miércoles, 29 de julio de 2015

29 julio: 2 modos de razonar una elección

Los “modos” del “tercer tiempo”
          Hemos visto los tres “tiempos” para hacer Elección. El primero, menos habitual. El 2ª que depende mucho de los Exámenes de la Oración que hayan ido plasmándose en resúmenes revisables conforme se van haciendo los Ejercicios. Y el tercero que depende de la recta actitud del ejercitante que tiene muy presente el Principio y Fundamento, la calidad de su OBLACIÓN (en el Rey eterno), esas contemplaciones-clave de “Banderas” y “Binarios”, y las contemplaciones de la vida de Jesús. Lleva una carga espiritual y real muy fuerte.
          PRIMER MODO
          1º.- Punto sobre el que quiero elegir. Sea concreto.
          2º.- Principio y Fundamento muy personalizado por el ejercitante. Tomar o dejar sin apego alguno desordenado. Ni se quiere ni no se quiere. Sólo se desea lo que sea de más gloria de Dios.
          3º.- PEDIR que Dios quiera mover mi voluntad y hacerme sentir internamente lo que yo debo hacer acerca de ese Punto 1º, considerando bien y fielmente con mi entendimiento y eligiendo conforme a su voluntad.
          4º.- Poner a doble columna las ventajas del sí y los inconvenientes del sí de aquella posible elección. Y también las ventajas del no y los inconvenientes del no elegir aquello.
          5º.- Ponderar –a la vista de esas razones- hacia dónde se inclina la balanza, es decir la razón. Y según eso tomar la determinación sobre la cosa propuesta como objeto de elección.
          6º.- Hecha la elección, ir a la oración con mucha diligencia y presentarle al Señor la elección hecha, ofrecérsela y pedirle que la apruebe, si es su servicio y alabanza.
          SEGUNDO “MODO”
          Es una variante o confirmación del 1º.
          1º, lo que quiero elegir es sólo por amor a mi Creador.
          2º, si yo tuviera que aconsejar a otro (desconocido, pero que me plantea un caso como el mío), al que quiero ser muy franco y leal, ¿qué aconsejaría yo, deseándole el mayor bien de su alma y la mayor gloria de Dios? Aplicarme yo ese consejo.
          3º, si yo estuviese ahora mismo a punto de morir, ¿qué me gustaría tener elegido en ese punto que tengo por delante? Lo que yo entonces querría haber elegido en este caso, ELEGIRLO ahora
          4º, lo mismo si yo estuviese ahora mismo ante la mirada de Jesús que me va a juzgar. ¿Qué decisión tomaría yo ahora para que cuando llegue aquel momento halle en paz a Jesucristo, y yo con entero placer y gozo? ELEGIR.
          Se acaba como en el 6º punto del Modo primero.
          ¿CÓMO SABE UNO SI DIOS APRUEBA?
          Por la experiencia espiritual de la CONSOLACIÓN o gozo del alma. Si se ha procedido rectamente, si se ha concluido rectamente, y sólo se ha buscado agradar a Dios y ser honrado en la elección, Dios tendrá su modo de hacerse presente en el gozo espiritual del alma.


          Yo me planteo: ¿Y si Dios no aprueba? Algo ha fallado en el proceso. Hay que volver al principio y rectificar. Porque es muy claro que un alma que ha procedido limpiamente, halla el gozo interior de la buena conciencia, potenciado por la acción amorosa de Dios.

5 comentarios:

  1. Liturgia
    Una nueva parada en el relato del paso del desierto [Ez 34, 29-35] para explicarnos que a Moisés se le iluminaba el rostro de hablar con el Señor. Por ello, cuando salía de hablar con Dios, se echaba un velo por la cara, y cuando hablaba con Dios se lo levantaba.
    Los israelitas veían la cara radiante de Moisés.
    Este cuadro que nos presenta la Biblia es una llamada a nuestra oración, y a los efectos de la oración en nosotros, y no solo para nosotros sino en lo que ha de proyectar sus efectos en la relación con los demás. Los que oramos, los que participamos en los misterios sagrados, tendremos que ser distintos de quienes no están en ellos. Nuestro modo de ser debe iluminar; quienes nos ven, debieran poder descubrir que hay “algo” en nosotros que nos diferencia de los que no tienen la fe y la Gracia de Dios. Aunque nosotros no vayamos manifestándonos mejores, y más bien echamos sobre nuestros rostros ese velo que oculta de alguna manera…, aunque siempre reverbero el brillo de quien habla con Dios.
    El Evangelio –Mt 13, 44-45- es la parábola del tesoro escondido. Cristo quiere enseñar que lo que El trae, el Reino de Dios, es un tesoro escondido que, en el momento que se descubre, hay que estar dispuesto a adquirirlo aunque para ello haya que desprenderse de todo. Lo plantea Jesús como el precio de ese tesoro: merece la pena vender todo lo que uno tiene en otros ámbitos, portal de reunir la “suma” necesaria para comprar el campo y poder así desenterrar el tesoro.
    Y el mismo argumento para la otra parábola del comerciante experto en joyas, que descubre una de inmenso valor y se decide a vender todas sus otras joyas por tal de adquirir aquella tan valiosa. Así es el Reino de Dios, el Evangelio, la vida que Jesús ha venido a presentar. Un “experto” sabe que todos los otros tesorillos personales no valen nada en comparación con el tesoro del Reino. Y bien merece perderlo todo, venderlo todo, con tal de vivir esa riqueza que Cristo nos presenta.

