domingo, 29 de septiembre de 2013

Domingo 26-C EGOCÉNTRICOS

Domingo 26-C.  Otros infiernos
             Hoy será un recurso fácil llevar la homilía al tema del Infierno. Sin embargo los expertos que llegaron a este punto del Evangelio de Lc [16, 19-31] tuvieron una visión más amplia. De ahí que el marco de la 1ª lectura, del profeta Amós [8, 1 y 4-7] fijara en qué dirección iba hoy la enseñanza pretendida. Y tal marco centra el tema en el egoísmo que encierra sobre sí. Los que confían en sus fuerzas, los que se acuestan en lechos de marfil, los que esquilman lo mejor de sus rebaños para regodearse en sí mimos, y medio dormitan entre músicas, vinos generosos y perfumes… Los que han hecho de sí y de su entorno un paraíso ficticio para no tener que mirar hacia afuera.
             El Evangelio de hoy nos lleva –con las descripciones maestras de Jesús- a un “caso práctico”. Aquel rico que banqueteaba pero él solo; que vestía mullidos vestidos suaves, y tenía todo el dinero del mundo… Vivía espléndidamente en su cárcel de cristal, sin mirar hacia afuera, sin contar con nada ni con nadie, y ni siquiera advirtiendo que –a sus mismas puertas- un pobre mendigo se moría de hambre y ya agradecería las sobras del rico. Pero ni eso le llegaba.  Ha descrito Jesús espléndidamente un egoísta; peor: un egocéntrico. Uno para quien no existe más mundo que el propio, y vive como si no existiera el mundo fuera de sí mismo.
             Jesús dibuja más que narra. Y nos pone ante la hora de la verdad. En la muerte del rizo –el que parecía un desgraciado solitario, sin más consuelo que el que le proporcionaban los perros lamiéndole las llagas- es acogido por ángeles, que le llevan al seno de Abrahán.  Y muere el rico, que se bastó siempre a sí mismo, y simplemente dice Jesús: Lo enterraron. No ha habido nadie con él. Tanto se aisló tanto se bastó…, tan insolidario fue…, que se quedó solo; ¡completamente solo!  Que eso ya es un infierno en vida y una terrible soledad en la muerte. Un infierno que se labró él mismo, y que ahora no tiene vuelta atrás… Lo que vivió es lo que le queda para vivir… Sin dinero, sin ropas de seda, sin banquetes.  Se lleva lo que él almacenó en su corazón a través de la vida. Y como sólo se miró a sí, y como hizo “su dios” de sí mismo…, eso es lo que tiene… Paja, soledad, vacío…, y eso en su última hora.
             Aquel rico había hecho un infierno la vida del pobre, al que no le dio ni las sobras. Porque el infierno está más aquí que allí. Los materiales se labran en la vida de cada persona.  Pero en el umbral de la vida uno lleva el bagaje que él es en sí mismo…  El pobre encontró la vuelta de la moneda en ese paso hacia un lugar de bondad y esperanza. El pobre era el finalmente rico…
             Y viene la escena del egoísta que ahora se acuerda de que no se puede vivir solo. Y pide que el despreciado pobre (con el no contó en vida) sea ahora quien le traiga a él esas “sobras” de una gota de agua en la punta del dedo…  Ahora se acuerda de la importancia de salir de sí y ser solidario. Y pide que lo sea Lázaro…
             Abrahán tercia para decirle que ahora ya no se puede. El egocentrismo del rico había establecido muros separadores de tal índole, que ahora –aun queriendo- no se pueden traspasar. Pretende el rico abrir ahora un poco sus sentimientos y quiere salvar siquiera a sus hermanos… Que vaya Lázaro…, ¡un muerto que resucita para avisar!...  Y Abrahán responde que no se arreglan las cosas con muertos que resucitan sino yendo a la Palabra de Dios que le trasmiten los profetas… la Palabra e Dios… Ahí está la clave. ¡Qué se medite! ¡Qué se escuche dentro del alma!
             La 2ª lectura viene en apoyo, y lo hace concretando muchos detalles: vivir la justicia [la lealtad, la verdad, lo que es cabal…], el amor, la paciencia, la delicadeza, la fe… O sea. Todo lo más opuesto al encerramiento sobre sí, la insolidaridad, el egoísmo, el diabólico (o para más exacto decir: el patológico) egocentrismo… Y todo eso, en presencia de Dios y de Jesucristo, dando testimonio de una vida de corazón abierto.

