jueves, 2 de julio de 2015

2 julio: "Presupuesto" y Principio fundamental

SE PRESUPONE
          Tras el título de los Ejercicios San Ignacio pone un “Presupuesto” inicial, para prevenir un aspecto necesario en el transcurso de la experiencia. Se trata de la necesidad de una recíproca fe-confianza entre el que propone los Ejercicios y quien los recibe: deben estar en buen entendimiento mutuo. Dice el Santo que es lo que corresponde a todo buen cristiano: estar más dispuesto a aceptar lo que propone el otro que a rechazarlo. Y como puede haber puntos menos fáciles de entender, deberán explicarse, preguntar, responder…, llegar a captar qué y cómo se entiende lo que se ha expuesto. Si hubiera resistencia, pongan amor al corregir el error, y pongan todos los medios convenientes para dejar aclarado y –por tanto- aceptado aquello de lo que se está hablando.
          Experiencia personal hay de tandas de ejercicios fracasadas por completo por no haber resuelto a tiempo este PRESUPUESTO, y haberse situado en planos divergentes el que da y el que recibe los Ejercicios.
          La vida ordinaria puede ser un banco de pruebas muy fácil de contrastar: la gran mayoría, la inmensa mayoría de las divergencias y discusiones no provienen de negativas a la verdad sino de no haber establecido de antemano una posición de entendimiento, de definir términos, de saber de qué se habla, de tener espíritu “de buen cristiano” para ser más abiertos a salvar lo que dice el prójimo que a condenarlo…, de buscar sintonizar en vez de divergir.

          Lo que sigue en el Libro de los Ejercicios es son unas bases fundamentales para enmarcar todos los Ejercicios. Con ellas, como punto de partida, pueden ir adelante los ejercicios. Sin ellas, no pueden hacerse. San Ignacio lo titula: Principio y fundamento. Y es realmente el principio y el fundamento de todo lo que va a seguir.
          El hombre es creado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor. El ser humano. Hombre y mujer. ES CREADO PARA… “Es”, en presente actual y no como historia que fue, Cada ser humano ES creado hoy por la fuerza amorosa de Dios que le está dando la vida. Acción gratuita de Dios. Gratuita y generosa. “El hombre” soy yo mismo, el ejercitante. Yo soy HOY una creación amorosa de Dios. Y es creado PARA…, con una finalidad. No está ahí echado a la existencia. Tiene un objetivo que llenar: para alabar, hacer reverencia y servir a Dios.
          ¿Una creación “interesada” de un Dios que crea para su ventaja? –No. Crea para la más alta realidad que es posible a la criatura: relacionarse con su Creador. Y si el Creador ha sido generosamente gratuito al crear, la criatura responde también con la acción gratuita de la alabanza. Una acción en la que la criatura no busca nada para sí y todo lo revierte en Dios: alabarlo. La primera petición del Padre nuestro: santificado sea tu Nombre. Lo más a lo que puede aspirar el hombre: volcarse en alabanza de Dios.
          “Hacer reverencia”. Expresión muy humana de reconocimiento respetuoso y amoroso. Relación de la criatura con el Creador, o de un hijo con su Padre.
          “Servir a Dios n. S.”. La mayor dignidad: poder servir a Dios, que se deja servir por la criatura, aunque no necesita de ella. Con razón se acuñó en su momento aquello de: servir a Dios es reinar. Porque verdaderamente el hombre crece cuando sabe que él, desde su pequeñez, puede servir a Dios, y Dios se deja servir por esa criatura.

          Continúa el “Principio y fundamento”…

2 comentarios:

  1. LITURGIA DEL DÍA
    Abrahán (Gn 22, 1-9) llega al colmo de la fe, porque no es sólo CREER en Dios. Es CREER CONTRA TODA RAZÓN, que es la verdadera profunda fe que sigue caminando en medio de la total oscuridad: la capacidad para aceptar la duda.
    Se le ha prometido que en Isaac, hijo único, el que él ama, tendrá una descendencia incontable. Y ahora se le pide que a Isaac, hijo único, querido, lo ofrezca en sacrificio total cuando todavía es un muchacho. Dos realidades humanamente imposibles de compaginar.
    Y Abrahán acepta y se dispone al sacrificio del hijo. Si Dios lo pide, no hay más que decir. Y cuando está en el punto final, con el brazo levantado para asestar el golpe mortal, el ángel le detiene el brazo. Lo que Dios quería no era la vida del hijo sino la fe inquebrantable de Abrahán Y Abrahán la ha ofrecido en plenitud.
    En el Evangelio (Mt. 9, 1-8) Jesús reacciona ante el paralítico que le han presentado, perdonándole los pecados. Los fariseos se escandalizan y protestan porque solo Dios puede perdonar pecados. Y Jesus les da respuesta doble: No solo cura al paralítico como prueba de que lo que dice lo dice con toda propiedad, sino que puede perdonar pecados lo mismo que puede curar, y así no sólo ha dejado patente su poder taumaturgo sino que es el mismo poder de Dios.

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  2. "Si Dios lo pide, no hay más que decir".Como a Abrahán, el Señor nos pone a prueba, y, a través de cada prueba nos hace crecer en el amor y en la humildad. Todas nuestras parálisis, bloqueos, dudas, miedos, dolores...los superaríamos estupendamente si estamos unidos al Padre, si esperamos en Él; si con la confianza de un buen hijo nos echamos en sus Brazos y le pedimos que nos cure, que nos perdone todos nuestros deslices y que nos haga caminar bajo su Mirada, por donde Él quiera. Nosotros solo queremos hacer su voluntad y glorificarlo con nuestra vida de solidaridad con los demás.Señor, creemos en TÍ,pero aumenta nuestra Fe y nuestro amor filial.AMÉN.

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