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  2. Liturgia de Santa Marta
    Lo que da la Instrucción de Sagrada Liturgia es que, salvo aquellos lugares en los que el Santo del día es Patrón u objeto de una particular devoción, no se leen las lecturas propias. Si, además, como en este caso, sólo es propio el evangelio, con mucha más razón no se leen las lecturas del santo.
    No obstante, sospechando que en más de una Misa se van a seguir esas lecturas, me resigno a hacer un comentario de ellas. Y en realidad sólo del evangelio porque muy posiblemente cada cual leerá una diferente lectura primera, tomándola del común de Santas Mujeres.
    Hay dos evangelios a elegir: o Lc 10, 38-42 o Jn 11, 19-27. Éste último es la reacción de Marta ante la presencia de Jesús que acude a dar consuelo a las hermanas por su amigo Lázaro. Señor: si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá. Es lo más llamativo, porque está pidiendo claramente el milagro. Tenía confianza en Jesús y tenía fe para creer en esa posibilidad. Y cuando ese milagro no llegara, yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo. Es ya una fe mucho más grande y a fondo perdido. Es creer en Jesús por Jesús mismo y no porque venga el milagro.
    Lo cual habla muy alto para interpretar a Lc 10. Marta aparece como mujer nerviosa que por tal de agradar y servir a Jesús se afana en muchas cosas. Al contrario de su hermana María que se ha puesto como discípula que aprende a los pies del Maestro. Se incomoda Marta y Jesús le hace caer en la cuenta de que lo que ha elegido María es buena cosa.
    Comparando con la otra lectura Marta no era tan superficial que se perdiera en “acción” y no valorara la profundidad de lo interior. De hecho también ella eligió la mejor parte cuando entregó su fe total a Jesús en aquel duro momento del hermano recién sepultado.
    Al margen, pues, de lo que es una liturgia de la Palabra, propiamente dicha, Marta nos hace pensar en esas dos cualidades suyas: de una parte, ser mujer activa y vivaz; de otra, tener la profundidad de la fe para saberse abandonar completamente a lo desconocido en aquel momento doloroso. Es un ejemplo de fidelidad a la amistad.

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  3. Marta se fué en busca de Jesús, ella siempre diligente y atenta con Jesús. Le reprocha que no hubiera ido a ver a su hermano antes de que muriera, segura como estaba que, de haber ido, Lázaro no hubiera muerto. Ella sabe que Jesús puede darle la viday, cuando habla con Él, le entra una paz enorme, acaba confesando que Cristo es el Mesías y el Hijo de Dios, que es la resurrección y la vida. De igual modo, nosotros muchas veces, reprochamos al Señor su ausencia en los momentos de tribulación y tristeza y le echamos la culpa de todo lo que nos pasa...No lo sabemos ver porque no tenemos fe, o tenemos poquita fe. Si tuviéramos fe, si creyéramos en Él, pondríamos en Él toda nuestra esperanza. El hombre, puede ser amigo de Dios si quiere y hace lo que quiere Dios.Dios, que nos ama con un amor de agape, quiere ser correspondido por un amor de amistad por el que las criaturas se entregan totalmente a Dios y sólo quieren lo que ´El quiere.

    ¿Cómo podemos saber que Dios aprueba o desaprueba, si uno vive en una noche oscura crónica, con apenas algún ratito de complacencia, casi siempre aquejado de incontables dolencias?

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  4. Estamos en dos planos: el de los sufrimientos de la vida y el del alma abierta a Dios. Y el alma abierta a Dios puede darse perfectamente allí donde haya esas "noches oscuras crónicas... aquejadas de múltiples dolencias" Si no fuera así, nadie que haya sufrido podría tener el alma abierta a Dios. Cosa que se desdice con tantas almas grandes que precisamente se santificaron en esas "noches oscuras".
    SABER QUE DIOS APRUEBA O DESAPRUEBA es experiencia vivida por miles de almas que hacen oración; que hacen oración que les comunica con Dios; que no hacen una oración sobre sí mismos sino abierta a Dios. Y Dios tiene sus modos de hacerse presente y hacer sensible su APROBACIÓN o no de una actitud. El "remordimiento" del pecado es una forma de comunicar Dios que no aprueba. Pues de la misma forma tiene sus modos de dar al alma consuelo y gozos interiores cuando APRUEBA una actitud, una decisión, una elección. Hasta la gente menos espiritual sabe que -al confesarse y obtener el perdón- hay un modo de comunicación y aprobación de Dios en la paz de la conciencia.
    Y eso es perfectamente posible en medio de los dolores y penurias y "noches oscuras". ¿No fue también ahí donde Cristo se encontró "confortado" en medio de la agonía del Huerto, o -aun con experiencia de abandono- acabó finalmente relajado en el momento supremo del Calvario?

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  5. Le agradezco vivamente que me haya dedicado su tiempo, a mí, personalmente; la verdad es que me he sentido muy aliviada.Yo, acepto el misterio del dolor como un Don y sólo siento no saber responder con una actitud oblativa más enamorada, como los santos. Un abrazo de ternura. MªJosé.

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