             A ello nos conduce la Eucaristía y nos concreta la COMUNIÓN como acto de solidaridad, porque no comulgo solo (sería una contradicción en el término) ya que comunión está mirando a la comunidad necesariamente. Lo contrario de “comunión” es “excomunión” y supone el aislamiento, que  es la imagen más exacta del infierno: quedarse sin Cristo y sin hermanos. Quiere decir, pues, que el hecho de llegar a la Comunión eucarística está pidiendo una sincera mirada a esos aislamientos e individualismos egoístas en los que tenemos el gran peligro de caer, en una sociedad tan tremendamente “rica” (o sea soberbia y pagada de sí misma) en la que no se conoce al vecino del piso de enfrente…, o en vez de crearse familia está cada cual abstraído en su mundo de “aparatos”, cascos aislantes del entorno…, enviciamientos vaciadores de personalidad como vivir colgados de la TV, el bingo, la consola, los juegos digitales…, como auténticos zombis que ya no viven la vida de este mundo, ni saben si existen otros a su lado.

             ¿No será ese el infierno real que presagia y avisa?  Porque hoy es aún superable.  Y Jesús, tan excelente Maestro, sabe ponernos delante esa imagen  que pueda advertirnos ahora a tiempo, para evitar esa “barrera infranqueable” de la no vuelta atrás.

4 comentarios:

  1. Ana Ciudad12:20 p. m.

    La parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro da mucho da materia 'para pensar.Lázaro no va al cielo por ser pobre, sino por su humildad. El hombre rico no se condena por ser rico,sino por su egoísmo y falta de generosidad ante las necesidades de los demás..El Hombre rico,vive en la abunancia;no está contra Dios ni tampoco exprime al pobre.Solamente está ciego para ver quien lo necesita.
    H olvidado lon que el Señor nos recureda con frecuencia:no somos dueños de los bienes,sino administradores.
    No podemos permanecer indiferentes,al contemplar este mundo nuestro,donde tantos padecen necesidad de pan, de cultura y de fe..

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  2. QUERIDO p. CANTERO:
    RECIBA MI AFECTUOSO SALUDO Y MI GRATITUD POR ESTAS MAGNIFICAS DOSIS DE EXPLICACIÓN DEL EVANGELIO QUE USTED NOS PREPARA CADA DÍA.
    NO DUDO, EN ABSOLUTO, QUE EL ESPÍRITU SANTO LE INSPIRA MUY VIVAMENTE PARA QUE PUEDA REALIZAR ESTA FECUNDA TAREA QUE ESTÁ REALIZANDO EN ESTE BLOG.
    RECIBA UN FILIAL ABRAZO.

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  3. José Antonio7:23 p. m.

    No hay peor riqueza que la de ser rico de sí mismo, una riqueza que nos impide ver más allá de nosotros mismos. Me decepciona, lo que suelo llamar la cultura del "yoismo" en que estamos viviendo. Nada importa, nada vale, nadie existe, nadie convive... sólo YO. Del Evangelio de hoy, extrapolo que hay muchos "Lázaros" en nuestro entorno y, que hacer girar el mundo en torno a nosotros mismos sólo nos lleva a alejarnos de El, pues no percibimos la realidad de la existencia de otros. Estamos tan preocupados por ser ricos de nosotros mismos que ello nos impide ver a los hermanos por muy próximos que estén.

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    Respuestas
    1. El corazon inmaculado de la virgen maria triunfara.

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