lunes, 2 de octubre de 2017

2 octubre: Santos Ángeles

Liturgia:
           Aunque las lecturas serán las que corresponden al lunes de la semana 26, hoy celebra la Iglesia el recuerdo de los SANTOS ÁNGELES, los mensajeros de Dios y los cuidadores nuestros. El ÁNGEL  DE LA GUARDA tiene hoy su veneración expresa por parte de la Iglesia, partiendo de aquella expresión de Jesús de que cada niño tiene su ángel que está en la presencia de Dios. Y por la misma razón, cada persona, cada ciudad, cada región, cada nación.
          El ángel custodio protege, avisa, advierte, acompaña, defiende. Se vale generalmente de realidades normales: una conversación, una lectura, una confesión, un aviso de los padres de familia, o de las leyes para el bien común, o de la propia conciencia… A través de cualquier mediación está protegiendo, enseñando y ayudando el Ángel de la Guarda.
          De ahí la devoción personal que le debemos al “ángel de la guarda” para que siga caminando con nosotros (cada uno en particular) y advirtiéndonos en cada ocasión lo que debemos hacer o lo que debemos evitar.

          En la lectura continuada encontramos la profecía constructiva de Zacarías (8, 1-8), que anuncia prosperidad a Jerusalén (y por tanto a todo el pueblo judío), por el que el Señor siente pasión de amor, “celos de amor” por su felicidad. Y al que le promete una prosperidad que se manifiesta en esos niños jugando por las calles y esos ancianos que de viejos de apoyan en bastones. Quiere decir que hay paz y no hay guerras y las gentes desarrollan su vida normal en una ciudad pacífica.
          Y si hay alguien que encuentra eso imposible, Dios le sale al paso y le dice que para él no es nada imposible. Será Dios quien libertará a aquel pueblo, y Yo seré su Dios y ellos serán pueblo mío, que era la fórmula más deseada por los israelitas.

          El evangelio de Lucas (9. 46-50) no se debe leer como pieza independiente. Tiene un contexto muy definido, que leíamos el sábado: Jesús anunciando que iba a ser entregado en manos de los hombres, lo que era muy fácil de traducir por su juicio condenatorio por parte de hombre religioso y hombres civiles. Y decía allí que los apóstoles no entendían pero tampoco querían preguntar porque tenían miedo.
          Y a renglón seguido tenemos este evangelio de hoy, en el que esos apóstoles discuten entre ellos cuál de ellos es el más importante. Es muy fácil ver la huida hacia delante de aquellos Doce que no quieren ni saber lo que ha anunciado Jesús, pero ellos se enzarzan en discusiones de privilegios personales.
          Jesús recurre a una “parábola en acción” que consiste en poner a un niño en medio y avisar que el que acoge a un niño, acoge a Jesús, acoge a Dios. Y en consecuencia que el más pequeño de vosotros es el más importante. Queda dada la lección de quién es el mayor: el que es sencillo y simple como un niño. Ya tienen la repuesta a sus preocupaciones de las que estaban discutiendo entre ellos.
          ¿Aprendieron con aquello? Pues sigue el relato que es también muy expresivo. Ahora es personal en Juan, que viene muy ufano a contarle a Jesús la proeza que ha hecho: Hemos encontrado a uno que echaba demonios en tu nombre y como no era de los nuestros, se lo hemos impedido. Sigue pensando Juan que el ser “del grupo” les da unos privilegios especiales. Si son del grupo (de los nuestros), pueden echar demonios en nombre de Jesús. Si no son “de los nuestros”, se lo impedimos. Siguen pensando en ser ellos los más importantes.
          Si reflexionamos a fondo, ahí surgen las rivalidades, los menosprecios, las tensiones, las violencias…; en ser o no ser “de los nuestros”. Incluso ahí surgen las diferencias y las tensiones en el mundo de las asociaciones, movimientos, Hermandades, Comunidades…, cristianas. Estamos cada uno “en lo nuestro” y se nos achica el horizonte hasta el punto de creernos cada grupo por encima de los otros. Y lo grave es que todos lo hacemos “en el nombre de Jesús”.

          Por eso Jesús tuvo que corregir a Juan y le respondió: No se lo impidáis; el que no está contra nosotros, está con nosotros…, es DE LOS NUESTROS.

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