al mal, e invita a observar los mandamientos de Dios y así
glorificar su Nombre.
“Grandes y admirables son tus
obras, Dios soberano de todo, será el estribillo con que el coro litúrgico
remarcará en el Salmo esa maravilla del triunfo de Dios. Porque Dios va a
triunfar, a pesar de todas las influencias negativas que van a darse en la
tierra.
El Evangelio (Lc 21, 12-19) las va enumerando en un
lenguaje de “final”: “Os echarán mano, os
perseguirán, entregándoos a los tribunales y a la cárcel, y os harán comparecer
ante gobernadores y reyes, por causa de
mi nombre: así tendréis oportunidad de dar testimonio”. Y añade Jesús
una lección de madurez y nobleza y altura de miras: “Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré
palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún
adversario vuestro”.
No se queda Jesús es ese planteamiento que viene –por decirlo
así- de fuera, de los enemigos, de los que están cargados de odio frente a la
causa de Cristo. Todavía baja más a la arena de lo cotidiano: “Hasta vuestros padres, parientes, hermanos
y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán
por causa de mi nombre”. La descripción pone los pelos de punta. Pero no es una fantasía de Jesús o del
evangelista. La historia contemporánea es una realidad fehaciente del “todos
contra todos”, del “todos contra la Iglesia”, del intento de aplastar la voz y
la vida de esa Iglesia.
En medio de ese anuncio calamitoso (y real, que lo estamos
viviendo y del que nos hemos de hacer conscientes), surge una palabra de vida y
fortaleza. Dice Jesús, en la conclusión de todo eso: Pero ni un solo cabello de
vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.
Es lo que queda al final del túnel. Pero sin negar el túnel (que es el intento
solapado de muchos). Esa zona de oscuridad, de sufrimiento, de traiciones de
los más queridos, está ahí. Ya anunció que estarán el padre contra la hija, y
la madre contra el hijo… Ya anunció ese fenómeno que parecía exagerado y que
hoy se da con tanta facilidad en los hogares de raíces cristianas. Y donde dice
eso, ¡qué puede decir de lo demás!
Pues bien: ni un solo
cabello de vuestras cabezas perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis
vuestras almas. Una vez más Jesús ha acabado creando; no se ha quedado en “la
muerte”, Anuncia la esperanza de la vida. Y aunque “la muerte” es un hecho, la esperanza es la fuerza.
martes, 25 de noviembre de 2014
25 novbre.: Aspirando a un mundo mejor
Esperanza
cristiana
Apoc 14, 14-19: Tras muchas y difíciles
comparaciones, parece referirse todo a las hostigaciones de otros pueblos
contra el Imperio Romano, al estilo del rey Ciro que destruye el poder de
Babilonia para favorecer al Pueblo de Dios, y es llamado en la Biblia: Cristo,
“ungido”. De ahí el presentarlo como
un “ser semejante a hijo de hombre”, “colocado en nube blanca” que
indica un ser humano con poder superior.
De
“dentro del santuario que está en el Cielo” sale un ángel, que manda al
de la nube... (está -por tanto- por encima del personaje anterior), y otro “que
sale del altar” de quemar el incienso,“que tiene poder sobre el fuego”
(de quemar el incienso), y ordena
realizar la orden divina.
Varias
veces se hace referencia a “la tierra”: “racimos de la viña de la tierra”, “mies
de la tierra”: clara referencia a poderes humanos dañosos.
La hoz afilada que siega o
vendimia la cosecha “madura” (de maldad), y la sangre que
sube hasta los bocados de los caballos”, expresa la gravedad de la derrota
de la “bestia” (el Imperio Romano)
lo que, -desde una expresión típicamente
bíblica- sería expresión del castigo pedagógico de Dios, y preludio de la
victoria del Verbo de Dios: Jesucristo
El Salmo viene a establecer
la realidad patente: El Señor llega a
regir la tierra. Él gobierna la tierra rectamente.
