lunes, 30 de septiembre de 2013

De "NUESTRO GRUPO"

30 spbre. “No era de los nuestros”
             Nos viene un evangelio que parecería que tiene dos partes –[Lc 9,46-50]- pero que es una secuencia que abarca un solo argumento. Comenzamos con esa puerilidad de los apóstoles a los que Jesus les ha instado a “meterse en la cabeza que el Mesías va a padecer hasta la muerte”, a lo que ellos “responden” (no será la única vez) escudándose en una huida hacia adelante: ¿Quién es el más importante?  No hablemos de padecimientos; hablemos de ser más importante… El sufrimiento es un lenguaje “feo”…, vayamos a la lumbrera de la importancia…
             Y Jesús toma a un niño. Los niños –como he dicho otras veces- era un “ser no existente”. In-útiles…, porque un niño no es útil en una sociedad práctica. Pues a un niño es al que toma Jesús consigo y no sólo muestra su amor a los niños sino que expresa la actitud que hay que tener: El que acoge a un niño en mi nombre…   El niño es “in-útil”… Pues la importancia de la vida es saltar esos conceptos y acoger al niño.  Y no porque es muy guapito, sino “en mi nombre” (en razón de un nuevo baremo de valores, en el que “lo importante” no está en la apariencia sino mucho más de fondo). Porque si lo acogéis al niño en mi nombre (así a fondo perdido; no por ventajismos de alguna clase), me acoge a Mí. Y quien me acoge a Mí, acoge al que me envió.  El concepto de importante ha cambiado totalmente de idea y de modo de vivir “la importancia”.
             Conclusión: vuestra “importancia” está en hacerlos los más pequeños.  [La verdad que retumba esto en los oídos de tantos, cuyo afán de “importantes” lleva totalmente otro camino… ¡Y bien que tendríamos que ponernos ante este espejo!].
             Como si estuviéramos en la vida de hoy, en las formas y reacciones de hoy y en los “entendimientos” de las cosas que tenemos hoy, a renglón seguido aparece Juan con “su importancia” personal, que viene tan ufano a contarle a Jesús la “proeza” de “hombre importante” que acaba de hacer: Maestro: hemos visto a uno que echaba de demonios en tu nombre, y se lo hemos impedido porque no es de nuestro grupo.
             ¿Cómo se quedaría Jesús? ¿Adónde ha quedado su palabra anterior? ¿Dónde ha caído su explicación de hace un momento? ¿No es algo para desanimarse?  No sé si Jesús sintió desánimo o se sonrió por dentro, con esa sonrisa –a la vez triste- de quien ve que siembra en desierto. Su respuesta quiso completar y no reñir…: no se lo impidáis; el que no está contra nosotros, está a favor nuestro.  Hay algo que llama la atenciñon: lo que aquel personaje desconocido ha hecho es una obra buena; la ha hecho en nombre de Jesús (no se ha apropiado nada). Su única carencia es que no es de los nuestros, no es de nuestro grupo…  Ya tenemos a un discípulo que está receloso –tiene celos- de que alguien le pueda quitar protagonismo a su Maestro.  Y en el fondo…, al propio grupo que va de discípulos especiales de Jesús.  ¡No se ha mirado para nada si aquella acción del “extraño” era gloria de Dios!, si era positiva y que apoya y ayuda la obra del Maestro. Simplemente “no es de nuestro grupo” y eso –según Juan, el hijo del Trueno- ya le debe incapacitar para hacer esas obras buenas.  ¡Eso es “lo importante” para ellos!
                “La exclusividad celosa de un discípulo que tanto quiere a Jesús (y a sí mismo, y a su grupo) que acaba excluyendo a otro que hace el bien “en nombre de Jesús”.  ¿Quién le había encargado aquel celo exagerado? ¿Quién le había dado vela en ese entierro, como diría gráficamente el dicho popular?  Él se apropiaba el “derecho de defender”  “el honor de Jesús” o de “protegerle” en el modo que nadie le ha pedido.
        Jesús tiene que corregirle porque en un corazón abierto  al mundo, no tiene sentido impedir una buena acción, venga de donde venga. Ni la fuerza del bien está enjaulada en esos barrotes de oro que supone “ser de los nuestros”.  [Del Boletín 49 del Apostolado de la Oración, Grupo de la Iglesia del Sgdo. Corazón; Málaga].

             Y no sólo es que “no es de los nuestros”. Es que “los no nuestros” quedan señalados, tildados, minusvalorados o criticados, dejados a un lado, como una “especie menos importante”.  Sería bueno encontrarnos de pronto con Jesús ante cada uno, y captar cómo suena nuestra palabra…, y como suena la suya: quien no está contra nosotros, está a favor nuestro.
             Y cuando eso se pasa al momento actual, el sentido de Iglesia es SUMAR y no restar; AUNAR y no dividir, tener sentido de la IMPORTANCIA DEL NIÑO frente al ridículo baremo nuestro sobre las cosas importantes.

             Decía en el primer renglón que aparentemente este evangelio tenía dos partes…  La realidad es que sólo tiene una, y que el evangelista ha llevado a sus nuevos cristianos a dar un paso de unidad y respeto. También de valoración de esos mismos cristianos griegos que no son de los nuestros (porque no proceden del mundo judío), y sin embargo también ellos pueden echar demonios en nombre de Jesús… También ellos tienen que saber dónde está lo IMPORTANTE.  Y ellos y los otros, saberse miembros vivos y llenos de buena fe en la constitución y vida de una nuevo “Grupo”, que es la asamblea general de la Iglesia que, en nombre de Cristo, trabaja en un mismo fin.  Y todo lo demás será, eso sí, estar contra Cristo

4 comentarios:

  1. Anónimo7:14 p. m.

    Esta noche pasada soñé que el Padre Cantero estaba iniciando una reunión. Había bastante gente, pero estaban separados como en dos grupos. El primero de ellos, muy alejado, y el otro más cercano. Me sorprendía ver como el alejado estuviera allí, pues no parecía fácil estar implicado ni escuchar siquiera.El otro, mas en torno a la mesa del Padre Cantero, tampoco parecía demasiado en sintonía, pero al menos estaban más cerca. El Padre Cantero hablaba, pero pocos parecía escuchar, y había como distracciones y poco orden. Yo me sentía extraño.

    No pertenezco al grupo, aunque os conozco a algunos de vosotros, aunque a ninguno de vosotros vi físicamente en mi sueño. Si puede ayudar esto, no lo se. Es un misterio.

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  2. Anónimo8:48 p. m.

    Como tu dices es un misterio este sueño.Dices que no perteneces al grupo,pero para no pertenecer sabes muy bien lo que habla el Padre Cantero.Nos explica pasajes del Evangelio y a todos los asistentes nos encanta su manera de enseñar.Todos estamos unidos;no hay grupos,como tu ves en tu sueño.Para que tu sueño ,no quede en sueño,te invitamos a que asistas a una reunión y saldrás contento porque has conocido un poco más de la vida y milagros del Señor.

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  3. Uno de los Carismas del Padre Cantero es que genera siempre unión entre sus fieles ,yo
    lo he vivido asi .

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