lunes, 28 de noviembre de 2016

28 noviembre: El diálogo

El evangelio del día
          Mt. 8, 5-11.- El Evangelio de hoy expresa un diálogo. Y diálogo de dos personas de pensamiento muy distinto: JESÚS, con la fe de Israel y el Centurión, romano, que presumiblemente pensaba y sentía al modo romano. Entre los dos se dialoga construyendo.
        Y me siento impactado por la incapacidad que mostramos hoy para dialogar serenamente cuando pensamos distinto.
        El que no tiene fe, o quiere mostrar que no la tiene, se hace agresivo ante el creyente.  El creyente ve en un mundo  irreconciliable al que no vive la fe, o no la vive al modo que piensa que debe vivirla.
        El de una facción política no admite nada de lo que plantea el adversario político.
        En la vida diaria encontramos una dificultad constante para llegar a estar de acuerdo.
        Estamos haciendo “dos mundos”, y no nos encontramos por mucho que se prolonguen. Y creo que hay poca actitud de avenencia..., de que uno deje expresarse al otro..., de que cada cual esté dispuesto a escuchar y saber siquiera de que está hablando el otro.
        Y en los tiempos de tanto hablar sobre “el respeto a las ideas”, posiblemente las personas de edad se sienten acorraladas, consideradas lelas, momias de la antigüedad. Y la juventud se cree no entendida por los mayores.
        Y lo malo es que quien así juzga y tilda al otro, arranca desde la TOTAL SEGURIDAD de llevar él la razón.  Y sin embargo la razón es un mosaico de miles de piezas, que -separadas- no dicen nada, pero que juntas y en orden, muestran una figura.  Y esa figura es más verdad que la parcial de cada uno.
        Por algo Jesús dialogaba.  Adviento puede ser un cambio..., y empezar a saber dialogar. Pero TODOS, y no bajo el monólogo de algunos.

Comienza San Lucas: “Puesto que muchos han emprendido el trabajo de coordinar la narración de las cosas verificadas entre nosotros, según nos las trasmitieron los que desde el principio fueron testigos oculares…"
San Lucas no fue discípulo de Jesús. No vio con sus ojos. Pero es hombre culto, honrado, parte historiador y, mucho, hombre de fe, que ha leído muchas narraciones de aquella vida de Jesús. Unas le han interesado más. Otras, menos. Algunas, nada, salvo la curiosidad del “cuentecillo piadoso” y lleno de fantasías, de aquellos primeros cristianos que pretendían “llenar lagunas” o ver en Jesús un puro milagro sobrenatural. (Son los evangelios apócrifos (no revelados por Dios, que unas veces encierran costumbres de la época, historietas más o menos verosímiles, y muchas fantasías).
Por eso Lucas, el médico, no se limitaba a tomar de aquí y de allí. Él sabe que hay muchas cosas escritas, muchas verdades sublimes, y mucha necesidad de expurgar. Y para eso tiene a mano “testigos oculares”, contemporáneos de Jesús o muy cercanos a los -que desde el principio- habían visto y oído o recibido de primera mano. Y, además, “ministros de la palabra”. ¡Que no es decir poco!
La devoción pretende que la gran confidente de Lucas fue María, la Madre de Jesús, y por eso Lucas es el “evangelista de la infancia”. Por lo que yo puedo saber, eso queda en la “piedad” pero no en los hechos históricos probados.
Lo que sí es cierto –son cosas que se verán a lo largo de este periplo- es que “testigo ocular y plenamente fidedigno” de Lucas fue el Espíritu Santo, Por eso Lucas será el evangelista más humano, más sencillo, más asequible…, a la par que el gran evangelista del Corazón misericordioso. Para el que quiere entrar por primera vez en el Evangelio, yo siempre le llevo a San Lucas.
Él, sus datos, mi fantasía (apoyada en ciertas costumbres de Israel), va a ser nuestro acompañante en el Adviento, si Dios quiere. Por supuesto que MARÍA va a ocupar el protagonismo, como persona que vivió de lleno el adviento histórico, y fue parte esencial de él.

Con Lucas, “he resuelto yo también, después de haberlo investigado (meditado gozosamente muchísimos años) escrupulosamente desde su origen, escribírtelas por su orden, excelentísimo Teófilo [persona amante de Dios], para que reconozcas la solidez de las enseñanzas que aprendiste.


[Del libro: QUIÉN ES ESTE]

2 comentarios:

  1. Ana Ciudad2:35 p. m.

    Me ha gustado mucho la expòsición que hace el padre sobre el "diálogo". Esta palabra parece haber haber desaparecido del diccionario. Cierto que cuesta dialogar cuando las posturas son cotrarias,.Hace falta comprensión y buena voluntad. queremos imponer nuestra forma de pensar y obrar y de ahi vamos al hondo problema que sufre la sociedad: desigualdad, pobreza ,familias rotas y demás poblemas.
    Es bonito llegar a acuerdos y sobre todo cumplir lo acordado, pero nuestra creencia de que mi opinión vale más, es lo que hace que este problema tenga dificil solución.
    En el Evangelio de la misa Jesús dialoga con el centurión, pero este hombre tiene una prfunda humildad, generosidad, compasivo y con un alto concepto de Jesús. Como es gentil no se atreve a dirigirse personalkmente al Señor, y envía a otros que considera más dignos, para que intercedan por.
    Nuestro diálogo con el Señor (que no es monólogo) debe llevarnos a un acercamiento más gozoso, a ponernos a su disposición sin trabas para lo que Él espera de nosotros.

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  2. ADVIENTO: 1ª semana. Acción: concienciarse de que el Adviento no es Navidad, es un tiempo de preparación para la Navidad.
    Muchos confunden este tiempo con el de Navidad empujado por los comercios y la publicidad en los medios. Caer en esta trampa supone para muchos vivir el Adviento con tantos nervios y estrés que más de uno desea que pase pronto la Navidad, y cuando llega la Navidad realmente ya no sienten nada más que hartazgo.
    Para evitar esto, hay que concienciarse en primer lugar que este es un tiempo de preparación espiritual para la Navidad. No te dejes engañar por las luces y los signos exteriores que pretenden manipular tu voluntad y desvirtuar la verdadera Navidad.

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