El Evangelio (Lc 21, 5-11) entra ya en el terreno de la
profecía de final y de triunfo, un estilo que se asemeja al mismo Apocalipsis,
y que suele ser un punto de inflexión de los sinópticos cuando se acercan al
final mde la vida pública de Jesús. Un momento en el que quieren dejar ahí la
advertencia de que la obra de Jesus ya ha hecho lo que tenía que hacer en su
intento de liberar al mundo de su pecado y de su mal, pero el mundo se resiste
y crea una violencia de lucha agónica: se va a enfrentar a la muerte y pelea
contra ella. Al final estará el triunfo de Jesucristo, pero las cosas no llegan
de la mano.
Toma pie el evangelista de aquella admiración de algunos
ante las riquezas del Templo. Y Jesús les advierte que ese mismo Templo tan
grandioso, y símbolo religioso del mismo Israel, va a quedar derruido. Y la
pregunta admirada de los apóstoles es: ¿Cuándo?
¿Cuál será la señal de que va a suceder?
Jesús empieza por desmontar un error: Cuidado que nadie os engañe, diciendo: “Yo soy”, o “el momento está
cerca”. Ante las noticias de guerras, desastres, revoluciones, etc., muchos
van a pretender que esa es la señal del final. “No vayáis tras ellos”?; “no os dejéis llevar del pánico”. “Todo eso
tiene que suceder pero el final no está ahí”. Y añade Jesús una serie de
catástrofes que sucederán en la tierra y en los aires. Pero no dice en ningún
momento que eso es ya el final. Sí queda claro que el mundo se deshace a sí
mismo; que la humanidad se autodestruye. Pero no ha respondido a la pregunta
del “cuándo”.
Lo que ha quedado claro es a lo que se aboca la historia
cuando prescinde de Dios. Los desastres que provoca la avaricia humana, el
ansia de querer jugar a dios, y pretender el ser humano dominar la historia y
la vida. El tremendo futuro del hombre endiosado (o endemoniado), que busca
orgullosamente ocupar el lugar de Dios. Ese mundo se ahora en su propia sangre.
¿Y a dónde va Jesús con estos anuncios? A preparar una nueva criatura que se abra a Dios, y
pueda mirar hacia adelante no con odios y terrores sino con paz y serena espera
del abrazo definitivo en el que cada uno hemos de encontrarnos con nuestro buen
Dios y su enviado y Salvador, Jesucristo.
ZENIT, 23 nvbre: Brille la luz de Cristo
Francisco en Sta. Marta:
'La Iglesia brille con la luz de Cristo y no de la riqueza'
En la homilía de este lunes el Santo Padre recuerda que la Iglesia
es fiel cuando es humilde y pobre
24 de noviembre de 2014 (Zenit.org) - El santo padre Francisco, en la
homilía de este lunes en la misa matutina en Santa Marta, ha reflexionado sobre
la tentación de la vanidad y ha recordado que la "Iglesia pobre",
"no debe tener otras riquezas que su Esposo". De este modo, el Papa
ha indicado que cuando la Iglesia es humilde y pobre, entonces "es
fiel" a Cristo, sino es tentada a brillar con "luz propia" en
vez de donar al mundo la luz de Dios.
Así, ha advertido sobre el dar mucho y públicamente, porque hay
una riqueza que se nutre de ostentación y goza de la vanidad. Y dar lo poco que
se tiene, sin llamar la atención sino de Dios, porque Él es el todo en el que
se confía.
El Pontífice ha reflexionado sobre el pasaje del Evangelio de la
viuda que bajo los ojos de Jesús pone sus dos únicas monedas para el tesoro del
templo mientras que los ricos habían puesto de lo que les sobraba. De este
modo, el Papa ha tomado este ejemplo para presentar dos tendencias siempre
presentes en la historia de la Iglesia.
"Me gusta ver en esta figura la Iglesia que es en cierto
sentido un poco viuda, porque espera a su Esposo que volverá.... Pero tiene a
su Esposo en la Eucaristía, en la Palabra de Dios, en los pobres, sí: pero
espera que vuelva ¿no?", ha preguntado. Además, ha añadido que "Esta
viuda no era importante, el nombre de esta viuda no aparecía en los periódicos.
Ninguno la conocía. No tenía licenciaturas... nada, nada.
No brillaba con luz propia. Es lo que a mí me indica que se ve en
esta mujer la figura de la Iglesia. La gran virtud de la Iglesia debe ser no
brillar con luz propia, sino brillar con la luz que viene de su Esposo. Que
viene precisamente de su Esposo". Por esta razón, ha advertido que a lo
largo de los siglos, cuando la Iglesia ha querido tener luz propia, se ha
equivocado.
A propósito, el papa Francisco ha reconocido que es verdad que
algunas veces el Señor puede pedir a su Iglesia "tener, tomar un poco de
luz propia", pero eso se entiende, según ha explicado, porque la misión de
la Iglesia es iluminar la humanidad, la luz que viene donada debe ser
únicamente la recibida por Cristo en actitud de humildad.
A continuación ha afirmado que "todos los servicios que
nosotros hacemos en la Iglesia son para ayudarnos en esto, a recibir esa luz. Y
un servicio sin esta luz no hace bien: hace que la Iglesia se convierta en
rica, o potente, o busque el poder, o que se equivoque de camino, como ha
sucedido tantas veces en la historia y como sucede en nuestras vidas cuando
nosotros queremos tener otra luz, que no es precisamente la del Señor: una luz
propia".
Asimismo, el Santo Padre ha indicado que cuando la Iglesia
"es fiel a la esperanza y a su Esposa está feliz de recibir su luz, de ser
en este sentido 'viuda', que espera, como la luna, "el sol que
vendrá".
Para finalizar su homilía, el Obispo de Roma ha afirmado que
"cuando la Iglesia es humilde, cuando la Iglesia es pobre, también cuando
la Iglesia confiesa sus miserias --todos las tenemos-- la Iglesia es
fiel". Así, ha explicado que la Iglesia dice: "'Pero, yo soy oscura,
¡pero la luz viene de allí! y esto hace mucho bien". Finalmente, Francisco
ha pedido que "recemos a esta viuda que está en el Cielo, seguro, rezamos
a esta viuda que nos enseña a ser Iglesia así, echando de la vida todo lo que
tenemos: nada para nosotros. Todo para el Señor y para el prójimo. Humildes.
Sin presumir de tener luz propia, buscando siempre la luz que viene del
Señor".
(Texto de Radio Vaticano adaptado y traducido por ZENIT)
lunes, 24 de noviembre de 2014
24 novbre. "Pensamientos del corazón"
LECCIONES DE “PEQUEÑEZ”
Lectura y proclamación del
Apoc 14, 1-3, 4-5, que el Salmo concretará que “éstos son los que buscan al Señor”.
Hoy es más posible de entender a simple
vista.
Pero
pueden explicitarse algunos detalles:
- el CORDERO -Cristo Redentor-, en el
monte Sión (el Cielo, o Jerusalén celestial), preside a los 144,000 marcados
con el signo de Dios.
- “144,000" es el resultado de
12x12x1000, y en el simbolismo hebreo indica multitud incontable y
universal. Pero aquí se les concreta de
alguna manera a los que “son primicias de la humanidad redimida”, y
representarían a quienes tienen una particular compenetración con Cristo, al
que siguen dondequiera que vaya, y son irreprochables.
- En el Cielo hay un CANTAR NUEVO, delante
del trono (=de Dios), y delante de los 24 ancianos (personas
destacadas del vulgar de las gentes), y de los 4 vivientes (la Creación
entera).
-
Cantar nuevo que sólo pueden interpretar los ángeles y entender
los 24 ancianos.; canto tan grandioso como tumulto de aguas, y tan armónico
como una sinfonía de arpas (instrumento muy ligado a la simbología religiosa).
El
evangelio es –como se suele decir- “un clásico”. Lc 21, 1-4, en su brevedad
encierra una riqueza excepcional porque ya no es si Jesús hizo algo y, casi ni
siquiera, que dijo una de sus largas enseñanzas. Aquí se mete de lleno en el
interior del propio sentir de Jesús; se mete en su corazón. Se dice: Los proyectos de su corazón…” siendo así
que el corazón propiamente no hace proyectos. Un sabio concluirá decididamente
que los proyectos son de la inteligencia que piensa y deduce. Y sin embargo también
es cierto que el corazón también los hace. Una madre sabe que proyecta con el
corazón. Que son otra clase de “proyectos” porque se originan en el sentir
profundo de las entrañas.

Uno llega a pensar si son las “perfectas cantidades” (de
buena fe, de ortodoxia, de cumplimientos de preceptos, de tener que agotar los
contenidos, de que no se pase un detalle, de pertenecer a unas comunidades, de
que queden todos los puntos puestos sobre todas las íes…, y todos los etcéteras
correspondientes) los que atraen el Corazón de Cristo, o son los pequeños
detalles, los gestos cercanos, los ensanches del alma (al estilo del Papa
Francisco) lo que hace un bien mayor.
Por eso Jesús llama la atención de sus apóstoles y les
dice: Sabed que esa pobre viuda
ha echado más que nadie. Lo que visto desde los mismos apóstoles pudo
parecer hasta ridículo, o una corazonada del Maestro. Y sin embargo Jesús había
puesto el alma en la observación de aquellas “pequeñeces” de la viuda pobre.
domingo, 23 de noviembre de 2014
ZENIT 23 nvbre. Impulso misionero
Ángelus: el Papa invita
a la Iglesia en India a un nuevo impulso misionero
Invita al pueblo italiano a reavivar el espíritu de colaboración
hacia el bien común y a mirar al futuro con esperanza
Por Redacción
CIUDAD DEL VATICANO, 23 de noviembre de 2014 (Zenit.org) - El santo padre Francisco, tras
celebrar la santa misa en la explanada delante de la basílica de San Pedro y
proclamar santos a cuatro beatos italianos y dos de la India, rezó el ángelus
junto a los miles de peregrinos allí presentes y les dirigió las siguientes
palabras:
"Queridos hermanos y hermanas.
Al concluir esta celebración deseo saludarles a todos los que han
venido a rendir homenaje a los nuevos santos, en modo particular a la
delegación oficial de Italia y de India.
El ejemplo de los cuatro santos italianos, nacidos en las
provincias de Vicenza, Nápoles, Conseza y Rímini, ayude al querido pueblo
italiano a reavivar el espíritu de colaboración y de concordia en favor del
bien común y a mirar al futuro con esperanza, confiando en la cercanía de Dios,
que nunca nos abandona, ni siquiera en los momentos difíciles.
Por intercesión de los dos santos de la India, provenientes de
Kérala, gran tierra de fe y de vocaciones sacerdotales y religiosas, el Señor
conceda un nuevo impulso misionero a la Iglesia que está en India, para que
inspirándose en su ejemplo de concordia y de reconciliación, los crisitanos de
India prosigan en el camino de la solidaridad y de la convivencia fraterna.
Saludo con afecto a los cardenales, obispos, sacerdotes, y también
a las familias, los grupos parroquiales, las asociaciones y escuelas presentes.
Con amor filiar nos dirigimos ahora a la Virgen María madre de la Iglesia,
reina de los santos y modelo para todos los cristianos».
(El papa rezó: Angelus Domini...)
A concluir el Santo padre les deseó a los presentes que tengan
"un buen domingo, en paz, con la alegría de estos nuevos santos". Y
añadió: “Les pido que recen por mí y 'buon pranzo e buona domenica'".
23 novbre. JESUCRISTO REY
Jesucristo,
Rey del Universo
Como todo, en este tiempo
que vivimos, tan exageradamente suspicaz y crítico (¡no digamos si es tema religioso!),
el título de esta fiesta también se ha puesto en tela de juicio. Y por supuesto
con un absoluto desconocimiento histórico y bíblico.
La suspicacia y la crítica vienen de la acusación a la
Iglesia de pretender un título “político” de
poder humano, como una equiparación a los reyes de la tierra. Bastaría un
barniz de historia bíblica para ver a las claras que estamos en otra esfera
completamente diferente. Que hablamos del reinado de Dios, reinado espiritual,
que pedimos en el Padrenuestro: Venga a
nosotros tu Reino, y que es un reino que no es de este mundo, que no tiene trono, ni corona, ni cetro, ni
ejércitos. Porque su trono es una cruz (“Jesús
Nazareno, Rey de los judíos”; “hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso [mi
reino]; su corona es de espinas y burlas, y su cetro una caña hueca. Ni tiene
soldados a sus órdenes para defenderlo… No cabe duda que su reino no es de este mundo.
Cualquiera que se haya asomado a la Biblia sabe que el
pueblo hebreo anheló un rey, y que ese Rey fue el Mesías, rey que viene en nombre de David, y entra en Jerusalén a
lomos de una borriquita, con una corte de pescadores y de niños y gentes del
pueblo.

Pero verdadero reinado que, tras el paso de la cruz, se yergue
en Jesucristo vencedor y resucitado, de modo que el mal que había entrado por
el pecado de un hombre, quede redimido por la obra de este segundo Adán, que se
llevará consigo a todos los que fueron “súbditos” de su reino…: los cojos, los
ciegos, los leprosos, los inválidos, los pobres… Un reinado que no le disputa
nadie, porque nadie quiere cargar con ese desecho de la humanidad. Y sin
embargo esa humanidad caída y por Él sacada de la basura, es el reino sobre el
que ejerce su reinado JESUCRISTO, HIJO DE DIOS. Reino de santidad y de Gracia;
reino de verdad y de vida, reino de justicia, de amor y de paz.
Todos esos serán los que suban con Él a la región de sus poderes, allí donde el Reinado de
Dios será definitivo y eterno. Allí donde desembocaremos, por la misericordia
de este Rey, quienes aquí en la tierra hicimos lo posible por tener como código
de conducta y “Constitución” suprema EL EVANGELIO DE JESUCRISTO…, sus
exigencias de dominio del YO, sus llamadas a compartir, sus medios de
abnegación, y el amor abierto a amigos y enemigos, y el convencimiento absoluto
de que de nada vale dominar el mundo
entero si arruina la riqueza del alma.
Quien se asome al Antiguo Testamento y vea el fracaso de
los reyes humanos, y el anhelo del pueblo por tener un rey, comprenderá que EL
REY que Dios quiere darles no tiene nada que ver con aquellas realidades que
están viviendo. Que la promesa de Dios es EL
MESÍAS, que será de la estirpe de David, rey, pero que vendrá en nombre y de
parte del Señor. Jesucristo será EL REY, el Rey por antonomasia, centro de
todos los corazones.
sábado, 22 de noviembre de 2014
22 novbre.; Las trampas de los saduceos
Enigmas,
Palabra y enseñanzas
Hoy es mucho más
difícil de explicar. [Apoc 11, 4-12].
Los
dos testigos podrían ser Moisés y Elías (ley y profetas, como en la
transfiguración), y llamarlos “los dos olivos” y todo lo que pueden
hacer si quieren hacerles daño, son
comparaciones contenidas en el A.T.
Aludir a Moisés y Elías o es por sentido mesiánico o por referirse a
Israel, obra de Dios.
“La
bestia que sube del abismo” (“el abismo del mal”, “que hará la guerra y
derrotará y matará”), es el Imperio Romano, con Roma “la gran ciudad”,
inmoral como Sodoma y perseguidora del Pueblo de Dios, como Egipto.
“Donde
también el Señor fue crucificado” no se refiere tanto a Jesús
sino a los discípulos de Jesús y las persecuciones y los mártires.
No
enterrar los cadáveres es humillación.
Pero sólo durará eso tres días y medio, tiempo muy pequeño que indica lo
poco que puede el mal contra el bien.
Porque
“resucitaron”. Los “dos testigos”,
como los cristianos martirizados, de hecho viven: influyen
con su ejemplo y doctrina.
Se oye finalmente la llamada de
Jesucristo desde el Cielo: “Subid acá”, que será la resurrección y
triunfo definitivo y final.
Hemos entrado en la parte más simbólica
de la profecía, y sin un comentario de especialistas es imposible “traducir” y
saber por dónde va el autor inspirado que quiere trasmitir algo. Es la vida de
la naciente Iglesia, que se desenvuelve en in ambiente hostil de paganismo del
Imperio.
El Evangelio –Lc
20, 27-40- es una trampa con la que quieren ridiculizar a Jesús los que no
creen en la resurrección. Le inventan una historia absurda, como hipótesis,
para mostrarle lo inverosímil de la resurrección. La mujer que enviuda 7 veces
con 7 hermanos (que se han casado con ella por una ley judía), en la resurrección ¿de cual de los siete es
mujer?
Y Jesús les
mina la base del argumento: -Estáis
equivocados, porque en el cielo no se casan; son como ángeles.
¿Quién puede
saber lo que es y cómo será esa otra vida? Lo
que ni el ojo vio ni el oído oyó, ni el entendimiento humano puede comprender.
Por eso todo lo que pretendemos imaginar del cielo es tan irreal como la misma
profecía del Apocalipsis, que sólo puede poner comparaciones fantásticas -¡y
humanas!- para intentar acercarnos a una sublimidad que nadie ha visto, ni en
realidad puede uno acercarse a lo que verdaderamente es.
Los saduceos
podían incordiar. Pero no por eso llevar razón ni dar en el clavo.
La vida de la
fe, la expresión de la fe, la participación en la fe y la trasmisión de hechos
de fe, tiene una inmensa gama de captación, de visión, de exposición. Matices
tan diversos como personas, porque cada cual tiene asimilada una formación/deformación,
hija de su tiempo, y muchas veces de la personal psicología, del proceso de una
vida que ha llevado un determinado derrotero.
El mismo blog,
en la variedad de visones que recoge, y en las que siempre se presupone la
participación de cristianos de buena fe, y de aportaciones creativas, es un
mosaico claro de esos procesos de fe, de esas influencias variadas que marcan a
cada persona.
La mayor
riqueza de colaboraciones que estamos viviendo en las últimas fechas –y siempre
partiendo de una caridad y una educación de personas constructivas- tiene el
valor de presentar matices respetuosos de concepciones y acentos varios de unos
y otros. La mirada limpia del que escribe y del que lee ha de ir completando
posibles deficiencias de expresión, pero dando por supuesto que hay un mutuo
respeto y un deseo de desenvolverse en el ámbito de un blog de naturaleza
religiosa y católica.
Eso mismo -¡es
de alabar!- lleva a la prudencia demostrada de no entrar en una dinámica de
dimes y diretes, y cuando algún tema no se ha entendido o no se ha sabido
interpretar en su justo sentido, ha primado la delicadeza de dejar el tajo ahí
cortado. Porque ya se sabe que la peste de un blog es la de imaginar enemigos
en vez de amigos en el Señor, que reman todos en la misma dirección.
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